Obdulia, la vecina de Los Rosales que convierte el descampado en un jardín
Su tenacidad es admirada por sus vecinos: "Todos los días voy haciendo un poco, empecé con un rastrillo de la playa; ahora me emociona que digan que lo ven bonito"
17 septiembre, 2019 10:56"Hacía mucho tiempo que pensaba, ¡ay, que vergüenza cómo tenemos esto! Había unas hierbas, que no se cortaban, hasta que este verano lo dejaron como un descampado. Ahora planto unas margaritas que están preciosas". Nos lo cuenta Obdulia, una vecina de Los Rosales que está cultivando un jardín en la zona donde se creará el Bosque das Cinco Illas.
"Me propuse hacer una esquinita. Así hago gimnasia y estoy al aire libre; como tengo un perro salgo con él de paseo, y voy haciendo poco a poco", nos explica. Y eso que hay quien le dice que el concello puedan llamarle la atención: "Yo sé que no hago mal a nadie".
También en casa le hacen comentarios: "Mi hija me dice: Mamá, si quieres cultivar, vete a la finca. Pero yo le digo que eso está lejos, esto lo tengo aquí al lado, enfrente de casa".
Desde luego, Obdulia está siendo tenaz con su proyecto. "Empecé a principios de agosto. Rastrillando con un rastrillo de la playa, se cayeron los dientes, con una piedra se me cayó el último. Me dolía la espalda de tanto estar agachada con aquel rastrillo, ahora ya me van prestando cosas y voy teniendo mejores herramientas para trabajar".
El barrio de Os Rosales está a la espera de que comiencen las obras del Bosque das Cinco Illas. "A mí me dicen, ahora que van a empezar el proyecto se va a destrozar todo este trabajo, y a mi no me importa. Mucho mejor, yo lo que quiero es ver bien mi barrio, que se pueda pasear".
Cuenta que "le faltan 500 días" para los 80 años, así que no quiere
perder el tiempo: "¿Quién sabe si no veo finalizadas las obras? Yo me voy poniendo manos a la obra, y todas las mejoras, bienvenidas".
"Es que esto está abandonado: una vez torcí un pie, y lo pasé mal. No hay caminos, se caen piedras. Ahora aseguré algunas. Les llegué a decir una vez a los técnicos del concello que estaban haciendo obras en una acera: Por favor, pongan aquí una escalera. Tuve que hacerlo yo", explica Obdulia.
"Y lo mejor de todo, los niños me lo agradecen, eso me emociona mucho. Que la gente me felicite y me diga: qué bonito te está quedando. Y ahora hasta me traen más flores para seguir plantando, pero yo prefiero más que sean silvestres, y también que necesiten poco agua", cuenta Obdulia a Quincemil.
Los vecinos muestran su solidaridad y simpatía con ese gesto desinteresado que Obdulia lleva a cabo día a día en el entorno de su casa en pleno Manuel Azaña. Con él, va transformando el pequeño espacio, gracias a la ayuda de los comerciantes, vecinos y colegios del barrio, demostrando que hay iniciativas ciudadanas en A Coruña que con esfuerzo de los vecinos se hacen realidad.