Los mariscadores de la ría de O Burgo han salido un viernes más A Pasaxe para reclamar a Xunta y Gobierno Central que faciliten ayudas a las 72 familias que dependen del marisqueo del estuario, pero que debido a las obras de dragado no pueden faenar. Los afectados deben esperar por lo menos un año a que los moluscos den la talla legal para ser recogidos.
Por el momento, ni Gobierno autonómico ni central han llegado a un acuerdo para solucionar la situación. En anteriores reuniones con la cofradía se puso encima de la mesa la opción de cofinanciar de alguna forma las subvenciones, pero esa idea no ha vuelto a recuperarse, según informan los mariscadores. De hecho, el último encuentro que mantuvieron las 3 partes fue "decepcionante" para los trabajadores del mar porque Xunta no se personó y los representantes del Ejecutivo no contaban con capacidad de decisión.
Vista la situación, los mariscadores están decididos a volver a cortar A Pasaxe cada viernes. Su plan es dificultar la circulación sentido A Coruña, aunque solo en el carril derecho. En diferentes ocasiones han pedido disculpas a la ciudadanía por las molestias causadas, pero la situación, defienden, les obliga a salir a protestar.
Las 72 familias que vivían del estuario permanecen sin ingresos desde el mes de abril, momento en el que recibieron las últimas ayudas por parte del Estado. Mientras tanto, cada mes tienen que hacer frente al pago de la cuota de autónomos, que asciende a 260 euros, aproximadamente. Deben pagarla ya que, si finalmente las administraciones movilizan ayudas, deben estar al día en los pagos con la Seguridad Social para ser beneficiarios de las mismas.
Afectación al tráfico y otros accidentes
La movilización de hoy causó ligeras retenciones, pero no tan acusadas como en otras ocasiones. La mañana ha discurrido sin grandes incidentes en el tráfico, a excepción de un accidente a las 08:50 horas de la mañana en la plaza de Mina, en el centro de A Coruña.
Dos turismos sufrieron un alcance y, fruto del golpe, uno de ellos quedó severamente dañado, lo que hacía imposible que su conductor pudiese moverlo. Finalmente, el turismo ocupó el carril durante un buen rato, lo que provocó retenciones hasta Primo de Rivera.
El tráfico fue lento en la zona hasta una hora después del accidente. A partir de ese momento la circulación volvió a la normalidad.