Batalla en los editoriales de los periódicos sobre Ferraz
Cuantas más cosas ocurren en una manifestación, mayor número de interpretaciones distintas caben en los periódicos. Más y cuando el objeto, la amnistía, es en palabras de Ignacio Camacho, “tensión civil explosiva y nitroglicerina política”. Pero… esta mañana no ha sucedido así. Los periódicos no dibujan realidades diametralmente opuestas.
El País: “Los ultras se adueñan de la agitación callejera contra la amnistía. La protesta de Madrid reúne a miles de personas y acaba en disturbios”. ABC: “Ultras descontrolados revientan la protesta contra la amnistía”.
De los dos titulares se desprende una misma conclusión: la mayoría de los que se manifestaban no eran violentos, pero finalmente los violentos reventaron la protesta. El Mundo titula: “El Gobierno blinda Ferraz y la protesta se radicaliza”. EL ESPAÑOL: “Crece la protesta en la sede del PSOE y los disturbios acaban en batalla campal”. El Confidencial: “Ultras de extrema derecha revientan las protestas contra la amnistía en Ferraz”.
Cito una lista de datos que proliferan también en las portadas, aunque ya en los subtítulos: había, según el Gobierno, unas 7.000 personas; despliegue de 320 antidisturbios; 39 heridos, 29 de ellos policías; 6 detenidos.
En las informaciones, ¡qué pureza periodística esta mañana!, se recogen los hechos de una manera similar. Pero los matices vienen, ¡cómo nos gustan las revueltas de periódicos!, en los editoriales. Aquí sí tenemos lío.
El País dedica el suyo a atizar al PP. Lo acusa de no desmarcarse de las protestas violentas y de que su “condena con matices revela una cierta indulgencia hacia los radicales”. Además, añade El País: “El PP se muestra ahora preocupado por el uso de la fuerza cuando reprimió, en un error histórico, el referéndum ilegal de Cataluña en 2017”.
ABC, en cambio, concibe que el PP sí se está desmarcando con contundencia y recuerda que muchos de los propios manifestantes reprocharon a los violentos que les reventaran la manifestación. ABC concluye: “Con violencia, no. La exaltación agresiva no puede formar parte del juego democrático”.
El Mundo escribe en el suyo: “La protesta cívica es legítima, la violencia nunca lo es”. Pero atención al matiz: “El PSOE quiere estigmatizar la oposición a una amnistía que minorías violentas usan para enfrentarse a las fuerzas del orden”.
Sobre esta estigmatización –qué palabra tan agradecida para la radio–, versa la columna de Sergio del Molino: “Ahora, quienes nos oponemos a la amnistía podemos ser asimilados con magistrados partidistas y con hooligans que ondean banderas con el aguilucho”. Marta García Aller también escribe que la violencia favorece al pacto con Puigdemont: “Qué le puede venir mejor a Junts que parezca que los que se oponen a su impunidad no son más que unos cuantos radicales recién sacados de Martínez el Facha”.
La postura del PP quizá sea lo que más debate genera en la prensa esta mañana. Porque, en los medios más cercanos al Gobierno, se insiste en que el padre Feijóo no se desmarca. Y en el resto se dice que el padre Feijóo se desmarca totalmente.
ALSINA–¿Y qué otros titulares se manifiestan esta mañana en los periódicos?
Sobre el transcurrir de las negociaciones. Santos Cerdán ya está a punto de sacarse el C1 de flamenco. La cosa en Bruselas no mejora. EL ESPAÑOL señala que Puigdemont está “indignando” al PSOE porque se empeña en reabrir asuntos que ya estaban cerrados. Además, pide el indulto de su compañera Laura Borràs ante la imposibilidad de que entre en la amnistía.
El País, por primera vez, coloca en su portada un titular pesimista: “El PSOE y Junts enfrían la expectativa de una investidura esta semana”. La Razón cuenta cómo los negociadores están “rehaciendo la amnistía para salvar a Puigdemont” después de que fuera imputado por terrorismo.
El enfoque más divertido, sin embargo, es el de La Vanguardia. Cuando todo parece encallado, el diario catalán no disimula sus ganas de que el pacto salga adelante. En lugar de poner el acento en la parálisis, escriben: “PSOE y Junts siguen sin tregua la negociación. Aunque los socialistas se mostraban ayer algo desanimados, los negociadores continúan intercambiando documentos y sostienen que el pacto es posible”.
Santos Cerdán, sofocado y sudoroso, corre la maratón y vislumbra al fin un puesto de avituallamiento. Le dan una botella de agua y un ejemplar de La Vanguardia.
Por último, un mismo personaje impreso en las portadas de todos los periódicos: António Costa. El primer ministro de Portugal dimite al ser imputado por tráfico de influencias.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.