La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo ha rebajado en dos años y medio la pena de cárcel impuesta al violador del estilete en aplicación de la Ley solo sí es sí. El lucense F.V.A. fue condenado en 2019 a 13 años de cárcel por agredir sexualmente a una mujer con discapacidad en una pensión de Oviedo en 2017 y tras la revisión de la sentencia, se enfrentará a 10 años y medio de prisión.

El juez mantiene la accesoria de inhabilitación absoluta pero rebaja a 11 años y seis meses las prohibiciones de aproximación y comunicación, fijadas antes en 14 años, e impone adicionalmente la inhabilitación especial, durante 15 años y seis meses, para cualquier profesión, oficio o actividad que conlleve contacto regular y directo con menores de edad. Así lo informa este martes Europa Press.

Los hechos

El violador del estilete fue condenado a 13 años de cárcel por una agresión sexual con penetración a una mujer con una discapacidad psíquica del 65%. El hombre, que también fue condenado a una multa de 180 euros como autor de un delito leve de hurto, recurrió la sentencia pero el Tribunal Supremo (TS) desestimó la petición en 2021.

Los hechos, según la Fiscalía, ocurrieron en diciembre de 2017, cuando el condenado y otra mujer convivían con la víctima en un piso en régimen de alquiler de habitaciones. Ambos eran conocedores de que el abuelo de la chica vivía en una residencia geriátrica de Laviana y de que ella tenía la cartilla bancaria y firma autorizada del anciano.

Ante las amenazas de muerte e intentos de agresión por parte de la acusada, la víctima sacó 1.700 euros de la cuenta de su abuelo. El procesado, por su parte, entró en la habitación de la víctima durante el mediodía del 22 de diciembre de 2017 y comenzó a tocarle los pechos por debajo de la camiseta del pijama.

La mujer se despertó y el hombre le dijo que tendrían relaciones sexuales quisiese o no, tras lo que le bajó la ropa, la sujetó con fuerza y la agredió sexualmente. El varón la amenazó con matarla si no se estaba quieta o si contaba algo de lo ocurrido

Estas amenazas continuaron posteriormente, cuando esa tarde el acusado la obligó a acompañarlo hasta otra localidad donde le dijo que iba a residir. La condenada y otra persona le propinaron varios puñetazos, amenazándola de muerte, el 23 de diciembre por la tarde.

La víctima consiguió huir y se refugió en un comercio cercano, desde donde avisó a la Guardia Civil, que la trasladó al Hospital Álvarez Buylla de Mieres. La mujer denunció ante la policía la situación de abuso e intimidación y recuperó las tarjetas bancarias y sanitarias, que tenía la acusada, y el teléfono y objetos robados de la casa del abuelo, que había sustraído el violador del estilete.