- Los okupas que quedaban en el narcopiso de Monte Alto, en A Coruña, lo abandonan de madrugada
- Inés Rey pide calma tras lo sucedido en Monte Alto en A Coruña: "La violencia no es el camino"
Este miércoles se ha tapiado el narcopiso de Monte Alto después de que los últimos okupas abandonasen el lugar esta madrugada. Vecinos y vecinas del barrio protagonizaron ayer una fuerte protesta frente al inmueble, y terminaron asaltando el edificio para echar a esta personas del interior.
Las fuertes protestas vecinales lograron ayer su objetivo: que los okupas del piso situado en la calle Washington número 5 dejasen el lugar. Todo comenzó de forma pacífica con una cacerolada para protestar por la inseguridad en la zona, sin embargo, la tensión fue en aumento a medida que pasaban las horas y los vecinos llegaron a tirar abajo la puerta del edificio.
La Policía Nacional llegó en ese momento, colocándose frente a la vivienda. Los vecinos comenzaron a increpar en ese momento a los agentes, pidiéndoles que los dejasen acceder para echar a los inquilinos del narcopiso y llegando incluso a lanzarles un objeto.
Tras una acalorada negociación, dos de los okupas sí aceptaron dejar el piso en el momento mientras que el resto quedaron dentro del inmueble, y lo han abandonado finalmente durante la madrugada.
Este miércoles, retomada la calma en la zona, operarios de la propia comunidad han acudido a tapiar las ventanas y las puertas del edificio para evitar que vuelva a ser okupado.
"Roban a los niños y mayores"
"Nos amenazaron y nos tiraron botellas desde la parte trasera del inmueble", ha recordado a este medio una de las vecinas que se encontraba esta mañana frente al edificio. "Nos unimos todo el barrio para echar a esta gente porque roban a los niños y mayores, que si quieren cobrar sus pensiones tienen que venir los hijos a recogerlos", aseguraba.
Por su parte, otra de las residentes que veía como tapiaban esta mañana el número 5 de la calle Washington insistía en que el barrio está "cansado" de lo que se está viviendo. En relación al resto de viviendas okupas, señalaba que "mientras no nos afecte directamente, con robos y amenazas, nosotros no somos quienes tenemos que poner fin a la okupación".
"No es competencia nuestra, sino del Gobierno. Nosotros tenemos que vivir día a día nuestra vida. En este caso, nos hemos unido porque la delincuencia y los robos eran diarios. Cunado roban a nuestros hijos o abuelos, la cosa va cambiando", concluía.
Inés Rey llama a la calma
La alcaldesa Inés Rey, se ha pronunciado sobre este suceso y ha hecho un llamamiento a la calma, al tiempo que ha manifestado ser consciente de la preocupación vecinal respecto a lo que ocurre en el barrio. En esta línea, ha mostrado su rechazo y condena a las actuaciones violentas que tuvieron lugar este martes: "Tolerancia cero con la okupación, pero la violencia no es el camino", ha asegurado tras la junta de gobierno local.
"Pido serenidad y calma a vecinos, comerciantes y fuerzas políticas. Está en juego la convivencia en un barrio tranquilo y pacífico y el Concello está en contacto permanente con su gente", ha subrayado, a la vez que ha recordado que se debe mantener la confianza en las instituciones y el trabajo policial.
De hecho, ha concretado que el gobierno municipal no tiene competencias en la problemática de este barrio y ha apuntado que el operativa ante estas situaciones de inseguridad es apoyado desde el ámbito municipal pero dirigido por la Subdelegación del Gobierno y la Policía Nacional.