Con el escándalo del Marocgate han salido a la palestra nombres y rostros de eurodiputados comprados por Marruecos para influir en las decisiones tomadas en el Parlamento Europeo en su favor. Sobre todo, relacionadas con el Sáhara Occidental, aunque también para ocultar la falta de derechos humanos y libertades individuales en el país magrebí.
Esta trama de corrupción de la diplomacia marroquí ni es nueva, ni se limita a Europa, ni a sobornar a políticos, si no que se extiende a otros círculos de poder en todo el mundo desde hace más de una década. Una foto, hecha en Rabat en 2017, reúne a los dos ex europarlamentarios implicados en el Marocgate, Pier Antonio Panzeri y Gilles Pargneaux, que recibieron regalos, viajes de lujo y dinero de Rabat a cambio de favorecer sus intereses en las votaciones políticas.
En esa instantánea aparecen otros integrantes del grupo de los Socialistas y Demócratas del Parlamento Europeo, simpatizantes del país vecino, como el belga Hugues Bayet o la española Inés Ayala. Por supuesto, no podía faltar el lobista Abderrahim Atmoun, investigado por la justicia belga por sobornos en el Parlamento Europeo.
Atmoun, embajador marroquí en Polonia, recibió a los eurodiputados en Dajla, ciudad del Sáhara Occidental, como miembro del Partido de la Autenticidad y Modernidad (PAM), la formación política creada por los amigos del rey Mohamed VI. De esta manera, vendía que este territorio era marroquí y que se respetaban los derechos humanos. Todo ello mientras se les agasajaba con estancias de lujo.
La investigación belga deja en evidencia que recibieron obsequios y viajes pagados por Marruecos. No sé sabe el número exacto de europarlamentarios implicados, aunque superan el medio centenar. El objetivo era reorientar la política exterior de la UE a través de las comisiones de trabajo de la institución en beneficio de Marruecos.
Parece que gran parte de los eurodiputados y periodistas en Bruselas estaban al tanto de estas prácticas. “Era ‘vox populi’ que actuaban, no como representantes de su electorado, sino como representantes de otros intereses ajenos a la Unión Europea (UE). En este caso, del régimen marroquí, Panzeri y Pargneaux son dos ejemplos muy claros”, explica el eurodiputado del Grupo de los Verdes Florent Marcellesi en una entrevista a EL ESPAÑOL.
El actual portavoz de Equo formó parte de la delegación para las Relaciones con los Países del Magreb y la Unión del Magreb Árabe entre 2016 y 2019, por lo que coincidió con el lobby investigado para hacer presión y comprar voluntades a favor del país magrebí.
Las alarmas saltan cuando “un social demócrata, que en general tiene posturas bastante cercanas a las que podemos tener Los Verdes en defensa de los derechos humanos, de repente, cuando llega a cuestiones concretas, como puede ser el Sáhara Occidental, cambia totalmente la visión. Es una negación, incluso infantil, de la realidad que está ocurriendo en el terreno”, afirma Marcellesi.
El caso de Gilles Pargneaux era más que conocido por ser mucho más “descarado” que su compañero Panzeri. “Siendo eurodiputado se presentaba como el consejero de Su Majestad el Rey de Marruecos. Llegamos incluso a la demostración de situaciones externas bastante incómodas y desagradables por esta falta de secretismo. Se mostraba a la luz como tal”, confirma Marcellesi.
En todo caso, según ha podido saber EL ESPAÑOL, el escándalo de Marocgate estalla muchos años después del inicio del cabildeo en Bruselas. Las relaciones de Panzeri con Marruecos datan de 2011. El hacker Chris Coleman desveló que entonces Panzeri ya mantenía contactos con miembros de la representación marroquí en la capital comunitaria.
Además, no solo se formó con eurodiputados, si no que se acercaron a todos los círculos de poder. En el caso de Europa, según ha podido saber EL ESPAÑOL, en 2013 se investigaron a los corresponsales en Bruselas más influyentes con el objetivo de crear un grupo al que más tarde invitaría a desayunar el ministro de Interior marroquí.
Ese sería un primer contacto para posteriormente organizar un viaje de periodistas a Marruecos y pasearlos por el Sáhara Occidental como si fuera parte del país, lo que denominan “provincias del sur”. Un lavado de imagen sobre la libertad en ese territorio ya que los trasladan en grupos organizados, controlados y vigilados.
‘Modus Operandi’
El ‘modus operandi’ de este grupo de presión “es ser la voz de la propaganda del régimen marroquí, tan cual, sin ningún tipo de matiz”, define el ecologista Marcellesi.
"No son voces corruptas en sí mismo, si no que lo hacen por confianza en las voces más autorizadas sobre un tema”
Un pequeño clan puede tener una gran influencia. Como el grupo socialista ha sido durante muchos años uno de los más importantes del Parlamento Europeo, este es un lobby que ha tenido mucho impacto. Marruecos era conocedor gracias a una de las más grandes delegaciones permanentes de diplomacia en el Parlamento Europeo, un órgano muy visible sobre los derechos humanos y sobre las cuestiones legales.
“Este pequeño grupo de eurodiputados con intereses económicos y actuaciones dudosas consigue el efecto gregario. El resto suele seguir las voces cantantes sobre un tema. No son voces corruptas en sí mismo, si no que lo hacen por confianza en las voces más autorizadas sobre un tema”, mantiene Marceselli.
De esta manera ilegítima, la diplomacia marroquí ingiere en procesos de decisión legislativos fuera de su territorio. Después, se premia o se combate desde los medios de comunicación marroquíes a quienes son afines o no a su conducta.
Destapada la manta que ocultaba estos lobbies, otros eurodiputados han descubierto que recibieron proposiciones corruptas por parte de Marruecos para presionar y cambiar voluntades. También de Los Verdes. José Bové declaró en France Inter que el actual primer ministro de Marruecos, Aziz Akhannouch, intentó sobornarle durante las negociaciones de un acuerdo de libre comercio cuando era el vicepresidente de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural.
Entonces, Akhannouch era el ministro de Agricultura y Pesca, departamento que llevaba el acuerdo de Pesca Marruecos-UE. Pero además es una persona cercana al Palacio Real, íntimo amigo desde el colegio del rey Mohamed VI. No encajó bien la negativa de Bové. Cuando Akhannouch le propuso una contraprestación, el francés le facilitó la dirección de su abogado.
Panzeri ocultaba todo el entramado en Bruselas bajo una falsa ONG. “Es ultra perverso. ONGs de derechos humanos para ir en contra de los derechos humanos y además recaudar fondos, dejando una mala imagen de las ONGs y del Parlamento”, lamenta el ex eurodiputado Florent Marcellesi.
A algunos lobistas se les paga con contratos con las universidades marroquíes o crean asociaciones. En España, según explica una fuente marroquí a EL ESPAÑOL, es el caso del sociólogo español Pedro Ignacio Altamirano, portavoz del Grupo de Apoyo Internacional a la Reunificación Saharaui, autor del libro “El Sáhara marroquí” y relacionado con las denuncias a Brahim Ghali durante su estancia humanitaria en España en 2021. Desde el sitio web ‘La hora de África’ carga contra todo aquel que critique el régimen marroquí. Incluso se cuela en los grupos de chats relacionados con el país vecino para crear opinión.
Desde su grupo, insiste en la necesidad de la implicación de la sociedad civil europea e internacional para la resolución del conflicto del Sáhara y el reconocimiento de la plena soberanía de Marruecos sobre este territorio. Mientras viaja frecuentemente al país vecino paseándose por redacciones e instituciones marroquíes.
Sobres con dinero
Los tentáculos diplomáticos marroquíes se despliegan por todo el mundo. El Marocgate no es nada nuevo ni limitado a Europa. El cabildeo de Marruecos para comprar voluntades y posturas que apoyen su unidad territorial se extiende a los países fuera de Europa. En Asia, América y África abundan igualmente los lobbies de presión a su merced.
Marruecos ocupó primero el Sáhara Occidental con marroquíes colonos, y ahora con una veintena de consulados extranjeros, la mayoría africanos, sin residentes en el país. En su actual plan incluye mano de obra y empresas de terceros países. Una colonización ‘de facto’ económica y diplomática que ha quedado al descubierto en Bruselas.
"Ya se sabe que los periodistas no ganáis mucho"
Igualmente, manipulan a los integrantes de otros círculos fuera de la política. ¿Qué cara se le queda a un periodista cuando le ofrecen grandes cantidades de dinero por escribir determinada información? En esa situación se vio la que escribe el reportaje durante una comida con una fuente marroquí en 2014. Entonces llevaba cuatro años viviendo en Marruecos y trabajando primero para un diario en papel nacional y después para una radio nacional.
Mientras untaba el pan en el tagine de pollo, llegó la propuesta.
— "Ya se sabe que los periodistas no ganáis mucho (…) Puedes recibir ingentes cantidades de dinero que no sabrás de donde vienen. El dinero te llegará sin intermediarios, ni los vas a ver, por escribir ciertas cosas…".
El método de pago no se puede detallar al no aceptar la propuesta monetaria. Sin embargo, el objetivo era claro: escribir información favorable a Marruecos a cambio de dinero. Revistas como Atalayar, dirigida por Javier Fernández Arribas, y anteriormente Kantara, mensual marroquí escrito en español que ya no se edita, tienen como consejero al director general del Ministerio de Información en Rabat, Mustafá Amadjar.
La segunda situación embarazosa ocurrió en 2019, en la presentación del puerto de Tánger Med 2. Los enviados especiales de medios extranjeros, con los viajes y la estancia sufragados por Marruecos, recibieron en sus habitaciones un sobre con 5.000 dírhams (alrededor de 500 euros) “para gastos”.
Los enviados de Argentina y Chile aceptaron el pago. En sus medios, una agencia y una revista propias, se publicaron sendos reportajes sobre la maravilla de Tánger Med 2 y la labor de modernización del rey Mohamed VI.
En todo caso, estos periodistas ya estaban entrenados. Uno había defendido los ideales del Frente Polisario hasta que Marruecos cambió su voluntad costeando viajes para toda la familia por la costa atlántica del Sáhara Occidental. Dajla tiene resorts turísticos de lujo donde se puede disfrutar de deportes marítimos y de buena gastronomía con los caladeros de ostras y marisco.
El responsable de la agencia argentina fue captado en horas bajas. Marruecos rescató su empresa de la quiebra y, además, comenzó a escribir para la agencia nacional de noticias marroquí MAP. Los corresponsales de estas agencias suelen ser marroquíes, instruidos en el país y distribuidos por el mundo con tareas dirigidas desde Rabat.
Grupos de presión en todo el mundo
En el lobby de Colombia, encabezado por la embajadora Farida Loudaya, destaca la politóloga Clara Riveros con varios libros sobre el Sáhara como territorio marroquí y un sitio web, CPLATAM, que Marruecos vende como un Think Tank, y del que se sirve para publicar informaciones relacionadas con sus intereses.
En el libro ‘Diálogos transatlánticos, Marruecos hoy’, Riveros “plantea un diálogo entre autores y expertos para dar cuenta de los elementos históricos que a menudo se ignoran y desconocen sobre la disputa territorial norteafricana o contencioso del Sáhara Occidental. Esta es una nueva lectura del Sáhara y para el Sáhara, acorde al siglo XXI y que supera enfoques e interpretaciones limitadas y extemporáneas”, según publica en CPLATAM.
Detrás esta la editorial Alhulia de José María Lizundia. También autor de ‘Tánger y Melilla confrontadas: otros sesgos simbólicos y literarios’ y ‘Los sucesivos vetos: ¿Poscolonialismo político español con Marruecos?’, entre otros libros, dirige una colección interdisciplinar de ‘Ensayos saharianos’, dedicada íntegramente a Marruecos con autores iberoamericanos y marroquíes.
No pueden faltar los grupos de presión en la ONU. En junio, Rabat colocó en la Comisión para los Límites de la Plataforma Continental (CLCS), que estudia la delimitación de las aguas de las Islas Canarias, al profesor de Derecho especializado en leyes marítimas Miloud Loukili para el periodo 2023-2028. Así Marruecos ya tiene decisión en el órgano de Naciones Unidas que decide la ampliación del derecho sobre el suelo marítimo pasada la zona económica exclusiva de 200 millas náuticas, en un momento crucial de negociación con España.
Lo más sensible es el Sáhara Occidental, una cuestión territorial y económica. Los mismos eurodiputados investigados de diferentes partidos políticos pidieron al Alto Representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, que apoyase a Marruecos en sus esfuerzos por garantizar el libre paso de mercancías y personas en El Guerguerat, frontera del Sáhara Occidental con Mauritania, en noviembre de 2020, cuando Marruecos rompió el alto el fuego con el Frente Polisario, y se renudó el enfrentamiento armado.
Sin embargo, también se vende el desarrollo de Marruecos en el ámbito de los derechos humanos con la reforma constitucional del rey Mohamed VI en 2011 para calmar las protestas de la Primavera Árabe. Inciden en la opinión de cualquier cuestión que pueda ser desagradable o que puede incomodar al régimen marroquí. “Otro aspecto es la cuestión migratoria, que también afecta directamente a la UE; el trato al colectivo LGTBI, y el racismo que puede haber en Marruecos, porque pasan muchos subsaharianos como puerta de entrada de la UE y es un problema cuando están en territorio marroquí”, enumera Florent Marcellesi.
“Siempre que hemos presentado a personas críticas con el régimen marroquí para el premio Sájarov, un respaldo muy importante que muestra los valores de la UE, hemos tenido una oposición por parte de las mismas personas para que eso no pudiera ser porque cualquier símbolo va en contra de los intereses políticos y económicos de Marruecos”.
En 2018, rechazaron la candidatura para este premio de Nasser Zafzafi, líder de las revueltas en Alhucemas, condenado a 20 años de cárcel. Lo mismo ocurrió en 2010 con la activista de derechos humanos saharaui Aminatou Haidar.
Incluso llegaron a defender la libertad de confesión en el país vecino, cuando si una persona confiesa que es atea o come en ramadán es condenada. Gilles Pargneaux aseguró que “la Declaración de Marrakech sobre los derechos de las minorías religiosas coloca a Marruecos en una posición de vanguardia en el diálogo interreligioso”.
"Es una catársis fundamental"
Esta afirmación está lejos de la realidad cuando grupos de cristianos conversos se reúnen para rezar en la clandestinidad y siguen solicitando al Consejo Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) una larga lista de derechos: enterrarse en cementerios cristianos, la libre elección de la asignatura de religión en el colegio, la opción de poner nombres bíblicos a sus hijos, la posibilidad de rezar en las iglesias porque la libertad de culto solo está garantizada para los extranjeros y un matrimonio civil porque en Marruecos solo se celebran casamientos por el rito musulmán.
Por eso, más que nunca, el Marocgate era necesario. Concluye Florent Marcellesi: “Es una catarsis esencial porque es fundamental un ejercicio de higiene democrática, y mostrar que el derecho es más fuerte que los grupos de presión y que algunos corruptos. Para devolver y dar confianza a las instituciones, sobre todo una tan importante como es el Parlamento Europeo”.
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