La trabajadora de Adif Patricia Cabezudo, en el juicio por el accidente del Alvia.

La trabajadora de Adif Patricia Cabezudo, en el juicio por el accidente del Alvia. Europa Press

Galicia

Angrois: Una trabajadora de Adif niega que la dirección de seguridad pudiese garantizarla

Andrés Cortabitarte no fue informado de las discrepancias existentes entre el departamento de obras y el suyo propio sobre si era necesario o no un informe del evaluador independiente para el tramo de la curva de A Grandeira, según Ralf Shäfer

13 diciembre, 2022 17:02

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 13 Dic. (EUROPA PRESS) –

Una trabajadora de Adif que participó en reuniones de seguimiento de los trabajos previos a la puesta en servicio de la línea Ourense-Santiago, en la que se produjo el accidente del tren Alvia en julio de 2013, ha negado que la Dirección de Seguridad en la Circulación, por sí misma, pudiese garantizar la seguridad. "Al final, todo va por capas", ha alegado Patricia Cabezudo.

En el juicio por el siniestro ferroviario que provocó 80 muertes y dejó a 145 personas heridas en el barrio compostelano de Angrois, hace ya más de nueve años, Cabezudo ha comparecido en calidad de testigo-perito a propuesta de la Abogacía del Estado, que representa a Adif.

Lo ha hecho ante la presencia en la sala, de nuevo, del ex director de Seguridad en la Circulación de Adif Andrés Cortabitarte, procesado en este caso por 80 delitos de homicidio y 145 de lesiones por imprudencia profesional grave, en relación con el análisis de riesgos de la línea.

Si bien tanto Cortabitarte como el otro procesado, el maquinista Francisco Garzón, estuvieron presentes en las primeras jornadas del juicio, cuando declararon en calidad de acusados –a ambos se les imputan los mismos supuestos delitos–, después se ausentaron excusados por la jueza. Cortabitarte regresó hace dos semanas, coincidiendo con la comparecencia de quien era su homólogo en Renfe, y ha vuelto este martes.

"Sería una irresponsablidad total"

Ante su mirada, Patricia Cabezudo ha sido preguntada por la abogada del estado, en concreto, sobre si "la seguridad es algo que se pueda garantizar con un único departamento, en el momento anterior a la puesta en servicio" de una línea. "No, y sería una irresponsabilidad total pensar que algo se ha construido y que al final aparece alguien que es capaz de poner en duda el diseño", ha respondido esta trabajadora de Adif.

En este sentido, ha mantenido que "al final la seguridad va por capas en el sentido de que cada subsistema, desde su diseño, va a tener unos sistemas de seguridad". Por eso ha reiterado que le parecería "francamente irresponsable que después aparece alguien capaz de decir que todo está bien hecho", ya que "al final todo va por capas" y "la normativa siempre tiene un enfoque de gestión de riesgos".

Esta testigo-perito ha coincidido con otros responsables de Adif al contestar a la letrada que el certificado para la puesta en servicio que firmó Cortabitarte es "uno más" y que la competencia para dar el visto y place estaba en la Dirección General de Ferrocarriles, en el por entonces Ministerio de Fomento.

"Una bola de cristal"

En cuanto al riesgo de exceso de velocidad, ha reconocido que "es conocido en el sector", pero ha argumentado que se dispusieron medidas "aunque no sean explícitas".

También ha razonado en otro momento que los análisis de riesgos no son como "una bola de cristal" que sirva para "ver el futuro". Así, "cuando no hay nada diferente a otra línea, nada que se salga de lo común, nadie que levante la mano… (el riesgo) no se considera previsible". Y ha añadido que "estos análisis de riesgos no se hacen una tarde y se congelan", sino que "se mantienen abiertos".

Cabezudo formaba parte de la jefatura de certificaciones de la subdirección de sistemas de control, mando y señalización de la Dirección de Seguridad en la Circulación de Adif en la época de la puesta en servicio de la línea. En concreto, participó en diferentes reuniones de seguimiento de los trabajos previos a la puesta en servicio.

Sin informe del evaluador independiente

Durante el interrogatorio de la abogada del Estado, ha constatado que para la línea entre Ourense y Santiago existen tres dossieres de seguridad y que no hay informe de seguridad del evaluador independiente (Ineco) para la última parte, la que comprende la curva de A Grandeira, en Angrois, donde descarriló el Alvia.

A cuestiones de la representante de Adif, ha asegurado que este enclavamiento no necesitaba ese informe independiente ya que "nunca se dejó de circular por la estación de Santiago" y "siguió siendo un enclavamiento existente y de –red– convencional". "Caería dentro de la parte del decálogo y se le añadió un informe de seguridad", ha explicado.

De esta manera, ha destacado que "se hizo el decálogo habitual y adicionalmente se hizo un informe de seguridad con la estructura que exige Cenelec", la normativa de seguridad europea relativa al subsistema de control, mando y señalización. "Cenelec es mucho más que tener un ISA (el informe de Ineco). Decir que no cumple Cenelec porque no hay un ISA no me parece adecuado", ha defendido.

"Nadie advirtió nada"

En varios puntos de su exposición, ha afirmado además que "nadie advirtió nada" y que "nunca se puso de manifiesto por nadie" la peligrosidad de la curva, durante las reuniones de seguimiento, en las que sí salieron a relucir otros aspectos, entre los que ha puesto varios ejemplos (sobre catenaria, túneles y viaductos…). No ha hecho mención, no obstante, al aviso de un jefe de maquinistas que ya ha declarado en el juicio y que dejó constancia por escrito del riesgo y pidió medidas adicionales de señalización.

Cabezudo ha hecho hincapié en la tesis de Adif de que la "integración segura es ver cómo esa línea impacta en su conjunto" y en que "por eso se verifican los subsistemas estructurales y funcionales".

Al respecto, más adelante ha admitido que no cuenta con el certificado ‘CE’ de interoperabilidad porque "era un tramo de línea conectado en dos extremos de convencional" y, a su juicio, "tener ese certificado no iba a aportar nada porque (Adif) no tenía la interoperabilidad de los extremos".

Por otra parte, sobre la ubicación de la transición de ‘ERTMS’ a ‘Adif’ en el punto en el que se estableció, lo ha justificado por las reglas de ingeniería que, "por seguridad", indicaban que se hiciera "en una señal que no tuviera aspecto en rojo", de ahí la señal en vía libre que se escogió.

Reglas anteriores a las usadas para la línea

Adif aportó a la causa una versión de las reglas de ingeniería anterior a la que usó para la línea entre Ourense y Santiago, en la que se produjo el accidente del tren Alvia por el que están procesados el maquinista y el ex jefe de seguridad de la empresa pública, por 80 muertes y 145 heridos.

Ha sido la abogada de la plataforma de víctimas del siniestro ferroviaria la que ha interrogado por este asunto a la trabajadora de Adif que comparece este martes en calidad de testigo-perito, a propuesta de la empresa pública.

La jueza, por su parte, ha constatado que "sí se menciona –en un documento de 2011 de la dirección de seguridad de Adif sobre la línea Ourense-Santiago– la versión 2.4.2 es porque estaba ya vigente" en ese momento.

Por su parte, Adif aportó una versión anterior, la 2.4.0, según ha llamado la atención esta letrada. Las reglas de ingeniería, cuyo autor es el experto Jorge Iglesias, son las que establecen dónde ubicar las transiciones de unos sistemas a otros, y en ellas se basa Adif para justificar el punto en el que colocó el paso de ‘ERTMS’ a ‘Asfa’ en la línea del accidente, antes de la curva de A Grandeira, en el barrio compostelano de Angrois.

La abogada de la plataforma de víctimas ha hecho alusión a la declaración de Jorge Iglesias al leer el documento más avanzado, el 2.4.2, en su apartado en el que apunta a estudiar "cada proyecto" para determinar dónde situar las transiciones. Según Iglesias y otros expertos, el ‘ERTMS’ podría haberse llevado hasta más allá de la estación santiaguesa, pero fue retirado de la vía en los últimos kilómetros de la línea en un cambio de proyecto.

Por su parte, Cabezudo ha respondido que entiende que ese estudio en función del proyecto procede "cuando no se encuentre una señal con el criterio de que no tenga foco rojo", pero ha resaltado que "en esta línea sí la había".

La jueza, por su parte, ha apuntado que "obviamente estarían ya vigentes" las reglas de ingeniería en su versión 2.4.2 "cuando se hace ese documento", en 2011, pero ha constatado que "la que aporta (Adif) es la versión 2.4.0" y ha reprendido a la letrada por leer un documento que no consta en la causa.

"Haberse percatado antes y haberlo solicitado", le ha dicho, si bien ha precisado que se trata de "una norma publicada" y ella misma podrá "tener acceso", si lo considera "oportuno".

Discrepancias sobre si hacía falta informe independiente

El ex director de seguridad de Adif Andrés Cortabitarte, procesado en el juicio por el accidente del tren Alvia en Angrois (Santiago), no fue informado de las discrepancias existentes entre el departamento de obras y el suyo propio sobre si era necesario o no un informe del evaluador independiente para el tramo de la curva de A Grandeira, según ha declarado el subdirector de sistemas de control, mando y señalización, Ralf Shäfer.

Como su antecesora en las comparecencias este martes en el juicio, Shäfer también participó en reuniones de seguimiento de los trabajos previos a la puesta en servicio de la línea Ourense-Santiago. En su turno, este trabajador de Adif, en calidad de testigo-perito y propuesto por la Abogacía del Estado (que representa a Adif), ha explicado que la dirección de Obras aclaró a su gabinete –compuesto por él y otras cuatro personas, una de ellas Patricia Cabezudo– que había "tres tramos" en la línea, tras un primer momento en que él mismo pensaba que el enclavamiento de Santiago era nuevo, lo que habría obligado a hacer un análisis de riesgos por parte del evaluador independiente.

Como Cabezudo, este trabajador ha sostenido que el enclavamiento de Santiago "no se da de baja, los trenes siguen circulando" y "es de red convencional". "En este contexto lo que aplica no es un ISA –el informe del evaluador independiente, Ineco–, sino un decálogo", ha mantenido, en la misma línea. "Ahí empieza la discrepancia y en las reuniones que continúan lo que hacemos en Seguridad es pedir más información. Pedimos el plan de puesta en servicio y trasladamos exigencias a la UTE", ha expuesto.

En este sentido, ha apuntado que se resolvió pedir, además del decálogo, un informe de seguridad, con lo que "normativamente excedía" las exigencias, iba "más allá". A continuación, sin embargo, la abogada de la plataforma de víctimas ha puesto en duda esto, al mostrar un documento que explicita que el decálogo va acompañado de un informe de seguridad.

"¿Cortabitarte hace algo?"

Ante el Ministerio Público, este trabajador, que era en concreto el jefe de gabinete de certificación del departamento de Cortabitarte, ha sido interrogado sobre lo que hacía el director de Seguridad procesado. "¿Qué hace el director? ¿Hace algo? ¿Toma opinión, decisión, participa… o simplemente usted le explica y a él le parece bien?", le ha soltado.

"En este caso, yo voy recibiendo toda la información, veo cómo va progresando el proyecto y voy informando al señor Cortabitarte. Sí que le informo. Tenemos reuniones mensuales para repasar todos los proyectos, entre ellos Ourense-Santiago y le voy informando. En el caso de que hubiera algo excepcional, algo que hubiera puesto en peligro la puesta en servicio…", ha respondido, punto en el que el fiscal le ha interrumpido.

"¿Usted le informa de que en un primer momento tienen dudas? ¿De que se plantea tener ISA? ¿O le dan la solución, sin el problema previo?", ha añadido el representante de Fiscalía. "En este caso concreto, si era necesario o no el ISA, es una cosa que se resuelve a nivel de mi jefatura, no le traslado en ningún momento a Andrés Cortabitarte ese problema", ha contestado este trabajador de Adif.

Por último, ante uno de los letrados que ejercen la defensa del maquinista Francisco Garzón, el otro procesado en el juicio, este testigo-perito ha defendido la actuación en Angrois. "No se considera una limitación permanente de velocidad, no necesariamente", ha respondido a cuestiones sobre la curva de A Grandeira.