El Xulgado de Violencia sobre a Muller de A Coruña ha decretado la apertura de juicio oral contra el hombre que mató su pareja en el barrio de Birloque en septiembre de 2021, y acuerda mantener la prisión provisional del acusado. El Ministerio Fiscal solicitó la apertura del juicio oral por un delito de asesinato y un delito leve de hurto, con las agravantes de parentesco y de género, por los que solicita 25 años de prisión y una multa de 540 euros.

En el auto, la jueza rechazó los alegatos presentados por la defensa, que solicitó la práctica de prueba consistente en informe médico psiquiátrico comprensivo no solo de la valoración de la imputabilidad del acusado, sino también sobre las patologías que presentaba en el momento del suceso.

"En primer lugar, existen múltiples indicios racionales de criminalidad contra el acusado, derivados de las diligencias practicadas, por los que procede acceder a la apertura de juicio oral solicitada por las acusaciones", destaca la magistrada en la resolución.

En el auto, relata los hechos que fueron objeto de acusación y por los que entiende que procede el enjuizamiento. Así, indica que el sospechoso, que cuando sucedieron los hechos tenía 48 años, convivía desde el mes de julio de 2021 con la víctima, de 52 años, en el domicilio propiedad de la mujer.

Le asestó varias puñaladas

Entre las ocho de la tarde de 14 de septiembre y la una y media de la madrugada del día 15, mantuvieron una discusión en la vivienda motivada por la decisión de la víctima de terminar la relación sentimental, por lo que le pidió al acusado que se marchara de la casa.

El acusado, según el relato de hechos objeto de acusación, "le dijo que se iba a arrepentir de esa decisión, que no aceptó, despreciando la voluntad de la mujer de poner fin a la relación, y decidió acabar con su vida".

Para ello, según ese relato, entre las 18 y 19 horas del 15 de septiembre, "de forma sorpresiva y repentina, y por la espalda, le asestó un número no determinado de puñaladas", las cuales le ocasionaron la muerte de forma inmediata.

La mujer, según las acusaciones, "no tuvo posibilidad alguna de reacción ante lo inopinado del ataque". Tras matarla, se apoderó, "con ánimo de obtener dinero para huir, de una cantidad comprendida entre 300 y 400 euros, que pertenecían a la recaudación de la panadería propiedad del padre de la fallecida, en la que ella trabajaba".