Dos jóvenes, de 14 y 16 años, ingresaron a principios de mes en la UCI de un hospital de Murcia por apuñalamientos. Casi pierden la vida. Detrás de los ataques estaba David 'El Comino', otro joven de 16 años sobre el que ya pesaban cargos por amenazas. Una de las víctimas era un amigo, pero al otro no le conocía. Un suceso truculento al que le han seguido otros violentos protagonizados por menores, como es el que protagonizó un joven con Asperger en un colegio de Jerez. El joven, de 14 años, apuñaló a tres profesores y a dos alumnos que, afortunadamente, no revisten gravedad.
Esta violencia protagonizada por los jóvenes se refleja cada vez más en las estadísticas. Y no sólo la que tiene que ver con agresiones, sino con las de tipo sexual, que, con el paso de los años, se denuncian más y se van haciendo más evidentes.
El caso de las imágenes creadas por inteligencia artificial (IA) de hasta 20 menores desnudas en Almendralejo (Extremadura) también despertó el estupor de quienes escuchasen el caso. Sobre todo, tras las indagaciones de los agentes de la Policía Nacional. Según sus pesquisas, detrás de la difusión de las fotografías podrían estar varios menores de 14 años. No obstante, la Fiscalía Provincial de Badajoz estudia si los hechos pueden llegar a ser constitutivos de delito al tratarse de una tecnología nueva y, por tanto, no contemplada en la ley vigente.
[Así es la ley en España para los menores que cometen un delito]
El debate generado alrededor de este vacío legal coincidió, a su vez, con la decisión de una titular del juzgado de menores número 3 de Badalona de internar en régimen cerrado a dos menores detenidos por una agresión sexual múltiple a otra menor el pasado junio en Badalona. Todas ellas son historias que cobran -si cabe- más gravedad al albur de los últimos datos de condenados en España publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La información obtenida del Registro Central de Penados (RCP) –relativa a las sentencias condenatorias firmes de adultos y menores– refleja un importante aumento en los menores que han cometido delitos sexuales. Concretamente, solo en 2022, se han producido 636 delitos de este tipo, de los que 389 son por abusos y agresiones sexuales a menores de 16 años. Es la cifra más alta de una serie histórica que comienza en 2017.
La pandemia y las restricciones de movilidad influyeron en las estadísticas de condenados, de tal forma que en 2020 se produjo una reducción y en 2021 se pudo ver un repunte por el efecto rebote. Aun así, con respecto a este año, el aumento de delitos sexuales en menores –constante en los últimos años– supuso un 14,1%, con 501 condenados. No obstante, si se observa la situación prepandemia, comparado con 2019, el incremento ha sido del 20,4%.
En lo relacionado con los adultos, los delitos sexuales que más se cometen son los de abusos sexuales. En el último año, el número de condenados mayores de 18 años habría disminuido un 3,2%. Sin embargo, la situación prepandemia, arroja una lectura distinta, con un repunte del 12,8% con respecto a 2019. De hecho, el aumento de la estadística hasta este año es constante, volviendo a incrementarse en 2022.
El retrato del menor delincuente
Más allá de la estadística de condenados por delitos sexuales, lo cierto es que la información general publicada en el INE revela cuál es el retrato del menor y del adulto que delinque en España.
En lo que respecta a los menores condenados, también se registra un aumento, aunque algo menos llamativo que en los adultos. Según las cifras que arroja el INE, con 14.026 menores condenados (de 14 a 17 años) en el último año, la cifra aumenta un 3,2% con respecto a hace un año. Si se compara con la etapa previa a la pandemia, este porcentaje se reduce en un 0,6%.
Nuria Granda, abogada especialista en derecho penal de menores y directora del despacho de abogados penalistas GRANDA & Asociados, cuenta a EL ESPAÑOL | Porfolio que "es posible que estén aumentando los delitos en menores, pero sobre todo lo que están aumentando son las denuncias. En eso hemos progresado y evolucionado".
Las penas para ellos van desde las más leves a las más severas. Entre las primeras hay medidas como la amonestación, que "es la regañina de un juez". Después está la libertad vigilada, que es el seguimiento que se le hace a un menor con un equipo psicosocial durante el tiempo que dure -que suele ser unos meses o un año-. También pueden estar en régimen de internamiento semiabierto o cerrado en centros.
La abogada comenta que "la legislación de menores funciona mucho mejor que la de mayores, pero el problema que hay es social". Lamenta que nadie legisle cómo los menores tienen que hacer uso de las pantallas y los medios tecnológicos, algo que influye de manera directa en el comportamiento de los menores. "¿Cuánto tiempo puede dedicarle un menor al móvil? Por ley, lo que quiera", apunta Granda.
Ahora bien, como ocurre con los adultos, los varones son los que engordan la estadística. Ellos son los que más delinquen. Mientras las menores condenadas se mantienen en unas 2.000, la de los jóvenes infractores supera en todo momento los 10.000 –exceptuando el año de pandemia–.
Por tanto, los varones hombres son los que más delitos cometen. Sobre todo, cuando tienen 17 años. Según los datos recopilados del RCP, la tasa de menores condenados a los 17 años es de 14. La mayoría de los menores condenados tenía nacionalidad española (79,3%). Sin embargo, la tasa por cada 1.000 habitantes de 14 a 17 años fue algo más del doble en los de nacionalidad extranjera (14,3), que en los de nacionalidad española (6,0).
Los delitos que más cometen estos menores están relacionados con lesiones (31,4% del total), robos (17,5%) y amenazas (8,6%). En cuanto a las infracciones penales cometidas por los menores, por cada 1.000 habitantes de 14 a 17 años, las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta (con 96,2 y 87, respectivamente) e Islas Baleares (26,8) registraron las mayores tasas.
Así, el retrato del menor español que delinque en nuestro país sería el de un varón de 17 años que lleva a cabo delitos de lesiones en Melilla, principalmente. Si no se contaran las ciudades autónomas, las mayores tasas de menores infractores estarían en Islas Baleares, La Rioja y Navarra.
El perfil del español delincuente
Aunque la tasa anual de criminalidad en España (por cada 1.000 habitantes) sigue siendo más baja que otros países de nuestro entorno como Reino Unido, Alemania, Dinamarca o Bélgica, el número de condenados en nuestro país se ha ido incrementando paulatinamente.
Durante 2022 fueron inscritas en el registro 308.624 personas condenadas (mayores de 18 años), lo que supuso un 9,4% más que el año anterior –o un 8% si se compara con la etapa previa a la pandemia–. De ellas, el 81% fueron hombres y, entre ellos, la mayor tasa de comisión de delitos se encuentra entre los 21 y los 30 años (con un 25,8), aunque le siguen muy de cerca los comprendidos entre los 18 y los 20 años (un 25) y de los 31 a los 40 años (un 23).
Además, según los datos que incluye el INE, la mayor parte de los condenados tenía nacionalidad española: hasta un 74,6%. No obstante, hay que precisar que si se atiende a la tasa por cada 1.000 habitantes, los extranjeros llegan a cometer delitos 2,6 veces más que los españoles.
Sea como fuere, lo cierto es que la mayor tasa de delitos penales por cada 1.000 habitantes se encuentra en Melilla (18,8), seguida de la ciudad autónoma de Ceuta (18,1) y de la Comunidad Valenciana (12,6). Después, le seguirían otras comunidades como Islas Baleares o Murcia.
De los delitos cometidos entre los adultos, la mayor cifra la representan los relacionados con la seguridad vial. En total, 107.396 de los más de 426.000 registrados en España en el último año. En el top cinco se encuentran, además, los que tienen que ver con lesiones, hurtos, amenazas, quebrantamiento de condena o estafas.
Es decir, el retrato del adulto que delinque en España es un hombre joven, de entre unos 21 y 30 años, de Melilla y que comete algún tipo de delito relacionado con la seguridad vial.
Cómo es el preso que reincide
Hay pocos datos en España sobre la reincidencia de los presos. De hecho, los últimos datos que recoge el INE son los referentes al año 2002. Si nos basamos en la última actualización oficial sobre los presos reincidentes en nuestro país, encontramos un informe que dio a conocer el Ministerio del Interior en septiembre de hace un año.
Los datos los presentó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en el Centro Penitenciario de Burgos como “un informe pionero” elaborado por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Según sus conclusiones, ocho de cada 10 personas que salen en libertad no retornan a prisión para cumplir condena por un nuevo delito, lo que sitúa la tasa de reincidencia penitenciaria en un 19,98%.
Según señaló el ministro en su día, son unas cifras que revelan que “el 80,02% de los internos que cumplen su condena y alcanzan la libertad no vuelven a prisión por haber cometido nuevos hechos delictivos”.
[La galería de los 10 criminales que reincidieron al salir de prisión]
Son datos obtenidos por la Secretaría General a raíz del análisis de 19.909 personas que fueron excarceladas en 2009. A partir de esa fecha, se estudió cuántas reingresaron en prisión en la siguiente década para cumplir condena por un delito cometido tras su puesta en libertad.
Con estos datos, se ha podido llegar a saber cómo es el preso que reincide en España: un hombre, de nacionalidad española y con una edad comprendida entre los 31 y los 50 años. En su mayoría fueron personas que no pasaron por un período de libertad condicional y en el transcurso de los tres primeros años.
Además, un dato importante es que se registran dos realidades significativas. Por un lado, el caso de quienes ya habían cumplido penas privativas de libertad por delitos de robo y hurto y volvieron a delinquir. Cuando reincidieron, el 76,29% repitió delito. Y por otro, el de las personas condenadas previamente por homicidio. La mayoría de aquellas que, tras salir de prisión, reincidieron no volvió a cometer un delito de homicidio: volvió a la misma conducta delictiva el 6,55%.