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Isak Andic (1953) probó el mango en Filipinas, le gustó tanto que en 1984 decidió registrar su incipiente negocio textil con ese nombre. "Lo escogí porque amo la fruta, es lo único que desayuno y, además, ésta sonaba igual en casi todos los idiomas", ha confesado el fundador de Mango que acaba de celebrar el desembarco de la compañía en el 711 de la milla de oro de Manhattan, la Quinta Avenida. La inauguración de la primera macrotienda de 2.100 metros cuadrados en la Quinta Avenida ha conseguido lo que no han logrado los medios en 38 años: que Isak Andic abandone el ostracismo y permita que le fotografíen con todas las estrellas que le acompañaron en el festejo.
Esta flagship neoyorquina, en la que se han invertido más de 100 millones de euros, se presenta como la joya de la corona familiar, como un punto de inflexión en la estrategia comercial de Mango que espera inaugurar en EEUU una treintena de tiendas en los próximos tres años.
Por todo esto, a nadie le extrañó que el fundador de Mango aparcara su zona de confort para cenar rodeado de celebrities como Katie Holmes, Veronika Heilbrunner o Camille Charrière. Tenía que dejar clara la resurrección de la marca que en 2016 flirteó con los números rojos, cuando la firma de moda perdió 61 millones tras reducir sus ventas un 2,9% y alejarse Andic del puesto de mando. Cinco años después, en 2021, obtuvo un resultado neto de 67 millones de euros que triplica los 21 millones obtenidos en 2019 y un ebitda -beneficio antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización- que ha superado los 423 millones, frente a los 193 millones de 2020, el más alto desde 2014.
La nueva tienda neoyorquina se convierte en el estandarte de un ambicioso despliegue internacional de la compañía, que además del mercado norteamericano pretende recalar en India. A medio plazo, el equipo de Andic espera que este mercado sea una de sus cinco regiones principales en volumen de facturación. Por ahora, lo que ya es una realidad son los 2.100 metros cuadrados de la tienda neoyorquina que "huele a higos", una experiencia sensorial contada por la revista Harper's Bazaar.
Quizá como referencia a los orígenes de la firma, los escaparates del comercio están decorados con las típicas persianas mediterráneas de esparto, que juegan con formas ondeadas y se combinan con vasijas de barro. Se ha hecho otro guiño a los orígenes, en este caso, de la ciudad que alberga la tienda: la fachada del edificio se ha rehabilitado. En la tan marketiniana apuesta por la sostenibilidad, además, se ha mantenido el parqué del negocio anterior y en la puesta de largo de la gran tienda se expusieron obras de Joan Miró, Miquel Barceló y Antoni Tápies.
Quién se lo iba a decir a este turco de alma española que, con 17 años, empezó su camino profesional vendiendo camisetas hippies en Barcelona. Cuando ganó su primer millón (de pesetas, entonces), decidió expandir sus actividades y empezó a importar ropa de abrigo bordada a mano desde Afganistán. A los 18 años se compró un coche, llenó el maletero y se dedicó a dar la vuelta a España vendiendo ropa importada por los mercadillos.
Andic empezó con 17 años vendiendo camisetas. Con su primer millón, trajo ropa de abrigo bordada de Afganistán
En 1984, los hermanos Andic (Isak y Natham) inauguraron el primer Mango en el Paseo de Gracia de Barcelona. Un año después, la empresa contaba con cinco locales en la Ciudad Condal y uno en Valencia. Fueron años de expansión y desarrollo. En diez años, la compañía abrió 100 tiendas por toda España. Su fórmula del éxito era bien sencilla, ofrecía al cliente un producto exclusivo en el que primaba el diseño y la calidad. Con esta filosofía, Mango compitió con las grandes marcas del sector y su éxito atravesó fronteras.
Los hermanos Andic lograron que Mango se asociara a una marca joven; sus productos y su imagen, con cierto aire innovador, conectaban con el público, al mismo tiempo que colocaban sus tiendas de manera estratégica en los centros neurálgicos de las capitales españolas y extranjeras, lo que permitió que, año tras año, la empresa catalana aumentara considerablemente sus cifras de facturación.
Cuando llegó el momento, Isak Andic no le hizo ascos a la venta online. Su tienda cibernética facturó 3,8 millones en 2006
Cabeza pensante del negocio, cuando llegó el momento, Isak Andic tampoco le hizo ascos a la venta online. En 2006, Mango facturó 3,8 millones en su tienda cibernética, lo que implicaba un crecimiento del 53% respecto al año anterior.
Preocupado por sus trabajadores
Los que le conocen dicen de él que es exquisito, educadísimo y muy amable. Que habla con todo el mundo, que se salta las jerarquías y el protocolo para conocer a sus trabajadores, estar al tanto de sus problemas y saber sus opiniones. Aficionado a viajar, esquiar y navegar, Andic es dueño del Nirvana Formentera, el barco privado más grande de España.
Diseñado por el arquitecto catalán José Juanpere Millet y valorado en unos 30 millones de euros, el velero tiene 53 metros de eslora y 11 de manga, un auténtico lujo flotante por cuya cubierta han paseado invitados de alto copete, grandes empresarios como Esteve Rabat, fundador de las joyerías de lujo, o Jaime de Marichalar. Isak Andic dio la vuelta al mundo a bordo del Nirvana Formentera, un viaje que inició en el 2009 y que lo mantuvo apartado de la empresa durante un tiempo.
Entonces intentó dar el relevo a la nueva generación familiar. Delegó la gestión en su primogénito Jonathan. De 2013 a 2016, Andic junior lideró la compañía apoyado por Daniel López convertido en consejero delegado. Fueron años de cambios. Mango bajó los precios para posicionarse en el nicho del low cost y la fast fashion, pero las ventas y los números no cuajaron. Visto el desastre, Isak Andic soltó el timón del Nirvana Formentera para agarrar el de la compañía, sacó a su hermano de la jubilación y ambos lo dieron todo para reflotar de nuevo la empresa.
El sueño de una compañía familiar que pudiera pasar de padres a hijos, de momento, se esfumaba. En aquella época, en Mango también trabajaba Judith, una de las hijas de Isak que dirigía el departamento de diseño, y su prima Violeta, responsable del área homónima dedicado a vestir mujeres de tallas grandes.
Considerado el hombre más rico de Cataluña, Isak Andic amasa la quinta fortuna de España, estimada por la revista Forbes en más de 2.000 millones de euros.
El mejor Mango
El viraje al mejor Mango arrancó en 2017. Andic destituyó a su hijo y renovó el equipo directivo. Una inteligente decisión que ha llevado a la compañía a recuperar el podio perdido en el universo de la moda española.
En 2018 contrató a Toni Ruiz para que ideara el nuevo plan estratégico de la empresa y en marzo de 2020 lo nombró consejero delegado. Economista de formación, máster en el IESE, Ruiz aterrizaba en Mango dejando un puestazo en Leroy Merlin -empresa de la que sigue siendo asesor-. Por supuesto cuenta con grandes conocimientos del negocio del retail (puntos de venta).
Suyos son los triunfos y los números de hoy. Andic junior se tuvo que conformar con dirigir Mango Man, así como las áreas de Interiorismo y de Construction management.
Una vez reorganizada la empresa, actualmente Isak Andic se mantiene en la segunda línea operativa. Acude una vez a la semana al trabajo, pero continúa siendo el motor clave de los nuevos proyectos. A saber, la fusión de Violeta con Mango, la creación de una nueva línea dedicada a los adolescentes, el proyecto de una gama premium femenina y una nueva línea de hogar.
Para terminar de atar su legado, en enero de 2022, Isak Andic reorganizó la estructura de Punta Na, la sociedad patrimonial dueña de las acciones de Mango de la que el empresario era administrador único. Punta Na cuenta con una cartera inmobiliaria de 60 activos con un valor de mercado de 1.200 millones. Estos activos se reparten entre España, Francia, Austria y República Checa. Punta Na gestiona, por ejemplo, el histórico inmueble del número 36 de Paseo de Gracia (Barcelona), el número 60 de la calle Serrano (Madrid), donde se ubica la flagship española además de las oficinas de Mango, y un activo en el barrio de Ópera de París.
Una vez profesionalizada la gestión empresarial, Isak Andic no olvida la llamada de la sangre. La nueva Punta Na estrena consejo de administración presidido por el patriarca y del que forman parte sus tres hijos, a saber, Jonathan Judith y Sarah. Así, Isak Andic deja bien amarrado el futuro de Mango. Viendo los últimos resultados operativos ya puede descansar y, si quiere, volver a dar la vuelta al mundo en el Nirvana Formentera.