Los padres del coruñés Diego Bello viajará mañana a Filipinas para acudir a la nueva vista del juicio que investiga el asesinato del joven. El próximo lunes 17 de junio tendrá lugar la nueva sesión de la causa, celebrada en la capital filipina de Manila, en la que comparecerán testigos del crimen. Es el caso de varios vecinos del empresario coruñés, que residía en un barrio filipino en la isla de Siargao.

Los padres de Bello asistirán a la vista, pero también aprovecharán su viaje para reunirse con el bufete filipino que lleva el caso para conocer como se encuentra el proceso. También mantendrán una reunión con la Embajada de España en Filipinas y con diferentes representantes de la Unión Europea.

En la vista estarán presentes también los acusados, por lo que los padres de Diego Bello volverán a encontrarse cara a cara con los policías que asesinaron a su hijo en 2020, cuando le dispararon a las puertas de su casa. El juicio investiga si el capitán Vicente Pañuelos y los sargentos Ronel Azarcón y Nido Boy Esmeralda realmente abatieron al joven por estar vinculado con el tráfico de drogas o si fue todo un montaje policial.

La versión policial mantiene que los tres agentes dispararon en defensa propia. No obstante, las investigaciones realizadas por el NBI (National Boreau of Investigation), un organismo dependiente del estado filipino, concluyeron que los policías habían asesinado a sangre fría a Diego y que habían colocado en sus manos una pistola y unas dosis de cocaína en un intento por justificar su asesinato.

Fuentes de la familia, explican que el próximo 17 de junio también se podrá escuchar en los juzgados filipinos el testimonio del experto en balística del NBI que inició su declaración en la anterior cita. Los padres de Bello estarán acompañados por el abogado coruñés Guillermo Mosquera, que mantiene contacto permanente con los abogados filipinos que están ejerciendo en Manila la representación legal de la familia de Diego en el juicio.

El caso avanza con lentitud desde su puesta en marcha en octubre de 2023. La familia apunta que es algo habitual en el país asiático y que el caso "va para largo".