Koldo García junto a Pedro Sánchez.

Koldo García junto a Pedro Sánchez. RRSS

LA TRIBUNA

Los apellidos vascos del 'caso Koldo'

En la trama corrupta de Koldo García Izaguirre aparecen muchos nombres y apellidos eusquéricos, así como el deporte rural vasco por excelencia. 

28 febrero, 2024 02:29

No se ha reparado lo suficiente en el componente vasco del caso Koldo y en lo que esto significa para la imagen de lo vasco en España.

Lo vasco siempre ha tenido muy buena consideración en España, a pesar del terrorismo. Pero, aun así, con todo el dolor causado por esa lacra, lo vasco no ha perdido su aura de honestidad ante el conjunto de los españoles.

Al fin y al cabo, lucharían "por lo que creían suyo".

Koldo junto a dos 'aizkolaris'.

Koldo junto a dos 'aizkolaris'.

En cambio, parece que esa consideración no es la misma para los catalanes. Cataluña, aunque no ha tenido terrorismo, no goza de las mismas simpatías que los vascos, y, menos aún, tras el tema del procés.

Misterios de la psicología social.

Ahora, con el caso Koldo, hemos visto aparecer muchos nombres y apellidos vascos, así como el tema de los aizcolaris, propio del deporte rural vasco.

Y todo ello con la connotación negativa de la corrupción, de llevarse el dinero público de manera inapropiada y por un motivo tan desconsiderado como el de las mascarillas en plena pandemia.

Lo que pasa es que el factor vasco ya no es lo que era. Ya no tenemos ese referente de apellidos indudablemente eusquéricos para hacer referencia a lo vasco. Ya me dirán cómo seguir con esa identificación teniendo a un Pradales Gil como candidato del PNV a lehendakari.

Probablemente el nacionalismo está buscando conscientemente una descompresión apellidística, habida cuenta de que tienen un futuro negro por ese lado al ir quedando como una minoría las personas con esos apellidos en el País Vasco.

Qué lejos quedan los tiempos del primer Parlamento vasco de la democracia, allá por 1980, con una cámara formada por más de un 80% de personas con apellidos eusquéricos. Aquello era irreal, porque la sociedad vasca no era así. Pero a muchos les parecía que lo era y se vivía en esa ficción.

"En Euskadi cada vez se es más consciente de que las personas con apellidos vascos son minoría"

Hoy, en el País Vasco, cada vez se es más consciente de la minoría que son las personas con apellidos eusquéricos. Aún así, la gente sigue manteniendo esa ficción, como forma de singularización política, que de otra manera sería imposible. Y la singularización es la que mantiene el concierto económico, las transferencias y todo lo demás.

Es lo mismo que sucede a cuenta del euskera, mantenido artificialmente como forma de singularización política. Y donde el quebranto que para la economía supone su sostenimiento se compensa con creces vía singularización, a través del concierto económico, así como creando multitud de puestos de trabajo relacionados (enseñanza, medios de comunicación, administración, traductores) y poniendo una barrera protectora contra la competitividad exterior.

El factor vasco del caso Koldo está en el mismo nombre del principal protagonista de la trama corrupta de las mascarillas, Koldo García Izaguirre. Y ya es casualidad que quien primero llevó ese nombre fuera también el protagonista de la primera trama corrupta del nacionalismo vasco, Luis Arana Goiri, el hermano mayor de Sabino, a quien este le puso 'Koldobika' por un extraño enjuague que hizo con la misma raíz de Ludovico y Clodoveo.

Luis Arana Goiri es el Koldo vasco por antonomasia, el que se supone que le dio la idea nacionalista a su hermano y que resultó ser un fraude desde el principio hasta el final. Tuvo un hijo en Barcelona con su criada maketa y luego escondió a madre e hijo en el pueblo aragonés de ella durante cinco años, después de lo cual se casaron en secreto y se marcharon al País Vasco francés para salvar el negocio del partido en ciernes.

Otros dos hermanos de Koldo también tienen nombre sabiniano. Joseba, que es José, y Edorta, que es Eduardo.

En cuanto a los apellidos, son mixtos, García e Izaguirre. Aunque, dada su apabullante presencia en el País Vasco, muchos están por dar también por vasco el apellido García. Hay quien se lo cambia a Gartzia, con el permiso de Euskaltzaindia, que dice que sí, que es vasco.

En el País Vasco, las personas con apellidos mixtos vasco-castellanos son un 30% de la población. Los que no tienen ningún apellido eusquérico son más del 50%.

Nombres y apellidos vascos aparecen por doquier en la trama. Está la mujer de Koldo, Patricia Úriz Iriarte. Está Víctor Aldama, el presidente del Zamora CF. Y está un tal Íñigo Rotaetxe, empresario de Getxo, apoderado de la empresa que gestionó la compra de las mascarillas.

Rotaetxe es un apellido típico en el PNV. Un Ignacio de Rotaetxe fue presidente del PNV antes de la Guerra Civil.

Y luego está el asunto del aizcolari. Los aizcolaris, junto con los harrijasotzailes (levantadores de piedra), son los dos deportes rurales vascos más característicos. Aunque tampoco son exclusivos de los vascos. Hay otros lugares del mundo donde se practican.

"Pese a que desde el nacionalismo vasco se ensalzan los deportes rurales vascos, Sabino Arana nunca los mencionó en sus escritos"

Es famoso el episodio histórico en el que vinieron unos cortadores de troncos australianos y les dieron sopa con honda a los mejores cortadores vascos de la época. Les hicieron cambiar hasta el modelo de hacha.

Los pelotaris se han profesionalizado y sobre todo internacionalizado (de hecho, el origen de la pelota tampoco es vasco). Y, por eso, han perdido también esa aura identificadora con lo vasco más profundo, que sí conservan los aizcolaris.

También están los arraunlaris (remeros) que participan en las regatas de traineras, a las que era aficionado de joven el actual candidato a lehendakari del PNV, Imanol Pradales, pero que estarían en un escalón inferior en cuanto a presencia social.

Obsérvese aquí un tema importante. Desde el nacionalismo vasco se ensalzan esos deportes, por ejemplo emitiéndolos a través de la televisión vasca. En cambio, Sabino Arana, el fundador del invento, nunca mencionó los deportes rurales vascos en sus escritos.

Y la razón tuvo que ver, sin duda, con su ultraortodoxia religiosa. En todos los deportes rurales vascos se apuesta. Sin apuestas no habrían existido esos deportes. Y las apuestas eran inmorales para los ultracatólicos como Sabino Arana. Por eso todos esos deportes, por muy vascos que sean, no aparecen para nada en toda su obra.

Y el amigo Koldo García Izaguirre, el último aizcolari socialista, lo que hizo también fue apostar fuerte. Pero en su caso, para poder dejar el hacha de por vida. Y, como casi siempre pasa con las apuestas, al final se acaba perdiendo.

*** Pedro Chacón es profesor de Historia del Pensamiento Político en la UPV-EHU.

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