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Dice el refranero español que "cuando te casas por todo pasas" y esto se puede aplicar hayas crecido en el Palacio de la Zarzuela en el Monte de El Pardo o en un piso en el mismo centro de Vallecas (Madrid). Las imágenes de Iñaki Urdangarin paseando por una playa de Bidart, en el País Vasco francés de la mano de una compañera de trabajo, ha hecho saltar por los aires la imagen del matrimonio Urdangarin Borbón que tenía todo el país. La Infanta Cristina y el exjugador de balonmano representaban la solidez de una pareja que ha pasado por todo lo que uno se puede imaginar.
La última vez que vimos a la hermana del Rey y a su marido fue las pasadas navidades, cuando pasaron unos días en Baqueira esquiando con sus hijos y donde todo parecía normal. Nadie podía imaginar que esa estampa familiar llevaba rota desde hacía varios meses, ya que fue después del verano cuando el cuñado de Felipe VI le habló a su esposa de Ainhoa Armentia, una compañera de trabajo. Sin embargo, la imagen de las pasadas fiestas demuestra que, seguramente por el bien de sus cuatro hijos, los exduques de Palma intentan mantener una buena relación.
A pesar de los recurrentes rumores de crisis, la pareja formada por la hermana menor del Rey y el vitoriano siempre se había mostrado sólida, toda vez que atravesaron juntos el trauma del proceso Nóos. Cristina de Borbón resistió las presiones familiares para que se separara de su marido y no solo se mostró, incluso se exhibió al lado de Iñaki en el banquillo y a punto estuvo de verse también condenada por delitos fiscales.
Tras estar dos años en la prisión de mujeres de Brieva, en Ávila, donde fue visitado hiciera frío o calor por su esposa con viajes desde Ginebra a Madrid, el cuñado de Felipe VI pasó sus permisos penitenciarios con Cristina.
Y hace un año se le permitió abandonar la prisión y trasladarse a Vitoria, su ciudad natal, donde se ha instalado en casa de su madre, Claire Liebaert. El traslado tenía lugar porque el exjugador de la selección española de balonmano había conseguido trabajo en el bufete de abogados Imaz Asociados de la capital alavesa. Es allí dónde conoció a Ainhoa Armentia, que está recién separada y tiene dos hijos. De determinados beneficios del recluso Urdangarin, siempre sin incumplir las normas penitenciarias, se ocupó la misma Reina Sofía.
Mientras, en el lugar de nacimiento de la Infanta Cristina el silencio es la respuesta oficial. Zarzuela no hace comentarios sobre la vida privada de nadie, pero menos sobre la de la familia del Rey. Sin embargo, la llamada de la exduquesa de Palma de Mallorca a su hermano el martes para que estuviera al tanto de las fotos que se iban a publicar al día siguiente de su marido de la mano de una colega causaron estupor. "Esto sí que no se lo esperaba nadie. El caso es que es una mina más, de las que el reinado de Felipe VI va intentando superar a pesar de su familia", cuenta una persona cercana al equipo del jefe del Estado.
Nadie puede saber lo que va a ocurrir con el matrimonio de la Infanta Cristina. Ahora esa es la gran pregunta. Una amiga muy cercana le contaba a este periódico que ahora mismo ella intenta recomponerse y rehacer su vida en Ginebra, ciudad suiza en la que vive junto a su hija pequeña, Irene. Pero nadie puede negar que la pareja ha pasado pruebas muy duras: un proceso judicial, la condena y paso por la cárcel de Iñaki, la retirada por parte de Felipe VI del título de duques de Palma de Mallorca, el alejamiento total de los Reyes, el desprestigio ante la sociedad y, al parecer, ruina económica.
"No se lo esperaba nadie. Es una mina más, de las que el reinado de Felipe VI va intentando superar"
"Toda esta historia tiene al final su punto sarcástico. Llevan desde el 2004 diciendo que el matrimonio de Felipe y Letizia iba a durar meses y resulta que en Zarzuela están todos separados menos los que se iban a divorciar a las dos semanas", añade entre sonrisas la misma persona.
Esta es una afirmación muy cierta, porque le pese a quien le pese, Felipe y Letizia llevan casados más de diecisiete años, superando varias crisis, pero todas con final feliz. El matrimonio de los Reyes se basa en cuatro puntos de este acuerdo no escrito: salir solos cuando quieran, la familia no se toca, los amigos son sagrados y la educación de sus hijas se reparte a un 50%.
Tardaron un tiempo el lograr el equilibrio y Letizia ha tenido que pelear mucho para encontrar su sitio en Zarzuela. "¿Quién no ha tenido baches en su relación de pareja? Lo bueno es que lo solucionan y les hace más fuerte. El Rey es calma, ella es como una polvorilla, pero luego se arreglan. Se complementan bastante bien, pero no existe el matrimonio perfecto", aclara una amiga de la Reina. "Eso sí, mira cómo han acabado los que aseguraban que Letizia y Felipe no iban a durar. Ahora resulta que la que era tan mala para la Corona va a ser lo mejor que le podía haber pasado", añade.
Además de la Infanta Cristina, parece que el que peor se ha tomado el noviazgo inesperado de Iñaki ha sido Juan Carlos, que continúa en su exilio forzoso de Abu Dabi. Hasta allí se desplazó la Infanta Cristina, acompañada por su hermana, el pasado mes de noviembre para contarle a su padre que su matrimonio estaba viviendo una fuerte crisis.
Al parecer, las fotos que se han publicado han impresionado mucho al emérito. "Ya está tocado porque no puede pasar ni un minuto más en el desierto y las imágenes del miércoles le han impresionado mucho. Y eso que ya sabía que la pareja estaba tocada, aunque igual no se imaginaba que estuviera tan rota", explican fuentes próximas a Juan Carlos. "Sabe que él no ha sido un buen ejemplo para sus hijos sobre lo que tiene que haber en un matrimonio para que este funcione, y parece que las fotos del paseo de Iñaki con otra mujer le están pesando mucho por las consecuencias que tendría", añade.
En una entrevista reciente, Pilar Urbano, autora de la biografía oficial de doña Sofía, La Reina de cerca, no dudaba en calificar el matrimonio de los eméritos como de "alta conveniencia", sobre todo por parte de Juan Carlos. El ahora exiliado era por aquel entonces, a principios de los 70, uno de los pretendientes al trono de España y casarse con una princesa real aumentaba sus posibilidades. La escritora tuvo en una ocasión la oportunidad de hablar con los dos por separado y preguntarles sobre su matrimonio. La respuesta de la Reina fue muy clara: "Me casé muy enamorada, él es el amor de mi vida", le contó a la autora.
Juan Carlos, el que peor lo lleva."Sabe que no ha sido buen ejemplo de lo que tiene que ser un matrimonio"
En cambio, el entonces jefe del Estado se mostró más frío: "Hombre... enamorado románticamente no estaba. Yo le gustaba a Sofía y eso siempre anima. Además, era un buen partido y en conjunto todo encajaba".
Con estos antecedentes no es de extrañar todo lo que sucedió después. En la que las amantes más famosas de Juan Carlos tienen nombre y apellido como Marta Gayá, -quien ha visitado al Emérito en Abu Dabi-, Bárbara Rey y Corina Larsen, que incluso llegó a ser vecina en El Pardo de la Reina Sofía. Sin embargo, su mujer sigue esperando a que vuelva a Zarzuela, cosa que previsiblemente ocurrirá, como han pactado padre e hijo. ¿Será en febrero?
Elena, la primera
Tampoco ha tenido un final de cuento de princesas el matrimonio entre la duquesa de Lugo y el que fue su marido durante doce años, Jaime de Marichalar. Un martes 13 de noviembre de 2007 un portavoz del Palacio de la Zarzuela comunicaba a los medios de comunicación el "cese temporal de la convivencia de la Infanta Elena y su esposo". Así se ponían fin a doce años de una historia de amor entre el joven perfecto, de buena familia, educado, trabajador y con un buen puesto en un banco español, y la hija mayor de los entonces Reyes de España. El divorcio se consumó en diciembre de 2009.
La Infanta Elena vivía en París cuando conoció a Marichalar, que por entonces trabajaba en un banco francés. El hijo de la aristócrata familia soriana se ofreció a hacer compañía a la hija mayor de los reyes eméritos que, por entonces, se estaba recuperando de su ruptura con Luis Astolfi.
Jaime de Marichalar pronto gusto a la Reina Sofía, a la que le encantaban sus modales y su buena educación. Más le costó convencer al que iba a ser su suegro, Juan Carlos, que siempre receló de sus rancias formas y de su impostura. De hecho, el yerno preferido de Juan Carlo I siempre fue Iñaki. Jamás lo ocultó entre sus amigos.
Pero los entonces Reyes aceptaron la elección de su hija. Tras una luna de miel en Australia, el matrimonio vivió años de tranquilidad aumentada por la llegada de sus dos hijos: Felipe y Victoria. Pero pronto comenzaron a aflorar las diferencias. A él le gustaba mucho la vida social y salir por la noche y Elena solo pensaba en madrugar para irse a su adorada hípica.
El ictus que sufrió Marichalar en diciembre de 2001 fue definitivo. Cuando sucedió, la infanta Elena ya pensaba en la separación, pero por su sentido de la lealtad (tan firme como el que le une a la Corona) se quedó junto a él. Toda la familia se mudó a Nueva York para que Jaime siguiera allí su rehabilitación. Pero todo fue en vano. La duquesa de Lugo lo tenía decidido y el mal carácter que se le había quedado a su marido tras el infarto cerebral fue el remate para que Zarzuela anunciara el cese de la convivencia.
Este ha sido uno de los mayores disgustos en la vida de doña Sofía, ya que no le hacía ninguna gracia tener un divorcio en su familia cuando ella permanecía al lado de su esposo a pesar de todo. Puede que la reina emérita tenga que asumir otro fracaso matrimonial en pocos meses, esta vez el de su otra hija, la infanta Cristina.
La Infanta y su exmarido son una pareja de divorciados que durante años se ha comunicado a través de terceras personas. Ahora que sus hijos son mayores, no lo hacen y son ellos los que trasmiten los mensajes.
Ahora, Cristina
La duquesa de Lugo ha sido el mejor apoyo de su hermana Cristina en estos difíciles momentos, pero entre ambas hay una diferencia que hace sus casos muy diferentes, en el matrimonio de los exduques de Palma de Mallorca se ha metido una tercera persona. "Y eso duele mucho. Aunque la infanta ya está intentando rehacerse. Han sido semanas muy difíciles. Fue el propio Urdangarin el que se lo contó y él también el que le aviso de que les habían hecho esas fotos en Bidart el pasado día 11 de enero. Después la revista que las compró llamó a la infanta y a Zarzuela para avisar de su publicación. Pero todo esto está siendo muy duro para todos", comenta una amiga de la familia Borbón Urdangarin. De cumplirse los tiempos del divorcio de su hermana Elena, el proceso será rápido si se pone en marcha.
La paradoja de la historia viene al recordar que cuando la Casa Real anunciaba el uno de noviembre de 2003 el compromiso del príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz Rocasolano, todo parecía un cuento de princesas hecho realidad. Sobre la intrahistoria de esos meses previos y posteriores de la boda se ha especulado mucho. Pero lo que parece real es que el propio rey Juan Carlos no veía con buenos ojos la boda de su hijo con una divorciada. "Se va a cargar la monarquía", comentó a varias personas de su entorno de entonces.
Quién le iba a decir a Juan Carlos, por aquel entonces, que iba a ser él quién pusiera la institución en peligro, acompañado de sus dos hijas mientras que su nuera, la divorciada se convertiría en la mejor pieza sobre el tablero de la Monarquía. Tampoco era previsible, claro, que la familia feliz, que posaba en la escalinata de Zarzuela en los años 70, con lo que parecía un sólido matrimonio entre Sofía y Juan Carlos, tendría este desenlace: todos separados, de hecho o de iure, menos Felipe, el Rey.