Los vecinos de O Martinete, en A Coruña, denuncian "abandono" y "peligro constante"
Piden que la demolición de un edificio a medio construir en el que entran niños a jugar y alertan de la gran presencia de toxicómanos
6 abril, 2023 05:00Cuando Amanda Diéguez y su marido compraron un piso en el barrio coruñés de O Martinete pensaban que iba a ser el lugar perfecto para formar su familia. Años después, ya con un hijo, hablan de un barrio abandonado y peligroso.
Amanda y otros vecinos llevan tiempo uniéndose en lo que denomina "una revolución vecinal" y denuncian que en su zona, en la que ya cuentan 5.000 viviendas, no tienen servicios básicos como aceras, zonas verdes o parques infantiles. Lo más grave, explica Amanda, el peligro que supone para los vecinos un edificio abandonado del barrio: "no está tapiado y entran toxicómanos. Hay muchísima suciedad y ratas".
En este edificio, además, entran jóvenes del barrio a pasar las tardes, "cualquier día tenemos una desgracia, hay un hueco, que era para el ascensor, por el que se pueden caer los niños", cuenta la vecina. La presencia de toxicómanos genera una inseguridad añadida, ya que Amanda asegura que tiene recibido "comentarios" y que por miedo se ve obligada a salir de casa con un spray de autodefensa.
Una orden de derribo sin fecha de ejecución
Ante esta situación, los vecinos llevan ya "cuatro años luchando". Según explican, el edificio tiene orden de demolición y cada año, por no ejecutarla, la empresa constructora Sareb paga la multa correspondiente, pero sin tomar responsabilidad sobre la edificación. En este sentido, desde el Concello explican que "está en marcha el expediente de declaración de ruina, que tiene unos pasos tasados, y que culminará lo antes posible con la demolición de ese inmueble". Una respuesta que no es suficiente para los vecinos, que han intentando ponerse en contacto con Inés Rey sin éxito: "Parece que solo interesa el centro, nuestro barrio es inhumano", declara Amanda.
Amanda, en representación de los vecinos, cuenta que son un grupo de gente joven que, como ella, compraron sus pisos en la zona con la esperanza de ser un buen lugar para construir una familia. "Hablando con vecinos mayores cuentan que llevan 30 años de abandono", asegura. También se quejan de la falta de seguridad para los peatones, que en algunas zonas no disponen de aceras, o están en mal estado.