"Si me quieren encerrar ya me encierro yo voluntariamente", anunciaba Enrique Tenreiro ante los medios el pasado miércoles antes de encerrarse en el escaparate de la de la galería de arte ArtBy´s en A Coruña. En principio decía que saldría en un plazo máximo de tres días, finalmente lo hizo en dos. El revuelo de la carta a la comunidad de Pedro Sánchez, dice el propio Tenreiro, que le robó el protagonismo.
El artista pasó dos noches en un espacio de tres metros cuadrados como protesta por "el tiempo que se está tomando la justicia" para dictaminar su caso. Habla de su situación, ya que lleva dos años esperando la sentencia del Supremo en la que se le condena a entre 4 y 5 años de cárcel por pintar la lápida de Franco en el Valle de los Caídos.
Asimismo, después de sus más de 48 horas de autocondena cree que tuvo el apoyo suficiente como para sentirse satisfecho. "No creo que consiga nada a nivel político y judicial, pero por lo menos tuve impacto en los ciudadanos", reconoció Tenreiro a este medio. En sus días de exilio cuenta que vio como padres e hijos se acercaban a visitarle con frases de ánimo y respeto.
"Con lo de la paloma me tomaron como un loco radical, pero con esto creo que dejé claro mi mensaje", apunta. De hecho, con el buzo naranja de preso que vestía consiguió transmitir este mensaje claro "mediante un tono humorístico". "No entiendo cómo una persona puede estar esperando años por una sentencia de cárcel", añade. Con esto, Tenreiro se siente orgulloso por lo alcanzado, y los mensajes de apoyo en el escaparate así lo demuestran.