Europa prohíbe las autoamnistías como la del PSOE en favor de Junts y ERC
Si se restaran los catorce votos de ERC y Junts en la votación final del Pleno del Congreso, el resultado habría sido el rechazo de la amnistía: 172 en contra, 164 a favor.
El jueves pasado, la profesora italiana Marta Cartabia, vicepresidenta de la Comisión Europea para la Democracia por el Derecho (Comisión de Venecia), compareció en el Parlamento Europeo para explicar el dictamen sobre la proposición de ley orgánica para la amnistía que le encargó el Senado y que, a primeros de marzo, dio lugar a ciertas divergencias entre la interpretación que daba el Gobierno ("un aval a la iniciativa") y la oposición ("una desautorización rotunda").
Hasta donde se me alcanza, después de ver el vídeo de la sesión, todo transcurrió sin novedad para los juristas que estamos siguiendo la azarosa tramitación de la proposición de ley.
La professoressa desgranó su dictamen partiendo de que ni opinaba sobre la oportunidad o la utilidad de la ley para conseguir sus objetivos, pues esta es tarea del Gobierno y el Parlamento, ni valoraba su constitucionalidad o su conformidad con el Derecho de la Unión Europea, pues tal cosa corresponderá, respectivamente, al Tribunal Constitucional y al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
A pesar de esos condicionantes, Cartabia acabó aconsejando la reforma de la Constitución para que de forma expresa se autorice a las Cortes a conceder amnistías.
También aconsejó que la proposición se apruebe por una mayoría cualificada superior a la absoluta.
Criticó la tramitación apresurada y las cláusulas abiertas que le restan "precisión y claridad" a la ley.
Pidió especialmente que los delitos de malversación y corrupción se circunscriban sólo a las consultas de 2014 y 2017.
Igualmente, desaconsejó el adelanto de dos meses en el ámbito temporal de la amnistía (ha pasado del 1 de enero de 2012 al 1 de noviembre de 2011) y señaló que las amnistías no pueden ser ad personam.
Etcétera.
A la vista de las recomendaciones que contiene el dictamen, y que recordó Cartabia, no es extraño que ni el Gobierno ni sus aliados hayan hecho muchos comentarios sobre su intervención.
"Es fácil argumentar en contra de la amnistía simplemente reproduciendo los argumentos de los independentistas, en los que no hay el más mínimo arrepentimiento por su quebranto del orden constitucional español"
De la misma forma, los representantes de los distintos grupos volvieron a exponer cada uno sus tradicionales argumentos.
El portavoz del PP y el de Ciudadanos criticaron una ley inconstitucional que garantiza la impunidad a los separatistas que violaron el Código Penal.
La portavoz de ERC afirmó que la ley es un acto de justicia contra la represión del Estado.
El de Junts calificó la ley de amnistía de norma que rectifica un error.
El socialista dijo que el objetivo de la amnistía es devolver a Cataluña la convivencia, la paz social y el reencuentro entre los catalanes.
En este dar los argumentos de siempre, me parece que acertó el PSOE porque su posición es muy clara y en todas partes se entiende: reconciliación, un objetivo completamente plausible y al que en abstracto es difícil oponerse.
Y eso, por más que sea fácil argumentar en contra de esta amnistía simplemente reproduciendo los argumentos de los independentistas, en los que no hay el más mínimo arrepentimiento por haber intentado quebrar el orden constitucional español.
Por no señalar que si tan necesaria era la ley no se entiende por qué no la propusieron en su programa electoral.
Por su parte, los portavoces de la derecha española supieron usar el dictamen para resaltar las carencias de la proposición de ley y recordar que su origen no es otro que un intercambio de votos por impunidad, lo que nos sitúa "muy cerca de las autoamnistías".
Pero se detuvieron ahí. Ni siquiera llegaron a calificar la proposición como una autoamnistía indirecta en cuanto el PSOE, que antes se oponía a ella, la ha aceptado a cambio de que ERC y sobre todo Junts apoyen a su candidato a presidente del Gobierno.
Esto es un facio ut facias.
Quizás no quisieron hacerlo a la vista de cómo ha actuado la Comisión de Venecia, que se ha negado a analizar la oportunidad de la ley. O para evitar chocar con el muro formalista de la exposición de motivos de la proposición de ley que insiste, una y otra vez, en la amnistía como técnica de reconciliación.
Razonamiento formalista, por cierto, que ya hemos visto en algunas sentencias de nuestro Tribunal Constitucional, que se ha negado a estudiar si se había producido un fraude de ley cuando se le ha alegado que ciertas proposiciones de ley habían sido en realidad elaboradas por el Gobierno.
"Está demostrado que ERC y Junts, los dos partidos beneficiados por la amnistía, fueron los redactores de los puntos más controvertidos del texto final"
Pero ¿y si en lugar de buscar los argumentos que hacen que la proposición de ley de amnistía presentada por el Grupo Socialista sea una autoamnistía indirecta damos argumentos para calificarla de autoamnistía, sin más?
Aquí van los míos:
1. La proposición pudo ser tomada en consideración (el 12 de diciembre de 2023) y posteriormente aprobada por el Pleno del Congreso (el 14 de marzo de 2024) porque los afiliados de los partidos que se van a favorecer de ella (Junts y ERC) votaron a favor.
Así, si se restaran los catorce votos de esos partidos en la votación final del Pleno del Congreso, el resultado hubiera sido el rechazo: 172 en contra por 164 a favor.
2. Un notorio militante de ERC y especialista en Derecho, el profesor Joan Ridao, ha dicho públicamente que es uno de los autores de la proposición, sin que se le haya desmentido desde el PSOE.
Es más, el diario El País avaló esa autoría en un artículo publicado el 13 de noviembre de 2023: "El jurista Joan Ridao, quien ha participado en la redacción de la proposición de ley de medidas de gracia para el procés, explica en este artículo los fundamentos jurídicos y políticos en los que se inspira".
3. El 6 de marzo pasado, el PSOE, ERC y Junts comunicaron a la opinión pública que habían pactado unas enmiendas transaccionales que no hicieron público en ese momento, sino al día siguiente, "antes de la Comisión de Justicia del Congreso convocada a tal efecto".
Dejando ahora de lado la evidente violación del Reglamento del Congreso que eso supuso (exige la entrega de la documentación que se va a debatir con un mínimo de 48 horas), esto demuestra de forma indubitada que los dos partidos beneficiados por la amnistía fueron los redactores de los puntos más controvertidos del texto final.
Así las cosas, está bien que los eurodiputados críticos con la amnistía señalen que el origen de la proposición de ley del PSOE es un pacto político para mantenerse en el poder recubierto de bonitas palabras, en una perfecta aplicación del aforismo atribuido a Voltaire:
"En todo asunto importante hay siempre un pretexto que se pone en vanguardia, y una razón verdadera que se disimula".
Pero, además, creo que esos eurodiputados deberían de explicar que se trata de una auténtica autoamnistía que la Unión Europea debería de frenar, igual que hizo en 2019 cuando el Gobierno rumano empezó a tramitar una amnistía para excarcelar a varios políticos corruptos de su propio partido.
*** Agustín Ruiz Robledo es catedrático de Derecho constitucional en la Universidad de Granada.