La nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum,  durante su toma de posesión.

La nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, durante su toma de posesión.

LA TRIBUNA

México siempre tiene razón, la tenga o no

¿Cuándo nuestros responsables políticos van a dejar de jugar a "diplomáticos y ofendidos" y de perjudicar a México y España?

9 octubre, 2024 12:58

Cualquiera que conozca lo ocurrido desde el descubrimiento, que conozca ese espíritu que voló desde un continente al otro, esa comunión que se produjo desde el primer y hasta el último momento entre españoles e indígenas (la conquista la hicieron los indígenas y la Independencia los españoles, dicen algunos), tiene que saber y estar convencido que ninguna discusión de señoritos puede quebrar ahora, y ni siquiera interrumpir un instante, esa hermandad entre México y España.

Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador.

Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador. EFE

Quizá algunos de nuestros peligrosísimos patriotas desprecien el hecho de que el otrora presidente de ese gran país que es México, me refiero al general Lázaro Cárdenas, acogiera a miles y miles de nuestros compatriotas, que nada tenían, tras el fin de nuestra Guerra Civil.

Seguramente tampoco les importe a nuestros "patriotísimos" el modo en el que México dio apoyo de todo tipo a un moribundo presidente Azaña, o quizá no les emocione el saber que fueron los mexicanos quienes evitaron que Azaña cayera en manos de la Gestapo, de la policía española o de los gendarmes de la "Francia de Vichy" (todos eran lo mismo).

Quizá tampoco les inmute conocer que el féretro de nuestro último presidente de la República (un hombre íntegro, honrado, un intelectual lleno de sentimientos, un ejemplo) fue abrazado por la bandera mexicana.

Probablemente eso no les importe a muchos. Tampoco que sean numerosos los españoles-mexicanos, o al contrario, que en aquella fantástica tierra haya muchos intereses de ciudadanos con nacionalidad española y viceversa, o que España no se pueda entender desde hace siglos sin México.

Hace algunos años intenté meter en la dura cabeza del otrora fatuo jefe de Gabinete del presidente Sánchez esta idea.

En efecto, en 2019 se conoció que el presidente del Gobierno iba a ir a Francia a rendir homenaje a Antonio Machado y al presidente Azaña, en sus tumbas.

Entonces, a través de un buen contacto en las proximidades de la cúpula del Gobierno, sugerí al todopoderoso Iván Redondo que ya que en ese homenaje iba a estar, como así ocurrió, el presidente Macron, se abría una oportunidad histórica para que el señor Pedro Sánchez invitara al presidente mexicano al acto, y darle unas gracias históricas.

Así, aprovechando tal ocasión, se podrían intentar limar los problemas que habían empezado a surgir, tratar de que se hermanaran los dos presidentes, que…

Y le conté al jefe de Gabinete lo sucedido entre Azaña y México.

Naturalmente, el señorito contestó que él ya sabía todo y que no le hacían falta sugerencias de nadie, que él sabía cómo actuar.

Obviamente, Iván Redondo no hizo nada de lo sugerido, y a la postre el homenaje fue rendido exclusivamente por los presidentes Macron y Sánchez. Y se perdió una gran oportunidad.

Así, entre patriotas y fatuos, se van perdiendo las ocasiones y se separa a los hermanos.

¿Cuándo nuestros responsables políticos van a dejar de "jugar a diplomáticos y ofendidos" y cejar de perjudicar a México y España?

*** Francisco Javier Álvarez García es catedrático de Derecho Penal en la Universidad Carlos III.