El Ayuntamiento de A Coruña ha retirado 98 placas del callejero para eliminar de forma definitiva sus referencias franquistas. Tras la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, decenas de vías de la ciudad mudaron su nombre por otro. Sin embargo, muchas de ellas seguían estando acompañadas de la antigua nomenclatura para facilitar la adaptación de los coruñeses al nuevo nombre. La estructura empleada era: "Antes —nombre previo a la norma—. Retirado para a debida restauración da memoria histórica".
La iniciativa partió del Ayuntamiento de A Coruña y comenzó a aplicarse en 2023. Un año y medio después, el Gobierno local ha completado la retirada de casi un centenar de placas referidas al franquismo de las calles.
El Consistorio tomó la decisión al entender que ya había pasado un "tiempo prudencial" desde el cambio de nombre, por lo que los coruñeses ya deberían haberse acostumbrado a la nueva denominación. En total, y según trasladan desde María Pita, se han retirado todas las placas previas a la aplicación de la Ley de Memoria Histórica.
Y es que muchas de las placas cambiaron de nombre hace cerca de 10 años, coincidiendo con el gobierno de Marea Atlántica en la ciudad. Un ejemplo de ello es la calle Educación, antiguamente conocida como Pepín Rivero —un periodista cubano favorable al golpe militar de Franco—.
En 2016 también se mudó el nombre de vías céntricas, una decisión que levantó muchas ampollas en su día. Es el caso de la Sinfónica de Galicia, anteriormente llamada Cabo Santiago Gómez. Mucha gente era desconocedora de ello, pero el Cabo Gómez formó parte del grupo de militares sublevados que se citaron en O Parrote para bombardear a los republicanos durante la Guerra Civil.
Barrios de toda la ciudad vieron como las referencias franquistas perdían protagonismo en las placas. Una década después, son totalmente retiradas. La Sagrada Familia, por ejemplo, vio como la calle Sargento Provisional que ensalzaba a los militares del régimen pasó a poner el foco en el pintor Alberto Datas Panero.
Trabajos pendientes
La medida del Gobierno local retira los nombres de calles franquistas cambiados hace años, no obstante, no actúa sobre los símbolos dictatoriales que continúan en la ciudad. En marzo de 2023, el sociólogo y víctima del franquismo, Manuel Monge, presentó un informe en el que detallaba la simbología franquista que todavía permanece en A Coruña.
En los últimos meses, Monge ha vuelto a recorrer las calles de A Coruña en busca de calles, estatuas y cualquier tipo de referencia al franquismo. Los datos, cuenta, hablan por sí solos: "A Coruña está na cabeza das cidades con maior simboloxía franquista de España", asegura.
En el informe original se recogen 373 elementos contrarios a la memoria democrática. Entre ellos, se incluye 30 calles, 21 retratos, 28 distinciones honoríficas, 254 placas con el yugo y las flechas, 14 símbolos franquistas dependientes del Ministerio de Defensa, 4 colegios y 25 escudos y esculturas. Parte de ellas, dice, incluso descansan en el Palacio Municipal de María Pita.
Entre los ejemplos de calles relevantes de la ciudad que están vinculadas a figuras del franquismo destaca Alfonso Molina, nombrado por Franco alcalde de la ciudad entre 1947 y 1958. Otros son Pinto Sotomayor, Peñamaría del Llano o Pedro Barrié de la Maza.
Ley de Memoria Histórica
En 2007 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó la conocida como Ley de Memoria Histórica. Esa es la que hoy día también da nombre, aunque de forma incorrecta, a la Ley de Memoria Democrática, sacada adelante por el Gobierno de Pedro Sánchez en 2022 y que buscaba solucionar los déficits de la de su antecesor.
La norma tiene por objeto "neutralizar el olvido y evitar la repetición de los episodios más trágicos de la historia", así como "reconocer la dignidad de las víctimas de toda forma de violencia intolerante y fanática".
La ley establece como marco de actuación la época que comprende desde el golpe de Estado de 18 de julio de 1936, la Guerra de España y la Dictadura franquista hasta la entrada en vigor de la Constitución española de 1978. Asimismo, tiene en cuenta a las personas fallecidas, desaparecidas, privadas de libertad, deportadas, represaliadas, etcétera, durante ese periodo de la historia.