Un año sin Yago de la Puente, coruñés desaparecido: "Seguimos como aquel 14 de julio"

El próximo 14 de julio se cumplen 365 días de la desaparición de Yago de la Puente Agulló. Un año entero sin rastro de este joven coruñés que fue visto por última vez en el municipio de Cerdido, tras haber pasado unos días en el Festival de Ortigueira con amigos.

"Seguimos igual que aquel 14 de julio", dice su padre, José Manuel de la Puente. Ese día, pero de 2020, tienen previsto celebrar una nueva concentración en la plaza de Pontevedra. "Estamos pendientes de que lo aprueben", señala. Será, si no cambian sus planes, a las 20.30 horas.

En cuanto a la investigación, no ha habido avances desde pocas horas después a desaparecer. "Nada de nada, seguimos estancados. Estos meses recluidos por el coronavirus hemos tratado de hacer ruido en redes sociales, pero no hay novedades", lamenta José Manuel.

La última pista que se tiene de Yago es que habría llegado a Cerdido en tren. Los últimos testimonios que asegurarían haberlo visto son del 16 de julio, dos días después de su desaparición. "Desde entonces, no ha tocado su cuenta bancaria ni ha operado con sus tarjetas. No hay rastros de vida, pero tampoco de muerte", señala José Manuel.

Siempre en el pensamiento

La familia de Yago de la Puente continúa pensando en él a diario. "Va por días. Unos estás mejor, y otros peor. Existe una cierta sensación de duelo permanente, pero lo que más notamos es incertidumbre e impotencia", dice José Manuel.

Lo que peor lleva su padre es la falta de novedades. "Hablas con la Guardia Civil y con las autoridades y no encuentras nada a lo que agarrarte", señala. El 10 de diciembre se realizó una gran batida con la participación de amigos, familiares, voluntarios y equipos de emergencia en la zona de Cerdido. Además, en marzo también se rastreó la zona con perros adiestrados de la Guardia Civil. Ninguna dio resultados.

"Es prácticamente imposible que Yago esté en esa zona", señala José Manuel. La familia de este joven coruñés de 28 años pide que no cese su búsqueda. Se trata de una persona de 1,89 metros de altura, de complexión ancha, pelo negro, ojos verdes y tatuajes en distintas partes del cuerpo. "Tenemos muchísimo apoyo y eso nos da fuerza", dice su padre.