VÍDEO: El coruñés Fernando Pujalte regresa a la música de los 70 para animar la cuarentena

La música suena por cada rincón de A Coruña. La mayoría de barrios de la ciudad (por no decir todos) tienen un vecino anónimo que cada día a eso de las 20.00 horas, aprovechando el impasse para salir a aplaudir a los sanitarios, pone música a la cuarentena. Mientras en Riazor los vecinos se deleitan con la voz del baritono Borja Quiza, en Cambre es la gaiteira Susana Seivane la que ameniza el confinamiento. En el caso de los vecinos de zona de A Maestranza, el encargado es el artista Fernando Pujalte.

Dueño de la Lili Cleta, este músico lleva desde el 19 de marzo amenizando las tardes a sus vecinos al más puro estilo setentero. Pujalte lleva a sus compañeros de calle de vuelta a los años 70 a través de un programa que ha optado por llamar ‘Aplauso COVID-19’, inspirado en el mítico programa televisivo que emitía TVE.

Desde que comenzó el confinamiento, la casa de Fernando recibe más correo del habitual. Junto a las facturas y demás cartas, se acumulan las peticiones musicales de sus vecinos. Gente que le pide a este músico aquellas canciones de antaño que quieren volver a escuchar desde las ventanas de sus hogares. "Yo les pido que cuando bajen a la calle dejen sus peticiones en el buzón", comenta.

Este músico no falta a su cita diaria en el improvisado escenario que montó en la ventana de su casa, solo descansa los domingos. El humor y la música inundan esta calle de la ciudad. Una calle que desde este martes ha quedado muda. Pujalte asegura que se ha visto obligado a "readaptar" su show después de que "una vecina" se quejase a la policía.

Calle enmudecida

"Ahora mismo no se está haciendo", cuenta Fernando Pujalte, quien espera poder contar pronto con el permiso de la policía para retomar la esencia de su particular show musical cuyo único objetivo es hacer más llevadero ese encierro en casa.

"Es lamentable que un vecino puede enmudecer una calle", señala este músico coruñés, que confía en que todo se arregle pronto y, así, poder volver a dar voz a una calle cuyos vecinos, según comenta, se mostraron igual de "sorprendidos" que él al conocer esta queja vecinal.