Cuaderno de bitácora del Ferraz. Última entrada realizada por el teniente García-Page. 29/05/23 – 13:00.
Con esta anotación quiero dejar constancia de lo acontecido en el buque Ferraz. No sé si alguien leerá esto algún día, pero por lo menos mi conciencia quedará tranquila. Llevamos semanas surcando mares hostiles, pero la tripulación ha permanecido extrañamente en calma. No importaba que fuéramos atacados por babor o estribor, el capitán Sánchez parecía inmune a los envites y exigía a la tripulación que no cundiera el pánico. Insistía en que saldríamos victoriosos, pero algunos de nosotros le intentamos alertar de los peligros.
El día de ayer navegábamos en una zona donde se nos había alertado que podríamos encontrar icebergs. El capitán, desde el puente de mando, ha dado órdenes de no alterar el rumbo y acelerar la velocidad. Aparentemente los pronósticos decían que saldríamos ilesos de esta travesía. A las 20 horas del 28 la situación ha comenzado a torcerse. El barco ha ido chocando inevitablemente contra témpanos de hielo que abrían grietas en diferentes partes del buque. Ante la perplejidad del capitán Sánchez, la tripulación ha sucumbido a la desesperación.
Mi equipo se ha visto reducido a diecisiete valientes. Inicialmente resistimos con fuerza, pero las horas pasaban y a punto estuvimos de perder a alguno más, aunque finalmente hemos aguantado. Al terminar esta noche de terror podemos decir que el Ferraz sigue a flote, pero los daños causados por el temporal de ayer deberían ser reparados. Por desgracia el capitán no piensa lo mismo, y nos dirigimos al frente nuevamente. No sabemos cómo llegaremos al 23 de julio, pero donde hay patrón, no manda marinero.
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Detrás de esta viñeta están Benjamín y Mercedes. Son padre e hija. Benjamín dirige el estudio Arquitectos San Lorenzo 8. Mercedes es ilustradora y diseñadora gráfica. El texto queda a cargo de Paula, la hija mayor, que se dedica a la seguridad alimentaria. La idea de cada semana: un asunto de familia.