LUGO, 19 Oct. (EUROPA PRESS) –

La Policía Local de Lugo denunció en la tarde del martes a un conductor novel, de 20 años de edad, que dio positivo en el test de alcoholemia tras impactar contra cinco coches que se encontraban estacionados.

Según informa el ayuntamiento, fue sobre las 20:50 horas de la tarde cuando un equipo de Atestados de la Policía Local se desplazó a la Avenida das Américas debido a este accidente en el que el joven había perdido el control de su turismo.

Los agentes observaron que el conductor, que ya contaba con un antecedente por conducir bajo los efectos del alcohol, presentaba signos de haber bebido. Así, tras practicarle la correspondiente prueba, arrojó un resultado positivo de 0,25 miligramos por litro, cuando la tasa máxima para los noveles es de 0,15.

Más tarde, sobre las 00:30 horas de la madrugada, una patrulla del Grupo Operativo Nocturno dio el alto a un coche en la rúa San Roque y observó que el conductor se encontraba bajo los efectos del alcohol. De este modo, se le realizó el test y arrojó un resultado positivo de 1,04 miligramos por litro, cuatro veces la tasa máxima permitida. Por ello, la Policía Local instruyó diligencias por delito contra la seguridad vial.

En total, durante la madrugada de este miércoles, los controles establecidos en el centro de Lugo lograron detectar otros dos positivos en alcoholemia, uno con una tasa de 0,56 miligramos por litro, que se enfrenta a una multa de 1.000 euros y a la retirada de seis puntos del carné; y otro con 0,35, que podría perder 500 euros y cuatro puntos del permiso de conducción.

Aparcacoches ilegales

Por otra parte, la Unidad Territorial de la Policía de Barrio de Lugo levantó en la mañana del martes siete actas de denuncia contra cinco personas –dos de ellas reincidentes– que ejercían de aparcacoches ilegales en el entorno del Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA).

Ocurrió durante un dispositivo especial desplegado en el lugar con vehículos policiales rotulados y camuflados. Los agentes observaron cómo los aparcacoches ocupaban la carretera para indicar estacionamientos libres a los conductores, con el "consecuente riesgo a su integridad física" y causando "molestias innecesarias" a los usuarios de la vía pública.