Los vecinos del 114 de la avenida de Oza de A Coruña no pueden más. Desde hace años conviven con un narcopiso, pero la situación ha empeorado notablemente en los últimos meses desde que se ha ordenado el desalojo del 41 de la avenida de Oza y de otro edificio en la Ronda de Outeiro, ya que las personas que frecuentaban esos edificios ahora se concentran en este.

"Estamos cansados de llamar a la Policía, hablamos con la alcaldesa y nadie tiene una solución", cuenta Mar, una vecina del inmueble, a Quincemil. Los vecinos intentan hacer frente al vecino conflictivo y a las personas que visitan el narcopiso, pero los que más lo sufren son los menores que viven en el edificio: "No quiero que mis hijos vivan con miedo", dice Mar, que añade que el hijo de su vecino teme salir solo a la calle.

El dueño y las personas que frecuentan el narcopiso viven con total impunidad. Amenazas y risas es lo que sufren los vecinos del lugar cada día. "El miedo es que un día se les vaya la cabeza y hagan daño a alguien. Ellos no tienen nada que perder".

"La Policía Local nos dijo que no puede hacer nada y nos remitió a la Nacional. Ellos tampoco pueden actuar y la única solución que nos dieron fue presentar una denuncia. Nos reunimos con la alcaldesa, que también nos dijo que no era su responsabilidad. Es la pescadilla que se muerde la cola".

Incremento de la inseguridad en el barrio

Hace unas semanas se produjeron dos atracos casi consecutivos en el Gadis de la aveniza de Oza. Según nos relata esta vecina, el ladrón se ocultó en el narcopiso de su edificio e incluso se reían desde la ventana diciendo que la policía no podía entrar allí por no tener una orden de registro.

Mar lleva viviendo en el barrio desde 2001 y nunca sintió tanta inseguridad. "Este era un barrio tranquilo, ahora todavía lo sigue siendo, pero poco a poco va empeorando. Hace unos días le robaron el bolso a unas señoras por la calle y ya han robado en varios establecimientos de la zona".

Ahora, los vecinos están pendientes de una reunión con la subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, que todavía no tiene fecha. Entre tanto tendrán que seguir conviviendo con la problemática que este narcopiso les genera en su día a día mientras luchan por encontrar una solución.