Cuando alguien piensa en un anciano de casi 86 años muy pocos tienen en la mente la imagen de un hombre que en la última semana se ha hecho más de 20.000 kilómetros para acudir de Abu Dabi a Madrid, pasando por Ginebra, vuelta a la ciudad suiza, Los Ángeles (EEUU) y luego de nuevo a Oriente Medio.
Juan Carlos de Borbón y Borbón está en plena forma y por muchos achaques que le tenga reservada la edad, son conocidos sus problemas de movilidad por culpa de su cadera y su rodilla, lo cierto es que tiene un espíritu que puede ser la envidia de muchos de su generación.
El pasado 20 de diciembre, el Emérito pudo disfrutar de una reunión familiar que hace un año era algo impensable para él desde su exilio dorado en los Emiratos Árabes Unidos. En uno de sus restaurantes favoritos de la capital española, el Pabú, un pequeño establecimiento con aforo para 35 comensales, su hija mayor, la Infanta Elena, invitó a todos sus seres queridos, incluidos los Reyes Felipe y Letizia, con motivo de su 60 cumpleaños.
Por primera vez en mucho tiempo, el exjefe del Estado pudo estar reunido con gran parte de sus familiares, aunque las grandes ausentes a la mesa fueron sus dos nietas Borbón Ortiz, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía. "Estaba contento, muy feliz. Parece que las cosas se van normalizando y que la paciencia está teniendo sus frutos. Sin embargo, todavía no están las cosas para pasar la Navidad en Zarzuela, aunque con el cumpleaños de doña Elena y el suyo propio, poco va a necesitar la noche del 24 de diciembre. Cada uno celebra las cosas como quiere y él está preparando algo muy gordo en su casa", nos cuenta uno de los mejores amigos del padre de Felipe VI.
Parece que las relaciones del ex jefe del Estado con su hijo empiezan a normalizarse. El actual Rey lo único que le pidió a su padre fue tiempo y paciencia para que las aguas se calmasen y sus visitas a España no supusiesen un 'boom' informativo y mediático, un arma arrojadiza contra la institución.
Esto está empezando a ocurrir, aunque todavía no le dejan quedarse a dormir en Zarzuela. "Él se niega a dormir en un hotel en Madrid que no sea la que fue su casa durante 40 años. Por eso prefiere venir y marcharse en el día. Esta ha sido su séptima visita a España y la tercera a la capital. Cada vez que viene a la ciudad se ve con su hijo, de una u otra manera, en un gesto de normalizar las relaciones que mantienen, que durante muchos meses han sido muy tensas. Las citas familiares, como la comida del otro día, son la excusa perfecta para volver a verse, eso sí, siempre alejados de las cámaras. Uno entra primero y el otro después", aclara la misma fuente.
Tras comer con toda la familia, el Emérito, ante la imposibilidad de volver a su exresidencia, tomó el mismo vuelo que le había llevado a Madrid y acompañado por su hija Cristina y su nieta Irene, volvió en el mismo avión a Ginebra, donde pasó la Nochebuena con la ex duquesa de Palma y sus hijos. Para el día de Navidad aterrizaron en la capital suiza su otra hija, la duquesa de Lugo y sus dos hijos, Felipe y Victoria.
Roma y Los Ángeles
El día 27 Juan Carlos lo pasó en Roma, la ciudad que lo vio nacer, donde estaba invitado al cumpleaños de Olimpia de Torlonia, la hija pequeña de Beatriz de Borbón y Alessandro Torlonia, que es su prima, ya que es nieta de Alfonso XIII. Han sido varias las visitas del exjefe del Estado a la capital italiana invitado por esta rama de su familia, porque a los Torlonia les debe también que acogieran a los Condes de Barcelona cuando llegaron a esta ciudad buscando un hogar y donde nació él.
Se trató de una cita familiar, para soplar los 80 años de Olimpia en el restaurante Jardín Russie, uno de los locales más de moda del momento en Roma y que está cercano a la Piazza del Poppolo.
Pero la vitalidad de Juan Carlos no termina ahí, ya que su idea es pasar, como ha hecho últimamente y que tanto le gusta, la última noche del año en Los Ángeles. Fue poco antes de la pandemia cuando decidió empezar a pasar allí la Nochevieja, en el lujoso hotel de cinco estrellas Beverly Wilshire.
El coronavirus le impidió repetir, pero esta vez no quiere perdérselo y se comerá las uvas en Hollywood, con los muchos amigos que tiene al otro lado del charco. "No va a parar, pero la guinda del pastel la pondrá en su cumpleaños. Ese será el mejor momento de todas las Navidades", asegura la fuente.
Ésta se refiere a la velada que Juan Carlos está preparando con motivo de su 86 cumpleaños, en su exilio de Abu Dabi. "Está en un momento de la vida en la que no sabes cuánto tiempo vas a durar, y él te lo dice así, por eso piensa, y estamos todos de acuerdo, que hay que celebrar las cosas y más un 86 cumpleaños" explica.
Tras las Navidades, el 5 de enero, la fiesta se trasladará a la casa del emérito en Abu Dabi. El Rey quiere reunir en ella a un centenar de personas entre familiares, gente de confianza y antiguos colaboradores en su mansión de Emiratos. El espacio no es un problema, ya que se trata de una casa de lujo de más de mil metros cuadrados y 4.000 de jardín.
"Es el momento perfecto del año para ir allí. Es casi primavera, con temperaturas super agradables para disfrutar del aire libre. Un Marbella en pleno desierto", describe el amigo del padre de Felipe VI. Y es que ese parece ser el 'leitmotiv' del evento, la ciudad malagueña en los años 90, en el que el lujo era lo habitual.
El padre de Felipe VI ha enviado personalmente las más o menos cien invitaciones, y ya son muchos, como Fernando Almansa, exjefe de la Casa, o la empresaria Alicia Koplowitz que ya han dado confirmado su presencia. Por supuesto, no va a faltar su familia más cercana, como sus dos hijas, las Infantas Elena y Cristina.
"Él está pendiente de todo, de que todos tengan sus billetes y los mejores hoteles de la ciudad" nos cuenta. "Además, no faltarán las personas que tiene cerca allí". La fuente se refiere al comerciante de armas Abdul Rahman El Assir y a parte de los miembros de la familia del jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan.
Ausencia de Sofía
La gran ausente del festejo será su mujer, la Reina Sofía. La emérita es una de las pocas personas del círculo cercano de Juan Carlos que todavía no ha viajado a visitarle a su exilio de Abu Dabi. No ha ido nunca ni tiene ninguna intención de ir. "Y menos después del feo de la felicitación de Navidad. Doña Sofía está resignada, pero desde luego, no piensa arrastrarse a esa locura que se va a vivir en el desierto de Emiratos", nos confiesa otra persona muy cercana a la madre de Felipe VI.
El tema de la felicitación del que habla la fuente es la polémica que ha tenido lugar esta Navidad con el 'christmas'. Tan sólo una semana después de que la Casa de su Majestad el Rey enviara dos felicitaciones, el primero en que los protagonistas eran Felipe VI, Letizia, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía.
En el segundo, enviado supuestamente por los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía, no aparecía una imagen de ellos. En su lugar, escogieron una obra de Bartolomé Esteban Murillo, 'La Adoración de los Pastores'. A pesar de que este 'christmas' se envío a todos los medios de comunicación y a su entorno más cercano, unos días después, y ante la sorpresa del departamento de comunicación de Zarzuela, el Emérito envió su felicitación en solitario, sin su esposa, y en la que aparece solo él, con una fotografía en la que aparece, solo, en el barco disfrutando de una de las últimas regatas disputadas en su retiro de Sanxenxo, en Galicia.
"Se quedaron todos de piedra, no entendíamos nada. Un disgusto más para doña Sofía, aunque ya, le da un poco igual", sentencia la misma fuente.
Con mujer o sin ella, Juan Carlos celebrará sus 86 años con vino español, que han traído desde su bodega favorita, Rioja Contino, para la ocasión y el menú será 100% 'made in Spain', con productos españoles como el jamón serrano o la ventresca, su conserva favorita y que le traen los amigos de Sanxenxo cuando van a visitarle al desierto.
Será una fiesta por todo lo alto, con lentejuelas y gala al más puro estilo Marbella, pero que poco tendrá que ver con aquellos cumpleaños supuestamente felices que pasaban en Zarzuela, con toda la familia, y con el frío invierno de Madrid en el exterior. 'Estamos seguros de que ese momento tendrá lugar cuando sople las 87 velas', adivina el amigo del Emérito.