El uso de la tecnología para facilitar la inclusión de las personas con diversidad funcional. Esta es la línea del trabajo principal de la investigadora del CITIC, de la Universidade da Coruña, Thais Posada, que está desarrollando en la actualidad el proyecto de Entornos personalizados de realidad virtual para la intervención con personas con diversidad funcional. Se trata de una iniciativa en la que la realidad virtual permite generar entornos de apariencia real, así como la interacción con los diferentes elementos de dicho escenario de una manera semejante a lo que sucedería en el mundo real.

El proyecto se encuentra en fase de desarrollo y los escenarios realizados por el ingeniero informático y doctorando Manuel Lagos ya fueron probados por personas usuarias de la Asociación de Daño Cerebral de Coruña (Adaceco). “Los resultados fueron muy positivos, por el diferente que es de las terapias que realizan habitualmente y nos permitieron ajustar ciertas cuestiones para la que nuestra aplicación sea el más útil posible en el futuro”, añade la investigadora, quien señala que esta herramienta generará un informe con diferentes datos de interés para la evaluación de su profesional sanitario, quien podrá consultar cuestiones tales cómo “el rango de movimiento de las manos o el tiempo de duración de cada actividad, entre otros”. Además, colaboran con las entidades COGAMI (a nivel gallego) y COCEMFE Castilla León.

Tecnología al servicio de las personas

Thais Posada forma parte del cuadro investigador del CTIC de la UDC, en el que tres de cada diez investigadores son mujeres. Doctora en Ciencias de la Salud, terapeuta ocupacional y enfermera, su trayectoria siempre estuvo vinculada a la mejora de la calidad de vida y la salud de las personas mediante la resolución de sus necesidades aplicando el uso de la tecnología para facilitar la realización de actividades en su día a día.

A través del uso de la impresora 3D y gafas de realidad virtual realiza diferentes investigaciones encaminadas a dar respuesta a las necesidades de las personas con discapacidad. “Uno de los mayores beneficios de trabajar con estas personas es la satisfacción de ver que nuestra labor investigadora repercute en una mejora de su calidad de vida”, explica Thais Posada, quien anima al alumnado, en especial las adolescentes, a acercarse a este tipo de disciplinas universitarias y a desarrollar también sus carreras profesionales en las mismas.