Michaela Geiger es médico de familia. Su historial académico, como el de todo buen doctor, consta de años de formación, además prácticas en clínicas de Múnich, Stuttgart y Berna (Suiza). Su especialidad, junto a la medicina de urgencias, es la homeopatía -Alemania es el paraíso de esta práctica en el mundo-. Lleva algo más de 20 años trabajando con pacientes, pero ahora mismo, no sólo curar es su prioridad. Se podría decir que actualmente está luchando para mantener su trabajo, al menos tal y como lo ha venido ejerciendo.
Geiger está, como muchos otros colegas de profesión especializados en homeopatía, velando armas. Como ella es presidenta de la Asociación Central Alemana de Médicos Homeópatas (DZVhÄ por sus siglas alemanas), Geiger puede que acabe formando parte de esos alemanes que de un tiempo a esta parte se ponen en huelga y salen a la calle para defender lo suyo, ya sean agricultores, transportistas, maquinistas o manifestantes anti-ultraderecha.
Lo que Geiger ve amenazado en la Alemania del canciller Olaf Scholz es la homeopatía. O mejor dicho, la pervivencia de la homeopatía como una fuente de terapias que, por estar cubiertas por el sistema sanitario alemán, salen gratis o con un precio reducido a los pacientes con problemas de salud.
[Diana Morant: "Los farmacéuticos deberían rechazar la venta de homeopatía"]
El ministro de Sanidad alemán, el socialdemócrata Karl Lauterbach, alega que "la homeopatía es un servicio que no proporciona beneficios médicos sobre la base del conocimiento científico". Según Lauterbach, el sistema sanitario alemán no tiene por qué pagarlo. Por eso, desde hace ya unas semanas, Lauterbach prepara las modificaciones legales para cortar el grifo del sistema sanitario a la homeopatía. Pero Geiger y compañía están dispuestos a dar la batalla.
"Nos lo estamos pensando, pero si hace falta saldremos a la calle", dice a EL ESPAÑOL | Porfolio Geiger. "La población va a luchar contra la política del ministro", plantea la presidenta de la Asociación Central Alemana de Médicos Homeópatas, una organización que reivindica estar compuesta por 7.000 médicos alemanes y donde, por lo visto, confían en las posibilidades de ganarle el pulso al ministro de Sanidad del canciller Scholz.
Contra el ministro de Sanidad
"La gente va a resistir. La población va a enfrentarse a esto", dice Geiger sobre las intenciones de Lauterbach. "La aplicación de productos homeopáticos y la experiencia en Alemania es muy grande, y esto no se lo van a robar a la gente. La población tiene ya su experiencia con esos productos, algunos durante muchos años", señala esta doctora, cuya consulta se encuentra en la pequeña ciudad de Neckarsulm, situada a unos sesenta kilómetros al norte de Stuttgart, la capital del Land de Baden-Wurtemberg (suroeste germano).
Pone tanto énfasis Geiger en 'la gente' porque, según plantea en su encuentro con este periódico, "la evidencia científica en medicina, se basa en tres pilares: estudios clínicos, la experiencia de los médicos y la experiencia de los pacientes". Ella reprocha a Lauterbach apoyarse únicamente en el primero de esos pilares para justificar la retirada de los productos homeopáticos de la lista de sustancias que paga el sistema sanitario germano. Según da a entender Geiger, los otros dos pilares dan la razón a la causa de los doctores homeópatas alemanes.
"La experiencia del país con la homeopatía está ahí, son 200 años, y es buena. Y esto esto va a seguir ahí", señala Geiger cuando se le pregunta si cree que su especialidad está en peligro de extinción por culpa de Lauterbach y el Gobierno del canciller Scholz. Alude en su respuesta a los dos siglos que lleva funcionando la homeopatía, un sistema terapéutico inventado por el alemán Samuel Hahnemann a finales del siglo XVIII. Hahnemann es autor del lema de la Asociación Central Alemana de Médicos Homeópatas: "La más alta y única profesión del médico es curar a los enfermos, lo que se llama sanar".
Hahnemann creía en lo que él llamaba "ley de similares". A saber, que las enfermedades debían tratarse con sustancias que producían en personas sanas efectos similares a los síntomas que padecían las personas enfermas. La cantidad de esas sustancias con la que tratar no debía de ser grande, sino que debía de estar diluida, según el 'padre de la homeopatía'. Es más, Hahnemann creía que los procesos de lo que se llama 'dilución homeopática', servía, entre otras cosas, para activar la 'energía vital' de la sustancia diluida.
Más que de "energía vital", Geiger habla del "efecto placebo" que tienen los tratamientos homeopáticos. El efecto placebo es el que tienen sustancias que producen efectos favorables en los enfermos si la persona con problemas de salud la toma pensando que esa sustancia le ayudará a estar mejor, pese a que se sabe que no hay acción terapéutica en aquello que toma dicho enfermo. No en vano, detractores de la homeopatía como el médico germano-británico Edzart Ernst, reputado divulgador sobre "medicinas alternativas" a las que él llama "estafa", mantiene que "la homeopatía es pura terapia placebo".
Sí a la marihuana recreativa, no a la homeopatía
Pero precisamente por placebos no quiere el ministro Lauterbach que paguen las empresas que ofrecen seguros médicos a los alemanes. Esos seguros médicos son aquí obligatorios. Las empresas aseguradoras —las llamadas Krankenkassen o, literalmente, 'Caja de Enfermos'— reciben anualmente montantes multimillonarios de los recursos del Estado. Para el presupuesto de 2024, Lauterbach cuenta con unos 14.500 millones de euros destinados a las Krankenkassen. Hoy por hoy, sólo parte muy pequeña de ese dinero acaba significando el pago de productos homeopáticos.
Desde la DZVhÄ, Geiger critica a Lauterbach por querer hacer un "infrahorro" con la homeopatía. "Hay otros problemas en el sector sanitario, en el que se han estado metiendo miles de millones de euros, pero sin prestar una atención escrupulosa", critica Geiger antes de atizar al socialdemócrata dueño de la cartera de Sanidad: "En esta legislatura Lauterbach no ha logrado aprobar ni una sola ley, salvo tratar de legalizar el cannabis". "En su tiempo de ministro no ha hecho ninguna ley... ¿Y la única que haga con éxito tiene que ser la de la homeopatía?", se pregunta Geiger con aire retórico, aludiendo a la votación sobre la legalización de la marihuana que votaba el Bundestag este viernes. A su entender, la ofensiva de Lauterbach es "una muestra de de impotencia política".
Actualmente, para Lauterbach, la homeopatía es ahora más que nunca un blanco fácil. Pese a su tradición bicentenaria en Alemania, y pese al empeño de médicos homeópatas organizados como Geiger y compañía en la DZVhÄ, no es menos cierto que cada vez se vende menos homeopatías en las farmacias. El volumen de negocio que movían las farmacias gracias a productos homeopáticos era de 534 millones de euros en 2022, según datos recogidos por el portal de estadística alemán Statista. Esa cifra era inferior a la correspondiente a 2021 (535 millones de euros) y 2020 (550 millones de euros).
Según explicaba Lauterbach en su "consulta" —así llaman en el canal de Youtube del Ministerio de Sanidad a las apariciones del ministro en las que éste interactúa con preguntas de los ciudadanos— la homeopatía es "en el mejor de los casos malgastar dinero". Él puede verlo así especialmente en un contexto en el que su jefe, el canciller Scholz, está obligando a los ministros a apretarse el cinturón.
La intromisión del ministro
"Cuando la Krankenkasse paga al paciente el medicamento homeopático, el ciudadano tiende a pensar que eso que le han dado tiene un efecto, porque de lo contrario no lo pagaría el sistema, y para la homeopatía no hay pruebas científicas de que haya un efecto", según Lauterbach, quien antes de dedicarse a la política hizo carrera como médico. Según avisa el ministro alemán, con la homeopatía "la gente puede creer que hace algo por su salud, hay incluso pacientes con cáncer que se tratan con homeopatía y eso, sencillamente, no está bien".
Geiger responde a este tipo de argumentos que ahora están sobre la mesa en el debate público teutón que la iniciativa de Lauterbach supone "retirar una opción para el tratamiento" de pacientes. "Nosotros, los médicos que trabajamos con los pacientes, nos orientamos también a lo que quieren ellos. Es importantes tener variantes en las terapias o un abanico de terapias para hacer lo mejor que podamos para el paciente", explica la presidenta DZVhÄ. Ella entiende que "el ministro se está entrometiendo en la autonomía de los médicos, en la de las Krankenkassen y en la libertad de los pacientes".
Revuelta homeopática
Aunque Geiger y compañía no descarten manifestarse en la calle y reconozca que entre muchos alemanes hay intención de responder a las "intromisiones" del ministro, de momento, más que salir a la calle en modo "revuelta homeopática", la DZVhÄ está recogiendo firmas para realizar una petición al Bundestag con la que frenar las intenciones de Lauterbach.
"Los tratamientos homeopáticos (…) son populares y deseados de forma expresa", se lee en la petición con la que los homeópatas quieren 'salvar' su especialidad. "Según una reciente encuesta del Instituto Allensbach (2023), estos métodos son apreciados y utilizados por alrededor del 70 por ciento de la población en Alemania", abunda la iniciativa de Geiger y compañía. Sin duda, Lauterbach se encuentra en el 30 por ciento restante.