Pedro Campos, su mujer Cristina, fotógrafos de dos agencias, una cámara de televisión y un reportero. Esas son las únicas personas que esperaban a Juan Carlos I en el aeropuerto de Vigo el pasado lunes. Nada que ver con su primera visita a España aquel mayo de hace más de un año, cuando cientos de periodistas esperaban fuera de las vallas del aeropuerto a que el padre del Rey Felipe pisara suelo español por primera vez desde su forzado exilio en Abu Dabi. Por aquel entonces, hasta las cadenas de televisión más importantes interrumpieron sus emisiones para dar en directo el aterrizaje del avión privado que lo trajo de vuelta.
"Y eso es justo lo que estaba buscando Zarzuela y que él parecía no entender. Es la estrategia que se sigue en la Casa Real desde 2014 con la llega de Felipe VI: hacer poco ruido para que la gente se vaya acostumbrado a que las visitas de Juan Carlos van a ser más habituales, como es natural", cuenta a EL ESPAÑOL | Porfolio una persona cercana al equipo del Monarca.
Este es el mensaje que desde Zarzuela se ha lanzado a los periodistas que de forma habitual cubren las noticias relacionadas con la jefatura del Estado. El primer aviso llegó en forma de SMS a los móviles de dichos redactores: "Buenas tardes. Como muchos de vosotros nos habéis preguntado en los últimos días sobre el juramento de la Constitución de la Princesa de Asturias, os podemos confirmar —y podéis hacerlo citando fuentes de la Casa— que después de la reunión celebrada a iniciativa de la presidenta del Congreso, con la presencia del presidente del Senado, el Gobierno y la Casa, se ha concretado que dicha jura se celebrará el próximo 31 de octubre en sesión plenaria de Congreso y Senado".
Después del acto en el Congreso está previsto que en el Palacio Real la Princesa Leonor reciba el Collar de la Orden de Carlos III en presencia de los poderes del Estado y que a continuación se celebre un almuerzo con una representación de las más altas autoridades del Estado.
"También os queremos informar de que con posterioridad a los actos institucionales en el Congreso y en el Palacio Real, tendrá lugar en el Palacio de El Pardo una celebración familiar y de carácter privado, que incluirá a la Familia Real, la familia de S.M. el Rey y la familia de S.M. la Reina".
Así dejaban caer que el padre de Felipe no iba a asistir a la jura de la Constitución en el Congreso, pero sí a la fiesta posterior en El Pardo. "Eso mejor que nada, pero disgustado está, no lo vamos a negar. Para Juan Carlos, uno de los momentos más bonitos de su etapa como jefe del Estado fue cuando en 1986, al llegar su hijo a la mayoría de edad, le hizo entrega del Collar de Carlos III. En ese salón del Palacio Real, entre el público se encontraba un emocionadísimo Conde de Barcelona, el abuelo del actual Rey. "Eso, el día 31 de octubre no va a ocurrir, porque el abuelo de la Princesa de Asturias no es bienvenido en esa ceremonia tan especial para cualquier Borbón", prosigue una persona muy cercana al Emérito.
La "normalidad" con el Emérito
Pero el mensaje enviado durante esta semana a los periodistas buscaba algo más. Comunicar, de forma velada, un supuesto estado de "normalidad" en las relaciones entre los miembros de la familia Borbón y Grecia. De hecho, Juan Carlos lleva desde el lunes disfrutando de las aguas de Sanxenxo, en Pontevedra, compartiendo salitre, marisco y buen tiempo con amigos, su hermana la Duquesa de Soria y alguno de sus sobrinos -como María Zurita- sin que nadie le pregunte a Zarzuela qué opinan sobre el asunto.
Las cosas están tan supuestamente relajadas que el Emérito comentaba con algunos periodistas locales a la entrada del club náutico que "seguramente" iba a ver en estos días a su hijo, el Rey Felipe VI, ya que el jefe del Estado tenía programado un acto en Pontevedra, a unos 20 kilómetros de dónde se encuentra su antecesor en el cargo.
"La estrategia está funcionando perfectamente. La presencia de Juan Carlos ya no es noticia. Que vaya a ir a la fiesta familiar de Leonor en El Pardo ya hasta nos parece algo natural. Casi nadie ha hablado de que ha aterrizado en Vigo con el avión privado más caro que existe. ¿Quién se lo ha prestado? Ya estamos distraídos en otras cosas", apunta uno de los periodistas que cubren de forma habitual las noticias relacionadas con la jefatura del Estado. Sin embargo, el jueves no hubo ningún encuentro entre padre e hijo.
Juan Carlos se marcha de nuevo a Abu Dabi el próximo domingo, pero regresará a Madrid el próximo 31 de octubre para estar en la fiesta privada de Leonor. "Lo que nos tenemos que preguntar es hasta qué punto las relaciones han estado rotas. En lo público 100%, la obsesión de Zarzuela en el funeral de Isabel II era que no se les hiciera una foto juntos (a Felipe y Juan Carlos), cosa que el protocolo británico consintió.
Con la muerte de Constantino de Grecia fue algo parecido, hasta que una televisión local grabó la imagen de padre e hijo dándose un cariñoso beso de despedida. El cordón sanitario que afecta a esta relación y la separa solo es de puertas para afuera. En lo privado, sin ser una cosa fluida y maravillosa, se puede decir que el trato es correcto, otro tema es con la Reina. Letizia no puede normalizar ciertas cosas que pasaron, que pasan y que seguirán pasando", aclara una persona cercana a la familia Borbón Ortiz.
Invitados al cumpleaños
A la fiesta privada en el Palacio de El Pardo también asistirán las dos hermanas del Rey, la Infanta Elena y la Infanta Cristina, con todos sus hijos. Las hijas de los Reyes, Leonor y Sofía mantienen una buena relación con sus primos, sobre todo con Irene Urdangarín, con la que la Princesa de Asturias tiene una buena amistad.
"Tras el divorcio de la Infanta Cristina, bueno, separación, porque la idea es que lo primero lo firmen este otoño ya de una vez, las relaciones entre los hermanos mejoraron. No han dejado de ser tensas y tampoco es una cosa maravillosa, pero se toleran. La hermana del Rey no le perdona que le retirara el título. Entiende lo de su exmarido, pero no lo de ella. Ella no ha sido declarada culpable de nada. Desde luego la invitación a la celebración se puede entender como un paso a una reconciliación, pero después de lo que pasó en verano, es casi imposible", cuenta a esta revista la misma fuente.
A lo que se refiere esta persona es al incidente que tuvo lugar el pasado mes de agosto en Palma de Mallorca. Las dos hijas de la Reina Sofía tenían planeado pasar unos días en la isla con su madre, a la cual le hacía especial ilusión reunir a todos sus nietos en el Palacio de Marivent. Cuando ya estaba todo listo, billetes y seguridad incluida, desde el equipo de Zarzuela se comentó la poca "conveniencia" de que todas las familias aparecieran juntas, por lo que las Infantas se vieron obligadas a cambiar todos sus planes.
Sin embargo, la oferta de acompañarlos en ese día tan importante para Leonor se puede interpretar como un acercamiento por parte de los Reyes, aunque a priori puedan ser invitados "incómodos" debido a la tensión acumulada durante años. Aun así, es especialmente importante para Felipe VI, ya que, en su juventud, tuvo una gran complicidad con la Infanta Cristina. La relación se rompió con las consecuencias del Caso Nóos: el ingreso en prisión de Iñaki Urdangarin y retirada del título de duquesa de Palma a la Infanta. El anuncio de Zarzuela se puede ver como parte del proceso de reconciliación que a buen seguro ha animado al Jefe del Estado, un hombre que cuenta con una personalidad extraordinariamente templada.
No nos podemos olvidar del gesto y la entereza que demostró la Reina Letizia en Atenas durante la despedida de Constantino de Grecia el pasado mes de enero. Para que todo el mundo fuera testigo de las paces que había hecho con Marie Chantal Miller, consciente de que este tipo de cosas perjudican a la Corona. Además, su marido, Pablo de Grecia, es uno de los mejores amigos de su marido, y ambos estarán también presentes en la fiesta de El Pardo.
"Las únicas que siguen siendo neutrales o lo intentan son la Reina Sofía y su hermana, Irene de Grecia. Han tenido un año horrible con la muerte de su hermano Constantino y el incidente de Palma, que le cayó a la madre del Rey como un jarrón de agua fría. Ella ha pedido poder estar en el Congreso durante la ceremonia de jura y en el Palacio Real cuando le hagan entrega del Collar de la Orden de Carlos III, pero todavía no ha recibido respuesta. Sería un poco extraño que estuviera ella y su marido, Juan Carlos, no. Veremos qué pasa, porque cosas más raras hemos visto. Muchas veces nos empeñamos en pesar que los Borbón y Grecia son una familia normal, y no lo son", sentencia la misma persona.