Los caballitos a pedales que alegraron la niñez de varias generaciones de coruñeses con eternos paseos por los Jardines de Méndez Núñez volverán a A Coruña. Así lo han confirmado fuentes municipales y la presentación oficial sobre el regreso de este proyecto está prevista para los próximos días. Individualmente o dentro de una carroza eran las opciones que prestaban estos míticos caballitos que muchos recordarán incluso pagar en pesetas. En 2019 esta popular atracción coruñesa cumplió medio siglo y en 2002 cesó su funcionamiento, motivado por la muerte de Luis Mediero, el responsable, y tras intentos infructuosos de su esposa por continuar la ilusión de su marido.

Durante este tiempo de inactividad, los 40 caballitos existentes han estado en un bajo de Melide (A Coruña) y ya hace unos años Luis Mediero hijo manifestó su intención de que la atracción volviese a estar activa y que la recaudación por su uso se destinase a causas solidarias. En septiembre de 2021, los caballito volvieron efímeramente a la ciudad herculina tras una minuciosa reconstrucción de uno de los carros, realizada por el nieto de Luis Mediero, quien invirtió un mes para restaurarlos.

Desde hace tiempo, los hijos de Luis Mediero buscaban alguna iniciativa de tipo social que los rehabilite y los gestione para donarlos con el único compromiso de que los cuiden para que así puedan seguir recorriendo caminos y haciendo felices a miles de niños. Finalmente ha sido el concello de A Coruña quien ha querido asumir este papel, pero los detalles sobre el acuerdo y cómo y cuando será el regreso de esta atracción todavía se desconocen.

Asimismo, en los últimos meses en A Coruña ha habido otros grandes atractivos de ocio como la noria más alta de España y quien sabe si en 2023 la ciudad podría contar de nuevo con esta infraestructura acompañada de los caballitos para así hacer las delicias de pequeños y mayores.

Un millón de viajes

Durante casi 40 años, los caballitos recorrieron los Jardines de Mendez Núñez, una de las zonas más céntricas de la ciudad, sumando sus galopadas lo equivalente a la distancia de la Tierra a la Luna. Fueron utilizados por miles de niños semana tras semana hasta alcanzar, según los cálculos de la familia del fundador, casi el millón de viajes en total.