Cuando los coruñeses y coruñesas se despertaron la mañana del 14 de enero de 1987, se quedaron muy sorprendidos con lo que vieron: la ciudad amanecía blanca cubierta por la nieve. La gran ola de frío que asolaba Europa llegaba a la ciudad herculina dejando caer los copos sobre las aceras, los parques e incluso las playas.
La gran nevada de 1987 se produjo tras un desplazamiento del vórtice polar hacia Europa. En el viejo continente se alcanzaron temperaturas inauditas, como los -32 grados en la capital de Finlandia, Helsinki, o los -9 grados de Londres. En sus últimos coletazos, el fenómeno llegó a Galicia.
La nieve empezaría a caer sobre Galicia en la tarde del 13 de enero, pero sería en la madrugada cuando la situación empeoraría, causando que las temperaturas bajo cero provocasen que la nieve cuajara a nivel del mar.
En algunas poblaciones de interior, la nieve causó serios problemas. No fue así en A Coruña, que no vivió estas complicaciones, y la gente solo salió a las calles a disfrutar y a jugar con la nieve, ya que para muchos era la primera vez que estaban en contacto con ella.
Aquel hecho histórico no se ha vuelto a producir, quedan las fotografías y los vídeos, y sobre todo el recuerdo de todos los coruñeses y coruñesas que vivieron aquella jornada, que hoy y cada 14 de enero, recordarán con cariño y nostalgia.