Este viernes se ha tapiado la entrada del edificio okupa de la Ronda de Nelle de A Coruña que sufrió un gran incendio el pasado lunes. El inmueble situado en el número 120 quedó muy afectado por las llamas y se ha mantenido bajo vigilancia policial desde entonces para evitar que nadie accediera a su interior.
Las llamas se originaron en la tarde del lunes y afectaron especialmente a los últimos pisos del edificio. Los bomberos lograron sofocar el fuego y por suerte no hubo heridos, pero el inmueble quedó "inhabitable", tal y como trasladaron fuentes policiales y, por ello, fue clausurado y se ha mantenido bajo vigilancia toda la semana.
Tan solo se ha permitido la entrada de algunas personas que han acudido a recoger enseres, pero lo han tenido que hacer en compañía de los agentes policiales. El miércoles también acudieron al mismo agentes de la Policía Científica junto a los Bomberos de A Coruña para ver el estado del edificio y continuar con la investigación de lo sucedido.
Por su parte, la alcaldesa, Inés Rey, informaba este jueves que el edificio seguiría bajo vigilancia mientras la propiedad no tome las medidas necesarias para asegurar el edificio. "Está en un estado que no se puede habitar", aseguró y recordó que "la propiedad tiene que cumplir los requerimientos". "35 años después del primer requerimiento parece que hay voluntad de poner las medidas oportunas para que no vuelva a ocuparse ese edificio", no obstante, "mientras eso no suceda", reiteró, "habrá vigilancia permanente para garantizar la seguridad del mismo y evitar que nadie entre".
Finalmente este viernes los dueños del edificio han mandado a operarios a tapiar la entrada del mismo bajo la vigilancia de los agentes de la Policía Local que siguen en el lugar.
"Se les ofreció solución habitacional"
Preguntada al respecto este viernes, la alcaldesa ha defendido el trabajo realizado en el edificio por trabajos sociales: "Desde hace mucho tiempo ha habido un trabajo de servicios sociales, trabajando con las personas que estaban okupando el edificio, algunas estaban más tiempo, otras iban y venían. Siempre se ha controlado que no hubiese personas en riesgo vital, que no hubiera menores en el edificio".
El mismo día del incendio, ha proseguido, "se habló con todas y cada una de las personas que estaban allí, se les ofreció solución habitacional para que nadie durmiera en la calle, para buscar alojamiento a todas esas personas con plena disposición de los servicios sociales". Y ha apuntado que se trata de una situación que hay que "individualizar", porque "no todas las personas están en la calle por el mismo motivo".
"Hay personas que están en la calle y no quieren ayuda de las administraciones públicas", ha asegurado "y, por lo tanto, como vivimos en un estado democrático no podemos obligar a nadie a que vaya a un albergue, a un piso, o a una institución", ha añadido.