Cualquier empresa privada estaría encantada de contar con un persona con el rendimiento laboral que ha demostrado Letizia Ortiz Rocasolano. El 22 de mayo de 2004, hace 18 años, firmó en la Catedral de la Almudena un 'contrato indefinido' con la Familia Real. Desde entonces nunca se había pedido una baja. Pero la tempestad pandémica llegó a Palacio para romper una racha impoluta, y el 5 de julio la monarca dio positivo por Covid-19.
Aunque tuvo síntomas leves, algo de fiebre y una ligera tos, su estado de salud le obligó a cancelar los actos que tenía programados. "Pero nada de no trabajar", explica una fuente cercana a su equipo.
"La gente piensa que la labor de los reyes es sólo la que se ve [en los medios de comunicación], y que si no salen de la Zarzuela no hacen nada". Sin embargo, la Reina Letizia hace mucha labor de despacho, y "durante sus días de coronavirus trabajó a un ritmo parecido", confirma a EL ESPAÑOL | Porfolio la misma persona, que es una amiga cercana a la Reina. Ni siquiera el virus consiguió doblegar a la 'Reina de Hierro'.
La monarca volvió a la vida pública una semana después, el 12 de julio, para presidir en el estadio Vallehermoso de Madrid la V Jornada sobre el 'Tratamiento Informativo de la Discapacidad en los Medios de Comunicación'. Lucía una mascarilla FFP2. "Ya había negativizado", explica la misma fuente. "Lo que ocurre es que quiso llevarla y no quitársela en ningún momento por precaución, prudencia y normativa".
Letizia derrotó sin problema al virus que lleva dos años quitándole el sueño a medio planeta. En siete días, gracias a su vacunación y a su estilo de vida saludable, su cuerpo venció la enfermedad que desde marzo de 2020 ha segado la vida de 109.000 personas sólo en España.
"Ni contagiada dejó un sólo día su rutina de deporte. Todo lo ha hecho sola, apartada del mundo, sin contar con su entrenador personal". Es cierto que la Reina Letizia no pasó la enfermedad con síntomas graves, pero ni siquiera la fatiga, la tos ni el estado febril consiguieron que dejara de hacer ejercicio cada jornada.
"Y no hablamos de una gimnasia de mantenimiento. Ella está mucho más en forma", sugiere la fuente. Su rutina deportiva y su alimentación, que se basa en una dieta saludable inspirada en los consejos del prestigioso dermatólogo estadounidense Nicholas Perricone, probablemente contribuyeron a su buen estado de salud.
La dieta antiaging de la Reina
El doctor Perricone propone consumir alimentos ricos en Omega 3, proteínas, fibras y grasas saludables. Apuesta por alimentos como el aguacate, algunos pescados como el salmón o el atún, ve con buenos ojos prácticamente todas las verduras y huye de las harinas refinadas, los azúcares y el alcohol, tres elementos vetados en Zarzuela, hasta en el comedor de los trabajadores.
Esta combinación de productos beneficiosos para la salud tendría propiedades antienvejecimiento. Por eso el pescado es uno de los platos principales protagonistas en la dieta de la realeza española. Uno de los 'reyes del mar' que no falta en sus platos, de acuerdo con la dieta de Perricone, es el salmón. Este pescado azul, como el atún o las sardinas, aporta grasas saludables que protegen el corazón y contribuyen, por ejemplo, a la disminución de la presión sanguínea.
En la despensa de la Reina tampoco faltan las semillas de chía o frutos secos, aunque estos deban consumirse con gran moderación debido a su alta densidad calórica. Otro gran protagonista es el 'oro líquido' o aceite de oliva, recomendado por el común de los nutricionistas.
Las proteínas de alta calidad también están presentes en alimentos como los huevos ecológicos, el kéfir o el yogur natural, igualmente indispensables en la 'Dieta Real' de Letizia. Los hidratos de carbono complejos y la fibra también tienen una gran relevancia en esta revolucionaria pauta antiaging a la que se han apuntado celebrities como Julia Roberts o Gwyneth Paltrow. Sin embargo, la Reina Letizia prefiere dejar los anglicismos y referirse a ella, simplemente, como dieta mediterránea, según confirman desde su entorno.
Un supuesto contagio en Barcelona
Desde que se infectó de coronavirus, la Reina Letizia hizo vida normal sin acercarse a su entorno cercano. Ha trabajado desde su despacho en el pabellón del Príncipe y no se desplazó al que tiene en las oficinas de la Zarzuela, en el edificio Magnolia. Cualquier reunión con su equipo lo hizo vía Zoom. No ha estado encerrada, pero sí ha querido tener poco contacto con el rey y sus hijas, ambas en casa tras la vuelta por vacaciones de la Princesa de Asturias.
Pero, ¿dónde se produjo aquel contagio que rompió su racha de trabajo? Letizia está convencida de que cogió la Covid durante la entrega de los Premios Princesa de Girona, celebrados el pasado 4 de julio en Barcelona. Sin embargo, ningún otro miembro de su familia ni del amplio equipo que los acompañó a los actos de la Fundación ha dado positivo.
La fuerza de Letizia, quien luce unos brazos de ensueño, es lo que le ha permitido no caer nunca enferma ni tener que pedir una baja laboral en los 18 años que lleva en el trono. Su misterioso contagio en Cataluña, lamentablemente, dio al traste con sus planes para junio.
Un currículum ejemplar
La esposa de Felipe VI nunca había estado ausente en los actos de su marido, a excepción de un par de ocasiones durante su embarazo. "En los primeros meses de gestación vomitaba tanto y se encontraba tan mal que hubo alguna vez que casi devuelve encima de alguna que otra autoridad", evoca la fuente, recordando aquella lejana etapa en la que estaba embarazada.
"Eso ocurrió con el embarazo de Leonor en una visita a Ibiza, cuando la Reina tuvo que salir corriendo de un ascensor porque pensó que le vomitaba encima a un consejero de las islas Baleares. Aún así creo recordar que no anuló nada. Fue ya hacia al final, casi a punto de dar a luz, cuando por recomendación médica de no viajar se perdió algunos eventos, como los premios Princesa de Asturias de 2005", recuerda la persona cercana a la monarca. "Leonor nació sólo unos días después".
Tras dar a luz por cesárea, y como casi todas las mujeres españolas, Letizia disfrutó de su baja maternal, de la que regresó sin prisa ni pausa. "A pesar de que muchos presionaban al preguntar dónde estaba la Reina y por qué no se incorporaba ya, ella, como cualquier trabajadora, tenía derecho a estar el tiempo que le correspondía con sus hijas".
Sin embargo, estas declaraciones no son del todo exactas, ya que ser la esposa de Felipe VI la convierte en Reina consorte. Así lo estima el Título II de la Constitución Española, en el que habla de las funciones y deberes de la Corona de España.
Ella, claro, no tiene un 'contrato' como el del resto de empleados de España, por lo que no se acoge legalmente a los mismos beneficios. Tras rescindir su relación laboral con RTVE en 2004, la experiodista no ha vuelto a cotizar en la Seguridad Social, a pesar de que su marido le asigna cada año un sueldo (en 2022 serán 142.402€) que sale de los Presupuestos Generales del Estado.
El mejor contrato de la Casa Real
La Reina Letizia tampoco ha sido nunca una mujer dada a las excentricidades. De hecho, siempre ha demostrado su moderación y compromiso con la institución que representa. Hasta donde se sabe, cuida mucho de su dieta, practica ejercicio a diario y no ha tenido problemas de salud desde que contrajo matrimonio con Felipe VI. Por ejemplo, desde que llegó a la Zarzuela, la única operación conocida que se realizó fue una septorrinoplastia. Fue en agosto de 2008.
[El regreso con precaución de la reina Letizia una semana después de dar positivo en Covid]
Los planes de la Casa Real eran que la intervención de Letizia tuviera lugar durante las sus vacaciones, en esas tres semanas de agosto en las que la Familia Real desaparece del mapa en un destino desconocido. Sin embargo, el idilio veraniego se torció cuando el 20 de agosto el vuelo JK5022 de Spanair, que cubría la ruta Madrid–Gran Canaria, se estrelló poco después de despegar en el aeropuerto de Madrid, protagonizando una de las tragedias aéreas más graves en la historia de España.
Los entonces Príncipes acudieron a visitar a los heridos a los hospitales al día siguiente del accidente, y fue entonces, al ver la cara hinchada de la esposa de Felipe VI, cuando saltaron las alarmas.
El departamento de Comunicación de la Casa Real aseguró que se trató de una operación por motivos de salud, pero lo cierto es que el rostro de Letizia ya no volvió a ser nunca el mismo. De aquella intervención no se cogió baja porque estaba de vacaciones, y no tenía actos previstos en su agenda, así que le dio tiempo a recuperarse.
Eso demuestra una vez más que la Reina ha sido el mejor 'contrato' que ha firmado la Zarzuela en décadas. No se puede decir de aquellos otros que firmó con Jaime de Marichalar, divorciado de la Infanta Elena, o con Iñaki Urdangarín, que terminó en la cárcel y también se ha separado de la exduquesa de Palma.
Aunque en su momento nadie la veía como un fichaje estrella, ni siquiera el entonces rey Juan Carlos I, lo cierto es que se ha convertido, con el paso de los años y tras un gran proceso de adaptación, en la figura más segura y relevante de la institución.
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