Diego Bello y su madre Pilar.

Diego Bello y su madre Pilar. CEDIDA

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Pilar, madre de Diego Bello, el coruñés asesinado en Filipinas: "Emocionalmente es desgarrador"

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El 7 de enero de 2020 el tiempo se paró en la familia coruñesa Bello Lafuente cuando llegó una fatídica noticia que nunca pensaron que tendrían que escuchar.

Desgraciadamente, el socio del joven coruñés Diego Bello en la isla filipina de Siargao, donde ambos regentaban su negocio La Santa (tienda de surf, estudio de tatuajes y excursiones), informó a Bruno, su hermano menor, de que Diego había fallecido a causa de varios disparos de la policía.

Lo que se conoce de lo sucedido según testigos presenciales es que le dispararon a las puertas de su casa y sobre los principales responsables según las pruebas, el capitán Vicente Pañuelos y los sargentos Ronel Azarcón y Nido Boy Esmeralda, se desconoce cuál fue el motivo exacto.

En un primer momento alegaron que Bello estaba relacionado con el tráfico de drogas, algo que socios, familia y amigos rechazaron y a lo que el tiempo les ha dado la razón.

La versión policial mantiene que los tres agentes dispararon en defensa propia, pero las investigaciones realizadas por el NBI (National Bureau of Investigation), un organismo dependiente del estado filipino, concluyeron que los policías habían asesinado a sangre fría a Diego y que habían colocado en sus manos una pistola y unas dosis de cocaína en un intento por justificar su asesinato.

La hipótesis de la gente de Bello es que fue todo un montaje policial y es lo que se trata de demostrar en el proceso judicial que comenzó en los primeros meses de 2024 y del que se han celebrado varias vistas desde entonces. Cuando éstas acaben, se realizará el juicio que terminará con una sentencia de culpabilidad o inocencia.

Desde hace unos meses los tres acusados han pasado de una cárcel especial para cuerpos policiales de Filipinas a otra en la que están conviviendo con delincuentes comunes.

A causa de ello, han pedido la libertad condicional mientras no se inicia el juicio, pero la magistrada encargada del proceso no ha decidido nada sobre esta solicitud a día de hoy. Tras estos cuatro años de dolor y lucha, la madre de Bello, Pilar, hace una retrospectiva de cómo han pasado estos años y cómo afrontan esta recta final de lo que podía ser el desenlace de la pesadilla que nunca tendrían que haber vivido.

"Era un niño muy abierto y fresco"

Lo último que ha sucedido proceso judicial sobre la muerte de Diego es que el pasado 3 de diciembre se suspendió la última vista convocada por la no comparecencia de dos de los abogados de los policías acusados de acabar con la vida del coruñés.

Sobre la posibilidad de conceder la libertad provisional a los agentes, Pilar expone que "en el código penal filipino no se tiene en consideración, cuando hay, sobre todo, tantos indicios de culpabilidad".

"Ellos usan eso para alargar el proceso en el tiempo y están arrepentidos", dice, mientras alega que la familia ahora mismo desea que "todo acabase mañana". "Ellos ya están en la cárcel y teniendo esto en cuenta lógicamente no somos la familia de Diego los que tenemos más prisa en que acabe todo", cuenta.

Sobre el desenlace de este largo proceso para hacer justicia a su hijo y su injusta muerte, Pilar desea que este 2025 "se llegue al final y comience el juicio de verdad". "Sería rápido porque las pruebas y declaraciones ya se han hecho ahora, por lo que se procedería a un juicio rápido al estilo americano", aclara.

Si esta sentencia llega en un futuro próximo, asegura que "el apartado de lucha se cerraría y sería un descanso para nosotros". "Emocionalmente es desgarrador y económicamente es también mucho dinero, estamos cansados de estar ahí encima", lamenta.

De hecho, la última vez que los progenitores de Diego viajaron a Filipinas a estar presentes en vistas del juicio fue el pasado junio y cuentan con volver este marzo o abril. "Confío en que salgan condenados y así cerraremos esa etapa", desea, a la vez que recuerda con nostalgia a su hijo, a quien describe como "alguien que amaba el contacto constante con el agua, la libertad y que era muy abierto y fresco".

Una marca surfera como legado y Australia en el horizonte

En Filipinas Bello había abierto una tienda de su propia marca textil: Mamon. El proyecto nació en 2018 en Siargao de la mano del coruñés, al que siempre le gustó el agua y particularmente el surf y apoyaba la estética en esta línea a la hora de vestir.

El logo era un pan filipino al que se conoce con el nombre de Mamon, que en España tiene otro significado, pero optó por apostar con humor por este doble sentido. Mamon tiene una oferta amplia de merchandising en el que triunfan principalmente las camisetas de manga corta y las sudaderas muy vendidas en la isla.

Es precisamente estas prendas creadas por Bello lo que mantiene con fuerza a su familia, que lleva años trabajando para mantenerla con nuevos diseños y a la vez mantener vivo el legado de este joven emprendedor al que siempre le gustó la moda. "Si él supiera de todo esto estaría encantado de que su marca siga. Ahora lo hacemos con un fin económico para tener fondos para todo lo que nos espera, pero que posteriormente continúe como una marca surfera es lo que queremos", confirma Pilar.

Según su madre, Bello "tenía una visión especial para los negocios, era muy innovador y activo mentalmente". Sobre sus planes de vida, rememora que Bello volvió a Filipinas tras haber estado anteriormente en la isla de Malapascua y este regreso lo contemplaba como temporal porque lo consideraba su puente para trasladarse a Australia, donde vivió un año.

Según su madre, la idea inicial era pasar en Filipinas un mes, pero le surgió la posibilidad de hacerse con un hostel y le fue bien, a lo que luego siguió la tienda de Mamon y tras ello La Santa con su amigo Arturo de Valencia. "Él decía que Filipinas era un paraíso", afirma.

"Fue como un sueño, como estar encima de una nube"

Una llamada fue la que cambió la vida de los Bello Lafuente, concretamente la del socio del coruñés a su hermano Bruno, que fue quien comunicó la trágica noticia a su madre. Sobre aquel día, Pilar concreta que no recuerda nada de lo que pasó después de enterarse de la muerte de su hijo.

"Tengo una laguna grande en el tiempo, de cosas mezcladas, no un sueño pero como si estuvieras encima de una nube, es algo difícil de explicar", reconoce. La mejor parte del año para la familia de Diego era el verano, debido a que Bello solía venir más a Galicia en esta época. Eso sí, en días como Nochebuena recuerda su madre que estaba presente igualmente porque le llamaban para enseñar la mesa puesta con todos sentados.

A su vez, su madre dice orgullosa que Bello se fue de casa con 18 años, pero en cada celebración familiar, a pesar de estar a miles de kilómetros, era el primero en llamar y estar presente. Sobre sus regresos a casa, en A Coruña, explica que solían hacer comidas familiares, pero dejaban que Diego hiciese lo que le apetecía en cada momento: "Si él estaba contento, nosotros encantados", dice.

Ahora la esperanza es lo que guía a la familia del coruñés a aguantar los meses restantes hasta la sentencia, pero no siempre han mantenido el optimismo en estos años. Al principio, según reconoció su madre en varias ocasiones, consideraban que el caso estaba parado y que no tenían el apoyo institucional suficiente, algo que intentaron paliar con el movimiento social de "Justicia para Diego" que sigue hoy muy presente.

Sin embargo, argumenta que el clic que lo cambió todo fue el momento en que en Bruselas se celebró una reunión entre representantes institucionales filipinos y parlamentarios gallegos, liderados por el popular Francisco José Millán Mon, quien repartió unos folletos informativos sobre lo sucedido con Diego Bello.

"Quieres que sucedan las cosas ya y a nivel político en el extranjero lo único que funciona es la diplomacia. Con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que en esta línea en este caso ha habido mucho trabajo y lo sigue habiendo", expresa satisfecha Pilar.

Asimismo, este 7 de enero es importante para la familia del coruñés porque se estrena un documental sobre su caso en el que intervienen parte de sus miembros, amigos y demás partes importantes de lo sucedido.

Pilar asegura que se trata de "un granito de arena más con la meta de que se haga justicia para Diego" y que servirá para que quien no conociese a su hijo que sepa cómo era.

"Lo prioritario es hacer ruido y que el documental llegue a Filipinas, estar encima del caso", dice sobre este trabajo audiovisual en el que se han aliado RTVE y Estrella Galicia y estará disponible en una plataforma gratuita.

Como conclusión, añade que "si la justicia fuera justa, Diego estaría con nosotros". Y no le falta razón.