Miño está de fiestas este fin de semana. Unas fiestas muy diferentes a lo habitual. Sin embargo, no podía falta la tradicional cucaña. Ayer por la tarde varios intrépidos vecinos decidieron probar suerte y trataron de amarrar la bandera gallega antes de zambullirse en el mar.

Las fiestas de San Pedro de este año han sido atípicas por la situación sanitaria que se vive en el mundo. El coronavirus no ha impedido que muchos vecinos de la localidad coruñesa disfrutasen de unos de sus días más especiales del año. Las medidas sanitarios obligaron al Concello a cambiar las tradicionales verbenas, pero actividades como la cucaña se mantuvieron.

El consistorio local tomó la decisión de celebrar San Pedro antes incluso de que Galicia alcanzase la "nueva normalidad". El objetivo de estos festejos es reactivar la actividad hostelera y apoyar a los músicos locales.

Además, hoy se ha celebrado una jornada familiar enfocada en los más pequeños de la casa. El espectáculo de Circo Chosco se tuvo que trasladar al pabellón municipal debido a la lluvia.