José María en la puerta del Mercadona de Avenida Finisterre.

José María en la puerta del Mercadona de Avenida Finisterre. Quincemil

A Coruña

Solidaridad viral con José María: Operado del corazón en busca de un nuevo techo en A Coruña

El salmantino llegó a Galicia hace 45 años, lleva una década sin trabajo y a sus 69 sale adelante con la voluntad que le da la gente en el Mercadona de la Avenida Finisterre. Busca una habitación para vivir a partir del 1 de agosto y mejorar sus condiciones para ayudar a uno de sus hijos

20 julio, 2022 15:04

Pedir la voluntad en la calle para poder comer y utilizar su humilde pensión para costearse un techo bajo el que vivir. Así es el día a día del hombre que desde hace mes y medio está en la puerta del Mercadona de Avenida de Finisterre o de José María, como muchos ya le conocen, un salmantino que llegó a A Coruña hace 45 años. A sus 69, su vida no es sencilla por su precaria situación y su estado de salud, bastante delicado porque está operado del corazón y superó en diciembre el coronavirus y una neumonía bilateral que le tuvieron en coma casi un mes.

El rostro de este hombre es familiar en las redes sociales gracias a la publicación de una clienta del supermercado, que al ir a hacer la compra se interesó por su situación y decidió contar su historia a través de las redes sociales para contribuir a que pueda encontrar un nuevo lugar en el que vivir a partir del 1 de agosto. La publicación ha sido muy compartida por particulares y negocios coruñeses y José María ya ha recibido varias llamadas de personas que le ofrecen un espacio en su propia casa.

Actualmente vive en una pensión de la calle Barcelona que tendrá que abandonar porque a partir de ahora vivirá en el inmueble el hijo de la propietaria y su familia. Uno de sus rasgos más característicos es que no pierde la sonrisa a pesar de todo y mantiene una educación impecable con todo aquel que se acerca para interesarse por su vida o darle algo de dinero. Llegó a Galicia porque una de sus hermanas vive en la comunidad y en su familia son cinco hermanos (uno falleció) que están repartidos entre la comunidad, Tarragona o Portugal. El resto de allegados son su mujer, de la que se separó hace siete años y sus seis hijos, que según cuenta, lamentablemente también viven en situaciones precarias similares a la suya.

Uno de los pequeños reside en Arteixo (A Coruña) en casa de un amigo y uno de sus objetivos es poder tener una mejor vida para poder ayudarle y que consiga un empleo, ya que lleva tiempo en el paro. José María es un hombre que ha tenido que adaptarse a todo lo que se le ha puesto por delante, de hecho a su llegada a Galicia ejerció de aprendiz de pintor, para posteriormente trasladarse a Barcelona, "donde había trabajo", y trabajó como camarero y cocinero durante unos años.

Una década sin trabajo y 11 pastillas diarias

José María lamenta que lleva una década sin trabajo y se quedó sin oficio cundo tenía cerca de 60 años, una edad que reconoce que ha sido complicada a la hora de conseguir un contrato. "He salido adelante gracias a una pensión de jubilación y por mi enfermedad de poco más de 600 euros y me pusieron unos muelles en el corazón hace tiempo", explica, a lo que añade: "No puedo subir escaleras porque me fatigo y se me acelera el corazón y tomo 11 pastillas diarias, entre ellas para la tensión y el colesterol".

Su preocupación crece cada día que pasa porque se acerca el 1 de agosto y aclara que lo que necesita es un sitio con ascensor y sin escaleras donde pueda pagar al mes un máximo de 200 euros, que es la cantidad que se puede permitir con su pensión y lo que recibe de forma altruista de la gente que se cruza con él. La comida corre a cargo de la ayuda municipal, que se la acerca al mediodía a su alojamiento pero el desayuno, la cena y productos de aseo corren de su cuenta. Entre sus pequeños "vicios", como él los define risueño, están los flanes de vainilla y el jamón york.

Sobre su día a día, expone que alguna gente se para a hablar con él y otra se acerca a darle directamente leche, zumo o yogures "de vez en cuando". "Me gustaría poder trabajar pero no es posible porque ando mal, me duelen los brazos y tengo problemas de corazón", lamenta, al mismo tiempo que desea "una vida estable y tranquila para pasear". En esta acción sencilla para cualquiera también está limitado por su salud, por lo que se limita a estar por la zona de Avenida Finisterre, Ronda de Nelle y Calle Barcelona porque son cercanas y así evitar coger varios autobuses "que son caros".

Uno de sus deseos sería caminar por al lado del mar en el entorno del Paseo Marítimo, pero de momento lo descarta por los obstáculos que eso le supone. Cuando llega la noche, antes de descansar cuenta contento que ve la televisión cuando puede, sobre todo películas de misterio. Un pequeño entretenimiento dentro de la dureza de rutina que le ayuda a evadirse y que espera poder manteniendo allá donde vaya a partir del mes de agosto.