Plomo, monte, caza.

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Galicia

Animalistas denuncian que cazadores vierten al monte 25 toneladas de plomo al año en Galicia

Los animalistas alegan que el uso de este componente "altamente contaminante" está permitido incluso en zonas protegidas, como la Reserva de la Biosfera de Ribeira Sacra-Oribio-O Courel o en los Parques Naturales, como las Fragas do Eume

12 junio, 2022 12:10

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 12 Jun. (EUROPA PRESS) –

La organización animalista Fundación Franz Weber estima que cada cazador vierte a los montes gallegos, por temporada, cerca de un kilogramo de plomo, que correspondería a una media de 30 disparos con diferentes pesos de municiones. Así, tomando en consideración el número de licencias (37.007 en 2021), si al menos el 70% participa de forma activa, serían aproximadamente 25 toneladas de "pura contaminación".

En una nota de prensa, la ONG ha destacado que la desaparición del plomo de las municiones ya se aplica en estados europeos como los Países Bajos y Dinamarca. En este sentido, señalan que las decisiones de estos dos países coinciden con la advertencia de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas, que recomienda medidas restrictivas por los efectos nocivos que suponen una vez expulsadas.

Además, ha criticado que el uso de este componente "altamente contaminante" está permitido incluso en zonas protegidas, como la Reserva de la Biosfera de Ribeira Sacra-Oribio-O Courel o en los Parques Naturales, como las Fragas do Eume, posibilitando vertidos de plomo constantes "gracias a las batidas para matar zorros, corzos, conejos o jabalíes".

En esta misma línea, la ONG ha explicado que diversos estudios realizados a lo largo de las dos décadas pasadas resaltan que el plomo de la munición tarda entre 100 y 300 años en desaparecer de los ecosistemas y "tan solo con diez perdigones de muy pequeño tamaño ingeridos de forma accidental por una ave" pueden provocarle una muerte por envenenamiento.

Asimismo, calculan que cada año en Europa se depositan en la naturaleza cerca de 27.000 toneladas de este metal pesado, que provoca "no solo muertes, sino también daños neurológicos a los animales que lo ingieren, accediendo a la cadena trófica de especies carroñeras y depredadoras".