La entrada al baile de los domingos del Hogar del Jubilado de L'Alcúdia de Crespins, Valencia, (5.200 habitantes) son dos euros. Fue de lo último que pagó en su vida Vicente Gallego (87 años). Este viudo de Xàtiva, arquitecto de profesión, llegó a la fiesta con su novia Carmen (77 años) y su amiga Luisa (89 años). Al acabar el evento, sobre las 21.45, los tres se subieron de vuelta en el Opel Vectra de Vicente. ¿Destino? El pueblo de las mujeres: Llosa de Ranes -a 11 kilómetros-. Pero, según la investigación policial, Vicente salió mal, por error, de la rotonda de acceso a la A-7.
Condujo cuatro kilómetros en sentido contrario provocando uno de los accidentes de tráfico más graves que se recuerdan en Valencia. Se saldó con cuatro coches involucrados, cinco muertos, incluido Vicente, su amiga Luisa y tres estudiantes de 18, 29 y 21 años y tres heridos graves. El brutal suceso ha avivado el debate sobre los conductores mayores de 80 años. ¿Hay que quitarles el carnet? EL ESPAÑOL | Porfolio se ha subido en el coche con un octogenario del mismo Hogar del Jubilado de L’Alcúdia para preguntárselo. También da su opinión la DGT, los médicos que realizan los psicotécnicos y las asociaciones de conductores y fiscales de Seguridad Vial. Abróchense los cinturones: éste es un viaje por el controvertido mundo de los octogenarios al volante.
La ruta comienza en el mismo bar que Vicente, kamikaze por error, visitó el pasado domingo por la noche. El bar del Hogar del Jubilados de L’Alcúdia de Crespins. Nos recibe, atento y dicharachero, Fernando Martínez (78 años), el secretario de la Asociación. Fue una de las últimas personas que habló con Vicente. "Lo conocí esa noche, yo me encargué de cobrar la entrada", recuerda Fernando.
"Él y las dos mujeres llegaron pronto, así que hablamos un poco antes de que empezara el baile. Me contó que de pequeño trabajaba por las mañanas y por las noches estudiaba y así se sacó el título de arquitecto", continúa Fernando. Conversaciones de jubilados, terminaron "hablando de la mili" y de cómo les había ido la vida después. Vicente era de Xàtiva. Viudo, ahora salía con una mujer de un pueblo cercano, Llosa de Ranes.
L’Alcúdia de Crespins está en el corazón de la comarca valenciana de La Costera, rodeada de barrancos y sierras. Es el típico pueblo valenciano donde aún se hacen las tertulias a pie de calle y el hogar del jubilado sigue siendo el punto de encuentro de las personas mayores, sobre todo en los meses de invierno. La Asociación, dice el secretario, llegó a tener 600 socios. Ahora ha descendido por la Covid.
Los socios no sólo vienen del pueblo, también de los alrededores, sobre todo, de Canals. Ambos municipios están separados por la vía del tren y son más que vecinos porque sus términos municipales han acabado casi unidos.
Vicente Lorente García tiene 84 años y es el ejemplo de esa unión de ambos pueblos. Es de L’Alcúdia de Crespins, pero vive en Canals. Coincidimos con él en la puerta del bar de los jubilados. Ha sido fontanero toda la vida, pero hoy nos va a hacer de chófer ocasional.
Con el bastón al lado
Asegura Vicente que no tiene ningún problema conduciendo y accede a subirnos a su coche y pegarnos una vuelta por las calles de L'Alcúdia de Crespins. "Claro que sí, por qué no. No tengo ningún problema y tenemos que concienciar a la gente mayor". Lleva un Mondeo del año 1999, impecable por dentro y por fuera. "Me ha salido bueno este coche y ha estado en buenas manos", presume.
Nuestro conductor octogenario lleva bien visible la pegatina verde que acredita que su vehículo ha pasado la ITV correctamente y de fondo suena la radio pública valenciana con las noticias. "Me gusta estar bien informado de lo que pasa aquí". Coloca su bastón al lado del asiento del copiloto, nos ponemos el cinturón y arranca el coche. "Ahora lo que te pido es que no me hables demasiado, porque tengo que estar concentrado mientras voy al volante". Arrancamos.
Durante el trayecto, Vicente mantiene la tensión y respeta cada señal con la que nos encontramos. Conduce con seguridad y prudencia el trayecto de tres kilómetros que le separa del Hogar del Jubilado de L'Alcúdia de Crespins a su casa de Canals.
Mientras vamos en el coche, nos cuenta que tiene seis hijos y que es viudo desde hace 12 años. "Durante el trayecto, solo cojo una rotonda y voy muy despacio". Son las instrucciones de sus hijos: "Me dicen que no vaya rápido, nada más. Yo vivo solo y me apaño muy bien. Ni siquiera cogía el coche hasta hace un año para venir aquí, me hacía el recorrido andando, pero ahora me cuesta más".
El primer carnet de conducir de Vicente fue el de motocicleta y se lo sacó en Cáceres en 1957. "Estuve trabajando allí unos años con un tío mío", recuerda. El de coche lo aprobó 10 años después, en 1967. Lo renovó hace cuatro años. De ese modo, le toca volver a un centro de reconocimiento, si quiere seguir conduciendo, dentro de un año. "Nunca he tenido un accidente y tengo todos los puntos", señala. Pero "a estas alturas ya me lo darán para un año", cree él.
La renovación del carnet
La renovación del carnet es uno de los puntos clave en el debate sobre la conducción de los octogenarios: ¿Qué pruebas se les hacen? ¿Cómo saber su nivel de reflejos? El carnet de conducir se renueva en España, si no hay problemas de salud, cada 10 años. Una vez que el conductor cumple los 65, se revisa cada cinco años. Desde la DGT han anunciado que van a volver a estudiar estos plazos y el propio ministro del Interior, Fernando Marlaska ha señalado esta semana, mientras se investiga el accidente de Valencia, "que el coche es un elemento de riesgo y hay que trabajar para que los conductores tengan las capacidades para no poner en riesgo ninguna vida".
Según los datos de la DGT, en nuestro país hay casi medio millón de conductores de más de 75 años. Son 493.873, el 3% del total de conductores, que rondan los 16,5 millones. A la hora de analizar sus accidentes, las estadísticas reflejan que la mayoría de mayores víctimas de accidente lo son por atropello, es decir, como peatones, no como conductores.
Hasta el año 2009, en España, los conductores de más de 70 años estaban obligados a renovar su licencia cada dos años. Lo recuerda Bonifacio Martín, secretario general de la Asociación Española de Centros Médicos Psicotécnicos (ASECEMP). Ese año se cambió la normativa: revisión cada cinco años. "Lo consideramos un disparate", señala Martín a EL ESPAÑOL | Porfolio. Es igual de tajante cuando le preguntamos si debería prohibirse conducir a partir de los 80. "No, no debería haber un límite de edad", contesta. Aunque eso no significa barra libre, o en este caso, conducción libre. Él apuesta por las restricciones atendiendo a la situación del conductor: "La atención y los reflejos se pierden, por eso se puede limitar la velocidad, prohibir conducir por vías de alta densidad, como la vía en la que entró el anciano de Valencia…"
Compara las revisiones del conductor con las del coche: "Deberían ser como la ITV, si el coche es viejo, tiene que ir cada año, pues lo mismo con el conductor. El conductor es el causante del 99% de los accidentes, no el coche, ni la carretera…".
Los centros psicotécnicos en España, explica Bonifacio Martín, ponen una media de 300.000 restricciones a conductores cada año. Deniegan, asegura, más de 30.000 licencias. "La mayoría a mayores de 70 años", desgrana. Es importante, señala el experto, comunicar este tipo de decisiones con cautela. "Si no dejamos que los ancianos conduzcan, los condenamos a que dependan de los demás, pero quizá sí que hay que limitarles su radio de acción", explica. A partir de 80, es bastante habitual prohibirles que conduzcan por la noche, por el deslumbramiento, y que no circulen por vías de alta densidad, como las autovías.
"Estoy a favor de que a las personas mayores no nos dejen conducir por las autovías, es peligroso para nosotros"
Nuestro chófer octogenario coincide totalmente con el secretario general de los centros de Psicotécnicos. "Estoy a favor de que a las personas mayores no nos dejen ir por las autovías, es peligroso para nosotros", señala Vicente Lorente. Él no conduce de noche: "No me siento seguro, para qué te voy a decir otra cosa. Hasta hace cuatro años, me iba a Benidorm en coche sin ningún problema. Pero hubo un momento que una de mis hijas me dijo 'el coche en casa'. Y ahora me llevan. Como mucho me hago tres kilómetros al día porque me cuesta más andar".
Desde la Asociación de Autoescuelas de Valencia recordaban esta semana que "hay padres que piden que no se les renueve el carnet a sus hijos". Pero ¿qué pruebas les hacen a los mayores de 80? "Cuando voy a renovarme el permiso, me hacen pruebas en las manos o de oído. No es demasiado difícil que te den la renovación. Por ello, creo que se tienen que reforzar las pruebas y controles", reconoce Vicente.
Centros donde "los ciegos ven"
Doctor en Psicología especializado en Seguridad Vial, Bonifacio Martín recuerda que "a más edad, más problemas". Atención: no sólo para el conductor, también para los centros de Reconocimiento Médico, un sector con precios liberalizados. Sus críticas apuntan, directamente, a la falta de control, de inspección, sobre su sector. No, no se está disparando en el pie. Lo explica: "Hay centros de reconocimiento donde los ciegos ven y los sordos oyen y esos centros hacen mucho daño al sector, porque las personas mayores tienen mucho tiempo y preguntan y saben en qué centro te miran poco y te preguntan menos".
Los centros, asegura Bonifacio Martín, sufren una enorme presión. Pone un ejemplo de lo que suele escucharse en las clínicas con mayores: "Pero si mi cuñado está peor que yo, y a él se lo han dado para cinco años". Ante esta situación, habla de la paradoja de su sector: "Al que mejor hace su trabajo, peor le va". Asegura que en España hay más de 2.800 centros y que, realmente, "sobran la mitad". "Se hacen una media de 4,5 millones de reconocimientos al año", desgrana.
"Deberíamos tener acceso a las tarjetas sanitarias para conocer la medicación, sus problemas de salud... La gente miente"
Desde la asociación de Centros de Médicos Psicotécnicos proponen más inspecciones a esos centros que renuevan de forma excesivamente fácil el carnet, más formación para sus trabajadores y más acceso a la información de los conductores. "Necesitamos acceso a las tarjetas sanitarias, para saber qué medicación toman, qué problemas de salud tienen, porque la gente miente, mienten como bellacos".
Las mentiras no son exclusivas de los ancianos. "¿Bebe usted? 'Lo normal', suelen contestarnos. Un 10% de los españoles tiene problemas con el alcohol, en los centros tenemos médicos y psicólogos especializados, sabemos reconocer síntomas, pero aun así no detectamos más de un 1%". Según los jubilados y la jefa del bar, María del Mar Herraiz, Vicente Gallego, el anciano que causó el accidente el domingo por la noche, no había bebido ni una gota de alcohol: "Tomó una fanta de limón y una tónica", señala Herraiz.
Aunque la vida sigue en el Hogar del Jubilado, el estado de shock permanece. Vicente, Carmen y Luisa lo pasaron tan bien en el baile del domingo que habían prometido volver este fin de semana. "El accidente ha sido un impacto muy grande para nosotros. Conozco a la familia de toda la vida, por mi profesión de fontanero, pero el domingo no los vi, porque se hacía de noche y tenía que coger el coche, así que me fui cinco minutos antes de que llegaran", dice Vicente Lorente, con el coche ya aparcado. Vicente, Luisa y Carmen llegaron algo antes de las 19.00 horas, la hora a la que comienza el baile.
La fiesta de los domingos ha estado suspendida en lo más duro de la pandemia. Pero hace unos meses, cuando ya todos los mayores se vacunaron y se relajaron las restricciones, se recuperó. El Hogar del Jubilado, con bar incluido, es un espacio prácticamente diáfano, de cuyas paredes cuelgan retratos de sus presidentes y que se adapta según el evento del día.
Con 90 a 70km/h
Hoy hay bingo. Los ancianos solo nos atienden en los descansos. José Úbeda Barberá, también de Canals, sigue a rajatabla las instrucciones mientras juega al Bingo con su amiga Alicia. Él cumplirá 91 años el próximo 14 de febrero.
"Yo he conducido toda la vida camiones, no es lo mismo que cuando era joven, pero me defiendo bien. Sé que soy mayor, pero yo voy más tranquilo en el coche cuando conduzco yo que con mis hijos", asegura. Está tan afectado como los demás por el accidente del domingo y es defensor se refuercen los controles para que personas, mayores o jóvenes, que no estén preparadas para conducir les retiren el permiso.
A sus 90 años, asegura que él mantiene bien la vista, tiene un oído perfecto y una salud envidiable. "Estoy hecho un chaval y he superado todas las pruebas", dice. Su amiga Alicia lo corrobora y se suma a su postura frente a los carnés de conducir a partir de los 80: "Hay que controlar más el estado de las personas mayores que siguen cogiendo el coche, pero personas como José pueden ir por carreteras comarcales sin ningún problema. Sabía que se lo iban a renovar porque él es un caso excepcional y está muy bien".
Fue en enero cuando José pasó por el centro médico. Le renovaron por un año. Con condiciones. "Ahora llevo un resguardo y en abril me darán el definitivo. Me lo han dado para un año con la condición de que no vaya a más de 70 kilómetros por hora y no vaya por autovías. Yo solo me muevo entre estos pueblos, no me hace falta coger otras carreteras".
"Mis hijos están más tranquilos cuando no cojo el coche y voy con ellos, pero yo me siento bien"
"Yo no salgo de la carretera que une Canals con L’Alcúdia de Crespins, entre dos o tres kilómetros. Yo no voy ni a Xàtiva –la ciudad más grande y de referencia en la zona- con el coche. Por la noche no conduzco, pero de día lo que quieras. Mis hijos están más tranquilos cuando no lo cojo y voy con ellos, pero yo me siento bien", desgrana.
José nos daría una vuelta con su coche -ha venido con él-, pero hoy manda el bingo. Acaba de empezar otra ronda. Vuelve el silencio al hogar del pensionista. Le dejamos con su cartón y quizá, intentando recordar cuándo se sacó el carnet de conducir. No se acuerda exactamente: "Creo que tenía unos 17 años y fue en Valencia", concluye.
Como José, la mayoría de los jubilados, salvo los que viven al lado, llegan al Hogar con su coche. "Aquí, o te mueves con tu coche o no hay alternativa. No hay autobuses y los trenes pasan cuando quieren. Mucha gente vendría en transporte público, pero aquí no tenemos. No hay autobuses que unan los pueblos, y menos los domingos", denuncia Fernando, el secretario.
Garantizar la movilidad de los mayores es otra de las demandas de la Asociación de Automovilistas Europeos, AEA. El problema no está sólo en zonas rurales, sino también en el tipo de núcleos urbanos como el de L’Alcúdia de Crespins.
"Hay que garantizar la movilidad de los mayores. ¿Qué le vas a decir a tu padre?: 'Ya no puedes conducir, quédate en casa'"
"Habrá que garantizar unos mejores servicios de transporte público para los mayores si no queremos que conduzcan. ¿Qué les va a decir a tu padre? 'Mira ya no puedes conducir y quédate en casa. En EEUU están muy avanzados y hay asociaciones a las que, por ejemplo, el conductor mayor dona su coche a cambio de que lo lleven y lo traigan cuando necesiten. Deberíamos fijarnos en eso y subvencionar más transporte público", señala Mario Arnaldo, presidente de AEA.
"Nada de prohibir"
¿Prohibir la conducción a los mayores de 80? "Nada de prohibir", responde Mario Arnaldo, presidente de la Asociación Automovilistas Europeos. "El censo de conductores mayores es cada vez mayor, si hasta hay gente, sobre todo mujeres, que se saca el carnet a los 70 y los 80 años. ¿Qué podemos hacer? Expulsarlos, adaptarlos o apostar por una conducción más segura", continúa Arnaldo.
Su asociación sólo es partidaria de que los conductores se "corten la coleta" cuando afecten a la seguridad vial. En línea con los centros psicotécnicos, demanda más y mejor control de las capacidades del conductor. "No se analiza la orina, ni la sangre…", lamenta. "No sólo de los conductores de 80 años, también de los de 18 años", añade.
Arnaldo propone que los médicos de cabecera compartan los datos con Tráfico. "¿Va contra la protección de datos? Igual que es obligatorio comunicar que un paciente padece una enfermedad pandémica, debería serlo comunicar un problema o una medicación que puede suponer una suspensión temporal o total de la capacidad de conducción", considera.
Para evitar despistes y confusiones, desde la Asociación de Automovilistas Europeos, AEA, proponen señales más grandes. "Habría que revisar la señalización vertical para hacerla más grande, como ocurre con los fabricantes de móviles: si no quiere usted perder a sus clientes, adáptese, haga las teclas más grandes", explica Mario Arnaldo, presidente de AEA.
Sin embargo, desde la AEA no son partidarios de una propuesta que hizo en 2020 el fiscal jefe de Salamanca, especializado en Seguridad Vial, Juan José Pereña. Propuso que los conductores mayores de 70 llevaran una M en el coche, igual que los noveles llevan una L. Su propuesta, registrada en la Memoria de su Fiscalía en 2020, fue más que polémica.
"Yo propuse que los mayores llevaran una M, con los noveles una L, pero la propuesta se malinterpretó"
Lo recuerda para EL ESPAÑOL | Porfolio el mismo fiscal. "En mi día a día veo que son personas que tienen reflejos más lentos, con los que hay que tener cuidado especial…", explica. Pero le llovieron las críticas: "Fue una propuesta muy malinterpretada, pero es igual que la L, para proteger, para ayudar…". Los mayores, asegura, "normalmente son muy prudentes al volante, pero pueden tener más dificultades para entrar en una rotonda, para calcular distancias, por la vista y por los reflejos". En cualquier caso, Juan José Pereña ya ha tirado la toalla: "Yo hice la propuesta y, sí, está enterrada. Y en aquel momento también me enterraron a mí".
De cara al futuro, Mario Arnaldo, de Automovilistas Europeos Asociados, es muy positivo. "El coche autónomo traerá muchas ventajas para las personas mayores". Mientras tanto, suma a sus propuestas de más control y señalización una apuesta también por la tecnología. Plantea instalar sistemas de láser -que ayudaría a los kamikazes involuntarios- e incluso de bloqueo en el suelo -que paralizaría a los voluntarios- en cada acceso a una autovía. Pero, ¿han calculado cuánto cuesta?, le preguntamos: "Un láser, por ejemplo, es barato, pero, ¿cuánto cuesta una vida?", contesta él. O, como en el caso de L'Alcúdia de Crespins, cinco vidas.
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