La Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado a 11 años de cárcel a un hombre por agredir sexualmente y de forma continuada a su hija en 2016 y 2017, cuando tenía entre 13 y 14 años. Los hechos ocurrieron tanto durante la convivencia de la menor con ambos progenitores como después de su separación, en los periodos de tiempo en que visitaba a su padre.

El tribunal explica que descarta imponerle la pena mínima debido "a la extensión temporal de los hechos, la corta edad de la víctima en el inicio del período de ejecución y la absoluta falta de empatía y de humanidad en relación con la persona de su hija". La sala, además, ha privado al condenado de la patria potestad sobre sus otros dos hijos menores "habida cuenta su demostrada inadecuación para realizar las funciones de progenitor", aunque no ha adoptado esta medida con la víctima, ya mayor de edad.

Los magistrados, aunque no estaba vigente cuando cometió los hechos, han aplicado retroactivamente la nueva ley de garantía integral de la libertad sexual. Justifican esta decisión en que penológicamente es más beneficiosa para el procesado.

La sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña ha considerado al acusado autor de un delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años con penetración. Así, la sala le ha impuesto la prohibición de aproximarse y comunicarse con sus hijos por cualquier medio durante veinte años y nueve años de libertad vigilada, así como la inhabilitación, durante 16 años, para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto regular y directo con menores.

El acusado, señala el tribunal en la resolución, realizó los actos sexuales "con ánimo de satisfacer su deseo sexual y con el mismo propósito de actuar en contra de la libertad sexual de la menor", aprovechando que se trataba de su hija. La Audiencia indica que el hecho de que no sea posible determinar su número exacto y las características de cada uno de los abusos "resulta irrelevante", ya que está acreditada la homogeneidad de los hechos acontecidos durante un largo periodo de tiempo, "conformando así un verdadero estado permanente de sometimiento a los deseos libidinosos del autor".