Hay periodistas veteranos que la tienen un poco tomada con el youtuber Jordi Wild, y es fácil oler ahí un poco de ranciedad y de complejo verde: será porque el catalán de 38 años consiguió amasar más de siete millones de suscriptores en su canal y porque ahora lidera The Wild Project, uno de los podcast más escuchados en español en todo el mundo. Una influencia y una repercusión milagrosa con la que los medios vetustos ya sólo sueñan. Desde la tele le lanzan llamaditas al chico de brazos musculosos que una vez se licenció como psicólogo pero que ahora convierte en oro todo lo que toca. Ese es su don: revolucionar industrias. Él no quiere saber nada de los señores atrapados en trajes imposibles. Él tiene sonrisa de anuncio Profident, pero sobre todo, maneja un plan.
Lo curioso -lo sensacional- es que el contenido que ofrece se diferencia mucho del de otros compañeros de oficio, únicamente centrados en los juegos o el deporte por la red. En su podcast, Wild hace las cosas a su rollo, anticomerciales pero brillantes, sorprendentemente exitosas: entrevistas larguísimas, de varias horas, a personajes tan dispares como Iker Jiménez, Pérez Reverte o Gervasio Sánchez. Su público, aunque joven -más que él-, se las merienda encantado.
P.- ¡El entrevistador entrevistado!
R.- Sí, ahora estoy en el otro lado de la mesa, pero cómodo. Pregúntame lo que quieras.
P.- Mira que eso no lo dice nunca nadie, a ver dónde vamos a acabar.
R.- A lo mejor en Sálvame (ríe).
La verdad es que el chiquillo no tiene la culpa de las zozobras y resquemores que despierta: durante esta larga charla, en la cafetería de un hotel con vistas a una Gran Vía bulliciosa y gélida, Jordi Wild resulta encantador, inteligente, con recursos discursivos, de una honestidad transparente. Presenta Así es la puta vida (Plan B), un libro contra los gurús y la autoayuda donde nos recuerda que ni somos el centro del mundo, ni nuestros sueños van a cumplirse. No es apocalíptico: es un alivio.
P.- En el título del libro avisas de que la vida es puta, así que, de entrada, me pregunto cuáles han sido los momentos más puteantes de tu vida.
R.- No he tenido una vida muy dramática, pero es cierto que en la adolescencia tuve un momento de crisis personal muy fuerte: era muy rebelde y se me fue la cabeza, estaba muy perdido. Tenía malas reacciones, saltaba a la mínima. Me enfadé con mi familia, con mis padres…
P.- ¿Como los de Hermano mayor?
R.- (Ríe). No, no, no, tampoco era un chalado. Más bien era el de Rebelde sin causa. El caso es que no tenía un motivo. Luego todo ha ido medio bien: tuve un pequeño problema de salud en el colon, pero me recuperé, mis padres están vivos, que es lo que más podría destrozarme… quizá en 2008, con la crisis. Yo trabajaba de modelo y ganaba bastante dinero: pasé de despilfarrarlo como un estúpido a no tener nada. Ahí las pasé canutas.
P.- ¿Cómo se entera uno de lo que vale un duro?
R.- Pues ahí yo vivía en Madrid, en Lavapiés, en un piso de 22 metros cuadrados… unas escaleras del demonio, desiguales… menos mal que el lavabo era aparte. Molaba que los vecinos era cada uno de una parte del mundo y me encantaba el olor a especias. Pero sí, era jodido y ahí aprendí a valorar el dinero.
P.- ¿No se te caen los anillos?
R.- Nunca. He trabajado de camarero, en discotecas, en fábrica…
P.- Es curioso. Este es un libro de anti-autoayuda, es decir, señalas que la meritocracia no existe, que esfuerzo no es igual a éxito, que no basta soñarlo para conseguirlo, etc… son ideas que desconfían del sistema neoliberal, pero luego te defines como capitalista.
R.- Sí, y es complicado porque la vida está llena de contradicciones. Yo mismo soy una contradicción, digo “no vas a triunfar” habiendo triunfado. Soy el primer ejemplo, pero no es lo normal, yo estoy viviendo algo que es muy raro. También he tenido muchas decepciones. De todos modos, “triunfar” no es algo sólo laboral, también puede consistir en tener una buena relación, en llevarte bien con tus padres, en no tener problemas mentales…
P.- En tener autoestima.
R.- Por supuesto. Pero lo normal es no triunfar. Yo critico el “si quieres, puedes”: no es así, ojalá. Si todo el mundo que quisiera, pudiera, no habría sitios, lo llenaríamos todo al momento. Algo tiene valor porque cuesta, porque es complicado, porque hay poquitos huecos.
P.- Una trampa del capitalismo, ¿no? Para que nos metamos codazos entre nosotros para llegar el primero.
R.- Sí, totalmente, y yo soy capitalista y vivo contentísimo con este sistema, pero el capitalismo está hecho, al final, para no parar de tenernos motivados para adquirir cosas. Y cuando adquieres cosas es porque te han hecho creer que las quieres o que las necesitas.
P.- “Motivados”… o angustiados.
R.- Sí. De hecho, hay un capítulo en el libro de salud mental. Tenemos más ansiedad que nunca y también lo hablamos más que nunca.
P.- Buscabas en tu canal un comunista para debatir, para defenderle el capitalismo. ¿Cómo se lo defenderías a Yolanda Díaz?
R.- No tengo claro si Yolanda es comunista, yo pienso más en el modelo clásico, pero, ¿que cómo le defendería el capitalismo…? Pues le diría: mira, el capitalismo no es perfecto, tiene mil taras, pero es el mejor de los peores sistemas. No tenemos más. El capitalismo es un ejemplo de lo que somos como humanos: somos egoístas, queremos cosas, somos territoriales, queremos recursos para nuestra tribu, para nuestro clan o para nosotros mismos… el capitalismo es un brazo metafórico y social de lo que es el ser humano y es muy difícil ir contra eso.
"El capitalismo es un ejemplo de lo que somos como seres humanos: egoístas y territoriales"
P.- Es interesante lo que dices, porque justamente el contrato social se crea a partir de Rousseau, que cree que el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad la que le corrompe. ¿Eres más de Hobbes?
R.- Sí, pero es que pesa más nuestra naturaleza que el pacto social, que se construye a posteriori a partir de esa naturaleza.
P.- ¿Lo denigramos?
R.- Yo creo que sí. La maldad, la bondad, el egoísmo… son ideas humanas inventadas para explicar comportamientos sociales. Yo tengo un concepto muy animalista del ser humano: somos animales avanzados, con capacidad de conciencia, de lenguaje… pero somos animales y se nos nota. El impulso sexual es animal. El impulso de la agresividad que por desgracia tenemos. El impulso de conseguir cosas.
P.- ¿Cuántos reprimidos sexuales o incels, que dicen ahora, hay entre los consumidores fanáticos de Youtube? ¿Cuánto hay de estar ‘empantallado’ y olvidarse de la propia parte animal, en este caso, sexual?
R.- Yo creo que hay menos de lo que pensamos, ¿eh? Antes hacíamos muchas bromas sobre los “niños-rata”, hace como seis años en Youtube… y muchos de ellos son personas normales, que sí, que eran niños fans de los gameplays, pero han tenido vidas normales, también porque el mundo friki se ha vuelto un poco el mundo cool. Antes si en el cole alguien hablaba de un anime, te reías, porque fans del anime había dos, pero ahora es cultura popular, y es lo que mucha gente joven quiere. Hay menos incels de los que pensamos, internet lo magnifica todo.
P.- En un capítulo citas a Pérez Reverte y a Tyler Durden. Dos hombres, uno real y otro ficticio, que comparten un imaginario contigo. ¿Cómo es ser un tipo duro?
R.- No sé… hay muchos tipos de tipos duros, te digo más, hay muchos tipos de personas duras, porque esto no es patrimonio de los hombres. Hay mujeres muy guerreras. Pero aquí… a veces se confunde “determinación” con “rudeza”. Tyler, de El Club de la Lucha, es el constructo de un tío que es lo contrario, que es tan amargado y tan pringado que crea el súperhombre, que en la película es Brad Pitt. Y Pérez Reverte es un tío muy determinado que dice lo que piensa sin temor. Eso es la hostia, porque ahora hay mucho miedo a hablar. Yo creo que lo importante es eso: no ser duro, sino ser determinado, porque eso es compatible con ser sensible en muchas cosas.
P.- ¿Nuestra generación está ‘apeterpanada’ o es que estamos cambiando de modelo y ya no tenemos que pasar por el aro de la boda y los hijos?
R.- Este tema es muy interesante. Yo cuando era pequeño pensaba que me casaría y que tendría hijos con estos 38 que tengo ahora, pensé que sería formal, y ahora me veo y no lo veo cercano. Ni mis conocidos, ni mis allegados, pero tampoco está la sensación de “¿qué haces, tío, estás loco?”. Ni siquiera sé si quiero tener hijos. Creo que este Estado de Bienestar tan cojonudo en el que vivimos (salud, educación, vivir muchos años…) está cambiando nuestro concepto de madurez y la capacidad que tenemos de sacrificarnos, porque nuestros padres se sacrificaron por tener una familia, y porque lo del divorcio lo tenían más complicado e intentaban “aguantar”.
Hoy hemos perdido el sacrificio, que para muchas cosas es bueno, pero para otras… no sé qué pasará en 20 años si la gente no tiene hijos, si no formaliza una relación estable… lo de los hijos es más preocupante, porque en el primer mundo la población se va envejeciendo.No sé si será una moda o un cambio permanente.
"De niño pensé que a mis 38 sería formal, y ahora no veo cerca lo de casarme y no sé si quiero tener hijos"
P.- ¿Te ves en un amor monógamo?
R.- Yo sí: a mí me gusta la pareja monógama. Creo que otra cosa me costaría, pero me parece fantástico que la gente tenga poliamor o relaciones abiertas. Cada uno con lo que quiera. De todos modos, la gente confunde “solo” con “soltero”, tú puedes estar soltero y tener una vida social alucinante, pero llegas a tu casa y eres el rey o la reina. Esto está chulo y creo que hay gente que va a acabar así, y no lo digo como una sentencia o como una maldición, sino como algo positivo y elegido. ¿Y? ¿No es mejor acabar con uno mismo que acabar en una relación tóxica, amargado, con hijos que no me soportan? Dame ya la soltería de por vida.
P.- ¿Hasta qué edad crees que podremos llevar p’alante lo de “sexo, drogas, rock and roll”?
R.- (Ríe). Mmmm. Deja de molar cuando las resacas duran más de dos días. Ahí tienes que pensar en bajarte. No, yo creo que todo con moderación se puede alargar mucho, mira los viejos rockeros. Lo importante es que a ti te apetezca y no forzarte. No te fuerces.
P.- ¿A ti te apetece salir todavía?
R.- Sí, pero mucho menos que antes. Primero, porque la condición mía me hace difícil salir. Y me ha hecho cogerle manía.
P.- ¿Te paran mucho?
R.- Sí, sí. Todo el rato. Sitios donde haya gente de 15 a 30… van a ser conflictivos. Es cansado. Sobre todo de fiesta, que estás ahí como encerrado… Pero va a épocas, y todo cansa, y yo soy muy metalero y ahora la mayoría de discotecas son de reguetón, pop… eso no me va tanto, la música me taladra… se suman cositas.
P.- ¿Ahora haces fiestas en casa?
R.- Eso fue lo bueno del Covid, que nos acostumbramos a hacer más fiestas caseras y más guapas.
P.- ¿Cómo ligas ahora? ¿Tú puedes tirar de Tinder?
R.- No, no, ni puedo ni quiero. A ver, para una persona conocida, ligar no es un problema. Tenemos otros (risas). Hay muchas vías, y otras redes que no son Tinder. En fin, un futbolista no tiene problemas para ligar, o un cantante, o un actor… pues nosotros, los youtubers, en nuestro mundo tampoco tenemos problemas.
P.- Pero puede haber problemas de confianza: “No sé por qué razones se acerca a mí”.
R.- Eso 100%, y te pasa con todo el mundo, con amigos también. Duele, pero son gajes del oficio. Si lo aceptas, bien, y si no, pues cierra la persiana y vamos a otra cosa.
P.- ¿Qué has aprendido del amor que no supieras con 18 años?
R.- A respetar a la otra persona como a ti mismo y a no hacerle daño, cosa que durante un tiempo no hice, porque he sido muy egoísta. Fui un cabra loca, no estoy nada orgulloso. Me alegro de haberlo aprendido.
P.- ¿Cuánto empezaste cobrando y cómo de rico eres ahora?
R.- (Se parte).
P.- Me dijiste que podía preguntar lo que quisiera…
R.- Sí, y no tengo problema en hablar de dinero, pero no me gusta mucho porque me escucho a mí mismo y suena prepotente y no lo soy nada.
P.- Prepotente es cuando saca uno mismo el tema.
R.- Tengo suficiente dinero como para poder vivir bien toda la vida, me podría retirar, quizás rebajando ciertas cosas, pero me podría retirar. Eso es magnífico. Cuando empecé pues era una broma, palmé pasta, no me veía ni el tato, compré equipo… lo peor. Las primeras épocas eran de cero.
"La gente confunde ‘solo’ con ‘soltero’: es mejor estar con uno mismo que en una relación tóxica, amargado, con hijos que no te soportan"
P.- ¿Qué fue lo primero que te compraste cuando te fue a ir bien?
R.- Tuve una circunstancia jodida y es que cuando me empezó a ir bien económicamente, me estafaron. Gente cercana. Por eso te digo, lo de la gente…
P.- Eso no te lo he leído…
R.- Lo mencioné alguna vez en el podcast. Pero bueno, me quedé sin dinero. Lo primero que me compré fue un coche guapo que quería. No te imagines un Lamborghini. Fue un BMW.
P.- Pues te imaginaba con gafas de sol derrapando en un Lambo.
R.- (Ríe). No, no, ni lo tendría. Me gusta más Ferrari (risas). La verdad. No me parecen coches útiles. Yo quiero ir por la calle… no me convence...
P.- Y que vas mú’ bajito.
R.- Sí (ríe). Y tan llamativo de dar la nota… que no me gusta. Tengo un Mustang descapotable muy guapo y tal, pero lo tengo porque me gusta a mí, no para enseñar. No me hago fotos con el coche ni nada de eso.
P.- ¿Cómo hace uno para no volverse gilipollas?
R.- La edad ayuda, desde luego. Si esto me hubiera pasado con veinte años, vete a saber. Sería lo peor, que es lo normal, porque nadie te enseña a tener pasta si no vienes de ‘familia de’, que no es mi caso. Mi familia es humilde.
P.- ¿Cómo es tu familia?
R.- Muy normal. Mi padre era comercial de Endesa y mi madre era dependienta de una tienda de ropa. No me ha faltado nada ni me ha sobrado. Familia de clase trabajadora, feliz. Esto te ayuda a valorar. Si hubiera ganado tanta pasta con 20, me habría pillado dos ‘Lambos’ y ahora diría “¿qué he hecho con mi vida? Soy gilipollas”.
"Tengo un Mustang descapotable, pero para mí, no para enseñarlo: no me gusta dar la nota"
P.- ¿Y a tus padres, qué les has comprado?
R.- La pregunta sería qué no les he comprado. Todo, todo lo que quieren. Relojes, joyas, viajes. Los tengo demasiado mimados. Pero se lo merecen porque me lo han dado todo.
P.- Hablemos de Andorra, paraíso fiscal youtuber. ¿Cuál es tu patria?
R.- Soy cero patriota. No creo en ese concepto, son divisiones históricas, vivimos donde nos ha tocado vivir pero si hubiera nacido unos kilómetros más arriba, sería francés. ¿Y? No me afecta. No tengo amor por el país ni por la patria, puedo tener amor por la cultura, que es diferente. Me gustan mucho la cultura catalana y española. ¡Y la anglosajona! Yo me he criado con más productos americanos y británicos que españoles, te diría. Música, series. Pero adoro la literatura española. Soy de clásicos. Cuando era más chiquillo leí El Buscón, El Quijote… y mucho clásico europeo. Goethe, Oscar Wilde. Nadie ha dominado la ironía como él. Critica tan veladamente… pero en fin, no creo en la patria ni en el concepto de nación.
P.- No sientes una deuda con tu país a la hora de tributar aquí.
R.- No. Y lo estoy haciendo, tributo aquí. Pero me parece sorpresivo: ¿desde cuándo dónde vive alguien es un motivo del propio país para debatir? Que me digas que un rey tiene que vivir en España, vale, pero ¿que un YouTuber está obligado a vivir y tributar aquí? Yo no soy nadie para decirle a Mengano que tiene que estar toda su vida aquí, atado. ¿Y si se enamora de una polaca y se quiere ir a Varsovia?
P.- El amor parece una buena razón, una razón honorable, pero los impuestos no.
R.- El amor, el trabajo… ¿cuánta gente se ha ido buscando mejor oportunidad laboral a Europa o a EEUU? Muchos, y están en su derecho. Pues si una persona, que es como un empresario, porque un YouTuber no deja de ser como un empresario, decide irse una época a ganar más dinero fuera, ¿quién soy yo para decirle que no lo haga?
P.- Pero es que en Andorra hay cuatro bares.
R.- (Ríe). Yo me moriría. Es una cárcel de oro. Si te vas a Andorra a vivir tienes que ser un tío muy casero. Si estás en casa, jugando, y los amigos te vienen a casa, ¿para qué quieres más? Me parece un debate muy raro. Fue lo de siempre. Los youtubers pagando los platos rotos. Anda que no hay jugadores de póker o de motos que lo hacen…
P.- Si Cataluña se independizara, ¿te quedarías allí o tirarías para España?
R.- No me importaría, me quedaría allí. Vivo cerca de Barcelona ahora. A menos de una hora. Yo en ciudad no quiero vivir más, ni en Barcelona ni en Madrid. Y me quedaría, claro. Es muy hipótesis, porque no sé ni qué Estado habría ni qué problemas, pero sí, me quedaría, me la pela. Me da igual.
"Si Cataluña se independizara, me la pela, me quedaría allí"
P.- ¿Te han propuesto trabajar en tele, no?
R.- Me han tanteado. Pero es que yo mando en mi canal y en la tele no, y ahí se acaba toda discusión. Si yo quiero hacer una charla de 8 horas en mi canal, la hago. En la tele sería imposible: que si viene otro programa, que si entran anuncios, que si “a este no me lo traigas”…
P.- Censuritas, amiguitos. ¿A quién no llevarías tú a tu canal?
R.- A gente que no me caiga bien o no me aporte. Estoy pensando. No llevaría, por ejemplo, a los de La Manada. Porque ahí no hay nada donde rascar, ese tipo de perfil no podría. Y hombre, a nivel comunicativo tienen un interés, porque han sido partícipes de un caso global, pero yo no podría. Sería muy violento desde el primer minuto y no tengo por qué aguantar eso, porque es mi programa.
P.- Hablemos del vídeo del Ministerio de Igualdad donde se criticaba al Xokas y a Pablo Motos por machistas. Tú alguna vez has pedido perdón, has dicho que te colaste…
R.- Yo no entiendo cómo en este país la gente no dice que se ha equivocado. ¿Recuerdas a algún político en activo haciéndolo?
P.- Sólo al emérito: “Lo siento mucho, no volverá a ocurrir”.
R.- (Ríe). El puto rey, sí. El único. Nah, pero no hay autocrítica en la política. ¿Qué venden, que son perfectos? No va a colar. No es de este Gobierno, es de todos. Mira, la idea de la ley del sí es sí es buena, seguramente para el futuro va a estar bien, pero al menos di “ha habido un error de cálculo y está permitiendo que gente salga antes de hora, vamos a intentar arreglarlo”. Fantástico. Somos humanos. Estoy seguro de que no lo han hecho con mala intención. En vez de criticar a los jueces, que el Ministerio reconociese el fallo.
P.- ¿Y el Xokas, tiene responsabilidad social, tiene que pedir disculpas? Al final él no es politico y no le pagamos el sueldo.
R.- Para mí fue muy feo centrar el anuncio en dos personas. Creo que hemos tenido conductas que son muy rancias, y nos hemos dado cuenta, pero señalar a dos personas con dinero público… es muy feo. Podrían haber dicho lo mismo sin personalizar. Ponían frases reales y todo el mundo sabía quiénes eran. Pablo Motos no sé, pero Xokas ya se había disculpado, había hablado del tema y se había disculpado. Otra vez abrirlo… no sé. Yo no sé qué habría hecho en su caso. Porque si hablas lo mismo generas efecto Streisand: lo que dura dos días genera el efecto de una semana. Tienen derecho a hablar o a callar o a defenderse. Pero como no hay debate hoy en día, y todo es blanco o negro… ¿somos perfectos? Yo creo que no.