Ofrecido por:
El abandonado pazo de Vilaboa, en A Coruña, que aún espera rehabilitación con viviendas y hotel
- Villa Celina o Pazo dos Serrano es un ámbito en estado ruinoso de 12.000 metros cuadrados propiedad de un banco junto al Pazo de Vilaboa, en Culleredo. Su plan de regeneración fue aprobado de forma inicial a comienzos de año, aunque se desconocen plazos para dotarlo de pisos, recinto hotelero, servicios y zonas ajardinadas
- Te puede interesar: El pazo de A Coruña testigo de la Revuelta Irmandiña y la muerte de un director de cine
La regeneración de espaci +os deteriorados, de áreas castigadas por el abandono desde tiempos de los que los vecinos ni se acuerdan, suele requerir un largo proceso de desarrollo. Son necesarios años de estudio y tramitación administrativa, ambiental y urbanística, y a veces surgen obstáculos de carácter patrimonial o corrientes de rechazo vecinal, por lo que resulta imposible establecer plazos. No hay fecha, por ejemplo, para la recuperación de Villa Celina en Vilaboa (Culleredo, A Coruña), un proyecto que sobre el papel presenta la atractiva regeneración, con viviendas, hotel, servicios y zonas verdes, de ese espacio hoy ocupado por ruinas y vegetación descontrolada junto al Pazo de Vilaboa.
El Pleno de Culleredo dio luz verde a comienzos de este año, de forma inicial, al Plan Especial de Reforma Interior del ámbito cercano a Villa Celina, también conocido como Pazo dos Serrano. En el lugar nada se ha movido, a la espera de la aprobación definitiva de un proyecto que no es del agrado del BNG, que en septiembre promovió sin éxito una moción para rechazar el plan especial para urbanizar el entorno.
Las primeras imágenes virtuales de lo que sería la transformación de Villa Celina se difundieron en 2022, años después de que el Concello reclamase al dueño del ámbito, un banco, la protección y rehabilitación del pazo. A mediados de la década pasada, el Gobierno municipal amenazaba, si no se tomaban esas medidas, con la apertura de un expediente de ruina que podría suponer la demolición de la finca, de 12.000 metros cuadrados y en la que hay una capilla. Hoy hay en marcha un proyecto regenerador con plazos indefinidos.
Hormigón y vegetación
Unos 120 pisos repartidos en bloques de planta baja y cuatro alturas (con la reserva de un porcentaje para vivienda protegida), un hotel, 123 plazas de aparcamiento, vías peatonales, equipamientos socioculturales, zonas verdes con 126 árboles y la consolidación de casi todo el espacio ajardinado de Villa Celina. Esto recoge el plan especial del ámbito.
El antiguo pazo se encuentra en una malla urbana del núcleo de Vilaboa que tiene por fronteras la avenida del mismo nombre, la avenida Rueiro, la rúa dos Irmandiños y la calle Souto, con los muros del Pazo de Vilaboa como edificación vecina. A determinadas horas de la mañana es constante el tráfico en el lugar alrededor del pazo para evitar la congestión de la avenida Vilaboa y para enfilar la avenida de Rutis en dirección a Acea de Ama y O Burgo, pero hay momentos del día en los que prima el silencio y la calma propia de las aldeas.
El plan especial recoge la conexión de la rúa dos Irmandiños con la avenida Vilaboa, la creación de una vía paralela con preferencia peatonal en la avenida Rueiro y mejores conexiones de accesibilidad en la rúa Souto.
"Se trata del crecimiento natural de esta área, para completar el tejido urbano existente con los suelos urbanos ya consolidados, logrando en definitiva una mejora de la imagen urbana e integración con el medio. Se opta por ir ocupando el territorio con una idea integradora, con tipologías edificatorias similares a las existentes y ordenaciones equivalentes a las previstas en el PGOU [Plan Xeral de Ordenación Urbana], en continuidad con el crecimiento previsto en el mismo", resume el documento, que a continuación apunta a tipología de vivienda colectiva y "gran variedad de elementos de sector terciario en planta baja que permitan aumentar la calidad de vida de la zona".
"Estado ruinoso por abandono"
El Pazo dos Serrano o Villa Celina es uno de los ocho pazos protegidos en el Catálogo de Patrimonio del Concello de Culleredo. Su ficha en el catálogo indica que el edificio es de planta rectangular de grandes dimensiones y con dos alturas, con vanos de gran tamaño, carpinterías de madera, balcón corrido sobre ménsulas molduradas y barandilla de reja y cubierta a cuatro aguas con chapa de fibrocemento.
Exponente de la arquitectura pacega, tiene protección ambiental y se encuentra "en estado ruinoso debido al abandono". En la ficha del catálogo no aparece ninguna referencia temporal. El conjunto se completa con una capilla de acceso independiente desde el exterior y otro volumen compuesto por varias dependencias auxiliares. "Cabe destacar la calidad de árbores diferentes del jardín, entre los que existía un Ginkgo centenario, desaparecido en la actualidad y que aparece en el Catálogo Galego de Árbores Senlleiras".
El proyecto de regeneración de Villa Celina está promovido por Aliseda, inmobiliaria propietaria del terreno que de la que el banco de inversión Blackstone controla el 51% y el resto es propiedad de Santander. La empresa tiene una amplia cartera de pisos y terrenos en toda España; en A Coruña, por ejemplo, es la principal propietaria de la superficie donde se proyectan viviendas en torres de hasta 17 alturas en el polígono de Parque de Oza.
El vecino Pazo de Vilaboa
El Pazo de Vilaboa, frente al Pazo dos Serrano, sí tiene actividad permanente desde hace veinte años, tiempo que lleva celebrando eventos sociales, bodas y fiestas. Fue construido en el siglo XIX sobre los restos de una antigua casa propiedad de la familia Castro del Pazo de Mende, adquirida por Álvaro de Torres Taboada. Es un inmueble que evoca las antiguas fortalezas gallegas, con torres y almenas en la parte superior, de forma rectangular con volúmenes de diferentes alturas y muros cubiertos de teja cerámica curva.
A un lado se extiende un lateral de Villa Celina, al otro también resisten de pie viejas edificaciones que, como el pazo vecino, llevan años abandonadas sin que nadie en la zona recuerde cuándo fueron habitadas por última vez.