Las dos últimas semanas, sobre todo esta, están siendo un hervidero de actividad en la ciudad de A Coruña. Se ha inaugurado la exposición de Pablo Picasso, que durará hasta junio, se ha celebrado un premio gastronómico, se van a inaugurar por sorpresa las naves del Metrosidero, se va a anunciar el festival Atlantic Pride más de tres meses antes de su celebración, se ha presentado repentinamente el futuro plan de reforma de Alfonso Molina y se entregarán los XXVII Premios de Teatro María Casares, entre otras cosas y a falta de alguna sorpresa.

Además, el 1 de abril, este mismo sábado, se celebrará la Fiesta de la Primavera, donde habrá conciertos gratuitos en el parque de Santa Margarita, con filloas de Lestedo gratis para todos los que acudan.

El motivo: el período de sombra electoral

El motivo de esta actividad frenética no es la llegada de la Semana Santa y el obligado parón de actividad institucional por los festivos y la gente que se toma de vacaciones la semana entera, sino la proximidad de las elecciones locales del próximo 28 de mayo. Por ley, 54 días antes del día de las votaciones comienza lo que se llama el "periodo de sombra electoral", que impide que las instituciones usen recursos públicos para lo que se podría considerar autopromoción, especialmente la publicidad institucional.

Desde el martes 4 de abril hasta el domingo 28 de mayo no habrá -salvo algunas excepciones- más patrocinios institucionales de eventos. Esto significa que premios y otras actividades que contaban con el mecenazgo de ayuntamientos y diputaciones han tenido que adelantarse a este último mes, de ahí el "atasco", y que las inauguraciones o anuncios oficiales hayan tenido que concentrarse antes del 4 de abril. Por eso se ha anunciado la ampliación de Alfonso Molina sin dar fechas concretas ni estar licitada, se inaugurarán este viernes las naves del Metrosidero o se están anunciado eventos culturales a varios meses vista que cuentan con patrocinio municipal.

A partir del 4 de abril y hasta que se constituyan los ayuntamientos y diputaciones a mediados de junio, no podrán usarse fondos públicos ni para hacer publicidad, ni para patrocinar eventos, ni para regalar filloas o actividades similares. Esto se aplica no solo a las instituciones en juego (municipios y diputaciones), sino también a las demás (gobiernos autonómicos, gobierno central, puertos, zonas francas y demás instituciones públicas). Solo algunas excepciones (eventos que se realizan todos los años, como carreras atléticas, o campañas de promocion neutra, como la de consumo de pescados gallego) pueden contar con publicidad institucional. El resto tendrá que esperar hasta que pasen las elecciones.