Santiago de Compostela volvió a acoger la noche del Apóstol en toda su gloria. Tras dos años de celebraciones restringidas por la pandemia del coronavirus, a la capital gallega regresó a una de sus fiestas más grandes, en pleno año Xacobeo. 

Los visitantes esperaban con especial atención los tradicionales fuegos que dan la bienvenida al Día de Galicia. El espectáculo pirotécnico que se realizaba en la plaza del Obradoiro se mudó, como viene siendo habitual desde que empezó la pandemia, a cinco puntos de lanzamiento repartidos por la ciudad. La Alameda, el parque de Eugenio Granell, el monte Gaiás, el parque de Carlomagno y As Cancelas. 

Los cielos compostelanos se llenaron de formas y colores mientras los asistentes aplaudían y clamaban. A pesar de que las nubes se iban acumulando tras caer la noche, toda la ciudad pudo disfrutar de un espectáculo pirotécnico que quemó 2.500 kilos de pólvora. 

Caras sonrientes, palmeras, corazones e incluso girasoles fueron algunas de las imágenes que alumbraron la noche. El espectáculo tuvo un final de infarto, en el que decenas de cohetes explotaron a la vez resultando en un haz de luz casi cegador si se presenciaba en primera fila. Los fuegos transcurrieron sin incidentes, algo que había preocupado al grupo municipal Compostela Aberta por los recientes incendios en la comunidad. Con todos, los retenes de bomberos y fuerzas de seguridad hicieron su trabajo para hacer del evento lo más seguro posible. 

El espectáculo fue también retransmitido por la Televisión de Galicia, y para los que no han podido pasarse por la ciudad compostelana a tiempo, es una magnífica manera de revivir el momento más especial de la noche. Está disponible en su página web.