El melón es complicado y la única forma de abrirlo es con sumo cuidado: desde los datos. Y éstos, de momento, son los que ha arrojado el Instituto Nacional de Estadística después de una investigación que ha comprendido desde 2008 hasta 2021 y cuya conclusión es clara: la Comunidad Foral de Navarra, seguida de La Rioja y Aragón son las comunidades autónomas con "los niveles más elevados de calidad de vida". En el lado contrario, los registros más bajos los ostentan Andalucía, Canarias y la Región de Murcia. Pero ¿por qué unas comunidades salen condecoradas y otras van en el vagón de cola? ¿Cómo se mide esa cosa tan aparentemente etérea de "la calidad de vida"? Pues hay maneras.
En concreto, el Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (algo así como la vara de medir del INE) se ha focalizado en nueve aspectos que a todos nos atañen: las condiciones materiales de vida, el trabajo, la educación, la salud, el ocio y las relaciones sociales, la seguridad, la gobernanza y los derechos básicos, el entorno y medio ambiente y la experiencia general de la vida.
Para Ignasi Meda, sociólogo y profesor de Economía de la Universidad de la Salle, estos nuevos indicadores son interesantes: "Durante muchos años, para medir la calidad de vida, en Economía se ha dado mucha relevancia a indicadores tradicionales como el PIB, pero si sólo nos fijamos en ellos nos perdemos muchas otras variables importantes también para la población". Vamos a explicar cómo se viven todos estos factores en unas y otras comunidades de nuestro irregular mapa nacional.
Alfredo Landa, Najwa Nimri, la presentadora Cristina Pardo, el cineasta Montxo Armendáriz o el exitosísimo creador de La Casa de Papel, Álex Pina, nacieron dentro de las costuras navarras. Seguro que ellos saben bien las bondades de una tierra que descolla en el ranking del INE por su entorno y medio ambiente, así como por sus condiciones materiales de vida, el trabajo, la salud y la educación. Sin embargo, y como en todo, otros parámetros como el de gobernanza y derechos básicos (que mide la confianza en el sistema político y judicial o la participación ciudadana) le salen deudores a Navarra. Nadie es perfecto.
Educación, salud, trabajo
En este sentido, si atendemos a los nueve parámetros analizados, los resultados por comunidades autónomas son también irregulares. Y reveladores. Por ejemplo, el ranking de Educación se lo lleva de calle el País Vasco. El INE lo mide calibrando aspectos como el nivel de formación alcanzado por la población total o la tasa de población adulta con un nivel educativo superior, y el País Vasco saca una nota de 118,869. Por contra, las autonomías con las peores estimaciones son Ceuta, con 103,153 y Extremadura, con 103,842.
Es precisamente la educación el indicador que más repuntó en 2021, el último año del estudio, y por ello el INE afirma que "la calidad de vida ese año mejoró tras el descenso en 2020". En concreto, el Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV) se situó en 101,83 puntos, frente a los 101,66 del anterior. Sin embargo, el sociólogo Ignasi Meda cree necesario hacer una puntualización al respecto: "Al salir de la pandemia, mucha gente decidió empezar a formarse al no haber ocio fuera de casa. Pero la formación a corto plazo no te asegura que puedas incrementar tu nivel económico y de calidad de vida. El indicador de condiciones materiales de vida, que reúne parámetros muy importantes, se ha quedado prácticamente en el mismo punto desde 2008, y también tiene que avanzar".
¿Y la salud? ¿Qué pasa con este nuestro caballo de batalla patrio? Lo cierto es que ninguna de las comunidades alcanza cifras tan altas de satisfacción como en educación, pero el primer puesto se lo lleva sin discusión la Comunidad de Madrid, con una puntuación de 104,774, seguida de cerca por Navarra, con un 103,816. Las que quedan al final de la lista son Ceuta, con un 94,436 y el Principado de Asturias, con 96,896. La salud se ha medido, en este caso, mediante la esperanza de vida al nacer, las personas con enfermedades o problemas de salud de larga duración o el acceso a los cuidados sanitarios.
Por su parte, el trabajo nos lleva a Aragón. Los maños obtienen un 103,081 después de que se hayan valorado sus tasas de empleo y paro, pero también sus salarios o la satisfacción con el empleo de sus habitantes. En segundo puesto, con un 102,949, vuelve a estar Navarra, la gran triunfadora del estudio. Y el vagón de cola lo ocupan, laboralmente hablando, Canarias y Andalucía (con un 94,469 y un 94,663, respectivamente).
Economía y Medio Ambiente
Tal y como aclaraba el experto sociólogo, el indicador más importante al que remitirnos es el de las condiciones materiales de vida, entre las que se encuentran la renta mediana de los ciudadanos o sus dificultades para llegar a final de mes, además de la falta de espacio en la vivienda o lo que cuesta vivir en ella. Es decir, todas aquellas condiciones económicas que pueden hacer del día a día una rutina plácida o una cuesta arriba larga y agotadora. ¿Y quién gana en esta ocasión? Pues, de nuevo, el norte: en primer lugar está el País Vasco (105,351) y le sigue de cerca Navarra, una vez más (105,229). Las peores condiciones económicas se dan en Ceuta (90,987) y en Melilla (92,186), y a muy poca distancia figuran Canarias (93,293) y Andalucía (96,241).
En Entorno y Medio Ambiente, la Comunidad Foral vuelve a sacar pecho: sus verdes valles del Pirineo, el contraste con el desierto de las Bardenas y sus suaves colinas o sus viñedos contribuyen a su primer puesto, con un índice de 109,356 frente a las bajitas puntuaciones de Murcia y Melilla (96,982 y 94,923). Para arrojar estos datos, el INE estima además factores como la contaminación, ya sea ambiental o acústica, el acceso a zonas verdes o la satisfacción con el entorno en que se vive.
Seguridad y derechos básicos
Otros dos parámetros troncales son la seguridad y los derechos básicos de los ciudadanos. En el primer bloque despuntan los asturianos (109,049) seguidos de los cántabros (108,155) y, en los últimos puestos de la lista figuran de nuevo los ceutíes (92,892) y, esta vez, los madrileños (96,134). La seguridad la ha medido el INE atendiendo al volumen de homicidios, la criminalidad y el vandalismo, pero también mediante sensaciones más subjetivas como la percepción de seguridad al pasear solo por la noche.
Por su parte, los mayores derechos básicos quedan reconocidos en las Islas Baleares (109,353) y en la Comunidad Valenciana, que se estrena con este apartado en los puestos más altos de la lista, obteniendo un 107,374. Atrás quedan Castilla y León (91,224) y el País Vasco (91,281). Para obtener estas cifras el INE ha estudiado la confianza de los ciudadanos en el sistema político y judicial, además de en la policía, y ha medido cuánto participan éstos en las actividades políticas y cotidianas.
Ocio y experiencia de la vida
Un apartado sorprendente dentro de este estudio experimental es el dedicado al ocio y las relaciones sociales. A priori, uno podría pensar que la mayor oferta de ocio se concentra en grandes urbes como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, pero en cambio la comunidad autónoma (y provincia) que sale mejor parada es Melilla, con un 107,284. Y, la siguiente, Cantabria, con un 105,592. Esto es debido a que los criterios de catalogación son mucho más amplios que la mera oferta de cartelera. Así, se tiene en cuenta la satisfacción con el tiempo disponible, la asistencia a eventos culturales y deportivos, pero también asuntos como la frecuencia con la que nos reunimos con amigos, familiares o compañeros o la muy subjetiva confianza en los demás. Los que se quedan atrás en ocio, con estos parámetros, son Canarias, con un 94,453 y Murcia, con 96,273.
También el INE analiza un concepto aún más vago, más intangible y, sin embargo, opinable. Hablamos de la mejor experiencia de la vida, que suma condiciones como la satisfacción global con la vida, los sentimientos y emociones y el sentido de la existencia, ése con el que se han rellenado indecibles ensayos filosóficos sin que haya podido quedar atrapado en página alguna. No obstante, los que más parecen haberlo encontrado son los baleares, con un 112,488, seguidos de los aragoneses, con 110,513. No sabemos qué pensarán al leer este reportaje, pero según estos datos quienes más se mecen en la insatisfacción son los gallegos, con un 93,806 y los castellanoleoneses, con una nota de 98,057.