Hay consenso casi generalizado para armarnos con todo, hasta con hachas de vidriagón. A la vista de lo que está pasando es razonable; hasta habría que reeditar “Hazañas Bélicas” como libro de texto de la ESO.
El problema es de dónde va a salir el uno por ciento adicional de PIB que nos vamos a gastar en armamento. La pregunta mejor formulada es: ¿en qué vamos a dejar de gastarnos esa cantidad?
Creemos que hay que tener sentido de nación y dejarlo claro. Hay cosas que no podemos tocar de ninguna manera. A saber: La Casa Real; el Presidente de Gobierno y a todos los expresidentes; a sus asesores y jefes de gabinete; a los ministros, secretarios de Estado y el resto del escalafón; a los diputados y senadores; a los presidentes autonómicos y a los expresidentes; a los consejeros, a las Diputaciones y a los alcaldes y concejales. Completo, incluyendo poderes judiciales, órganos asesores, el Constitucional y hasta el Tribunal de las Aguas.
Manteniendo la estructura del Estado íntegra, incluso con la lógica subida del IPC, de esta situación saldremos mucho más armados y, encima, algunos más delgados.
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Detrás de esta viñeta están Benjamín y Mercedes. Son padre e hija. Benjamín dirige el estudio Arquitectos San Lorenzo 8. Mercedes es ilustradora y diseñadora gráfica. El texto queda a cargo de Paula, la hija mayor, que se dedica a la seguridad alimentaria. La idea de cada semana: un asunto de familia.