• La Casa Carnicero de Oleiros (A Coruña), una joya arquitectónica asolada por el fuego

El derribo de la casa Carnicero, el inmueble protegido que resultó muy dañado en un incendio el pasado mes de julio, no cuenta con la autorización de la Xunta. Así lo confirmó ayer la Consellería de Cultura, que aseguró que la Dirección Xeral de Patrimonio no había otorgado autorización para que el Concello de Oleiros, ahora propietario de esta casa, procediese al derribo de la misma.

El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, anunciaba esta misma semana que las obras de derribo comenzarían este mismo miércoles, día en el que desde la Xunta se pronunciaron asegurando que estas obras no cuenta con la autorización necesaria para acometerlas.

Además, desde la propia Consellería de Cultura recuerdan que el pasado mes de agosto, tras autorizar la medidas cautelares que permitieron acordonar la zona, se le recordó al Gobierno local de Oleiros la necesidad de "presentar un proyecto de rehabilitación de acuerdo con el informe de los servicios técnicos”. Sin embargo, según señalan, no recibieron respuesta.

García Seoane argumentó que el derribo de la casa Carnicero era por motivos de seguridad, ya que el inmueble quedó muy deteriorado por el fuego y, además, últimamente sufrió más daños por los temporales. El riesgo de desprendimientos pone en alerta a una zona por la que transitan peatones y circulan coches a diario.

El futuro de este inmueble no está exento de polémica. Desde el Colegio de Arquitectos de Galicia han emitido un comunicado en el que lamentan profundamente "el proceso administrativo que amenaza con la posible demolición de la Casa Carnicero, ya que no se ajusta a los procedimientos regulados por la Ley de Conservación del Patrimonio, que contemplan a la obligación del elemento a conservar desde que se produjo el siniestro".

Añaden que, al margen de debates sobre su conservación total o parcial o incluso su descatalogación, siempre se debe atender a la "legalidad vigente" y las administraciones "deben ser las primera en velar por su cumplimiento".

Esta casa de estilo colonial fue construida en 1916 y diseñada por el arquitecto Rafael González Villar, autor del Kiosco Alfonso de A Coruña, para el coruñés Enrique Carnicero Ríos, propietario de un importante vivero de ostras en la ría.