21 meses de cárcel para uno de los tres acusados de difundir un vídeo sexual en Vilalba (Lugo)

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 1 Jun. (EUROPA PRESS) –

Uno de los tres acusados de grabar y difundir un vídeo sexual de una pareja en el parque del cementerio de Vilalba (Lugo) ha sido condenado a un año y nueve meses de cárcel por un delito de descubrimiento y revelación de secretos, ya que reconoció ser el autor de la grabación. El juicio, previsto para este miércoles a las 12:00 horas en el juzgado Nº2 de Vilalba (Lugo), no ha llegado a celebrarse, puesto que las partes han llegado a un acuerdo -dictándose sentencia de conformidad en la sala-.

Para la pena del único condenado, explican, se ha tenido en cuenta el atenuante de confesión, "ya que el investigado reconoció los hechos en todas las fases del procedimiento, ya en sede policial". La pena queda suspendida durante dos años porque el condenado carece de antecedentes, siendo así mientras el acusado no delinca y abone a la víctima, en concepto de responsabilidad civil, 9.000 euros. Según ha informado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, los otros dos investigados han sido absueltos por falta de pruebas.

Según relataba el escrito de Fiscalía, en septiembre del año 2016, mientras dos personas mantenían relaciones íntimas en las inmediaciones del Parque del Cementerio de Vilalba, dos de los acusados procedieron a grabarlos "con una clara finalidad de perjudicar la reputación" de la víctima, sin que ninguno de los componentes de la pareja fuese consciente ni diesen consentimiento para ser grabados.

Posteriormente, los que grabaron el vídeo, dieron cuenta de su existencia a su amigo y, de común acuerdo, acordaron su difusión a través de la aplicación de mensajería instantánea Whatsapp, principalmente en las zonas de Vilalba, As Pontes y A Coruña. La víctima fue alertada de la existencia de las imágenes por personas conocidas a las que les había llegado el vídeo.

Asimismo, el escrito de acusación señaló que la difusión de estas grabaciones "obtenidas furtivamente" lesionó "gravemente" la intimidad de la víctima, "sin que en ningún momento hubiese podido hacer uso de la facultad de decidir la exclusión del conocimiento de dichas imágenes por parte de terceros". A consecuencia de estos hechos, de su difusión y repercusión social de las imágenes captadas, "sufrió una situación personal de angustia y presentó síntomas de estigmatización".