A Coruña acogerá un charla sobre la convulsa situación que vive el colectivo LGTBI

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A Coruña

"Si no te hablo más, me maté": El caso de un homosexual coruñés que se suicidó tras ser amenazado

Durante días un hombre mandó mensajes amenazantes y pidió dinero a un joven a cambio de no difundir imágenes íntimas y revelar que era gay, una extorsión que llevó a la víctima a suicidarse

9 septiembre, 2021 17:03

"Si no te hablo más me maté. No aguanto más". Estas fueron las últimas palabras que un joven coruñés envió en un mensaje al hombre que llevaba días extorsionándole antes de tirarse por la ventana de su vivienda en la ciudad herculina. Ahora, el caso vuelve a la actualidad ya que a finales del pasado junio se ha dictado sentencia (que no ha sido recurrida) y el culpable ha sido condenado a dos años y medio de prisión y a indemnizar con 9.000 euros a un familiar de la víctima, que era huérfano de padres.

Los hechos ocurrieron en octubre de 2019 y todo comenzó en la red social Bender, orientada sobre todo al colectivo homosexual y a través de la cual se puede conocer gente y enviar mensajes e imágenes. En un momento dado, el ahora condenado exigió a la víctima 100 euros a cambio de no difundir imágenes íntimas y revelar que era gay. El coruñés accedió y pagó la cantidad solicitada mediante un ingreso bancario, dado que, según figura en la sentencia, "es evidente que la víctima no quería que ese conocimiento fuese público e incluso lo mantenía oculto a su círculo familiar más próximo".

El mismo día del pago, el extorsionador envió al joven mensajes amenazantes por WhatsApp para reclamarle más dinero y así no revelar su condición sexual. "¿Tú quieres que me olvide de ti y no le diga a nadie que eres gay? A mí nadie me vacila, me voy a chivar a toda Coruña", expresó el acusado. En otros mensajes añadió: "Si quieres que te deje en paz y bloquearnos y no saber nunca más el uno del otro, ¿qué estarías dispuesto a hacer para ganarte mi silencio?", a lo que la víctima respondió que "ya le había pagado y no tenía más dinero". Horas después el joven escribió de nuevo al acusado con mensajes como: "Si no te hablo más me maté. No aguanto más", aunque estas comunicaciones no sirvieron para frenar las amenazas.

"A mí chantajes emocionales no"

"A mí chantajes emocionales no. Conmigo eso no funciona, ya te dije lo que hay", dijo el condenado a la víctima, a lo que el chico respondió que "cobraba en tres semanas", un argumento al que el culpable hizo caso omiso y aseguró que "no iba a esperar". Como consecuencia de la situación, el joven "preso de la desesperación y la angustia", según la sentencia, se lanzó por la ventana de su vivienda a las 04:15 horas de la madrugada de aquella noche y falleció. Antes de quitarse la vida dejó una nota.

Al día siguiente, el extorsionador, que desconocía que el joven había muerto, continuó enviándole mensajes. "Tranquilo que ya te verán y tengo impresas las capturas. Mira chaval me voy a encargar de amargar tu vida", amenazó. "La presión continua, la reiteración de la petición de dinero tras haber recibido el primer pago, fueron suficientes para llevar a la víctima a adoptar una decisión irreversible y gravísima", detalla la sentencia judicial emitida por el Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña.

"Núcleo básico de intimidad"

En la sentencia figura que el juez argumenta que "la condición o las preferencias sexuales de una persona forman parte de su núcleo básico de intimidad, sobre el que tiene derecho a mantener un pleno dominio y gozar del pleno poder de decisión sobre la forma, personas y medio de darlas a conocer si este fuese su deseo".

Además, se especifica en el documento que "la amenaza reúne las dos exigencias del tipo: por un lado, trata sobre cuestiones de su vida privada ignoradas por terceros y por otro, afecta a la percepción del sujeto sobre su interés o valoración social, cuestión subjetiva y al margen de lo que el recurso denomina "terreno espinoso" relacionado con la homosexualidad". Por lo tanto, el juzgado coruñés determina que "el hecho probado describe un ataque al derecho de la persona a formar, disfrutar y ejercer su libertad con plena autonomía de decisión y acción" y "se lleva a cabo a través de actos verbales o físicos aptos para causar en el destinatario un serio temor de llegar a ser víctima del mal con el que se le conmina".

La resolución de la sentencia dictada en junio no era firme y era posible interponer contra ella por parte del acusado un recurso de casación, algo que no se ha producido según fuentes judiciales. Por lo tanto, y tras pasar un tiempo en prisión provisional, próximamente se determinará si tendrá que cumplir condena en la cárcel debido a que ésta supera los dos años, algo a lo que se une le hecho de que todavía no ha abonado al indemnización correspondiente al familiar de la víctima.