Arranca la semana del ’25N’ y entidades sociales y administraciones públicas inician sus campañas de concienciación sobre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra este viernes veinticinco de noviembre. Son muchas las aristas que tiene esta materia. Y es que la violencia contra la mujer afecta a todas las ramas de la vida. Entre otras cuestiones, por su carácter intergeneracional.

Así lo avalan estudios como el último informe publicado por el Gobierno Central sobre "La situación de la violencia contra las mujeres en la adolescencia en España". El 25% de las adolescentes españolas entre los 16 y 17 años sufre violencia de género psicológica y de control, según datos del mismo documento. Dicha dominación se ejerce con actitudes como revisar el móvil de su pareja (el 15% de los jóvenes lo hace) o hacerse con las contraseñas de su móvil o redes sociales (el 6,6% lo hace).

Lejos de apaciguarse, la violencia contra la mujer parece encrudecerse. Entre 2018 y 2022 las menores de edad atendidas por algún tipo de violencia (de género, doméstica, sexual, física o psicológica) aumentó un 39,7%. Alarmante es también la poca confianza que tienen tales víctimas en la justicia: el 78,4% de las adolescentes maltratadas que recoge el estudio no tiene intención de denunciar a su agresor.

La violencia contra las mujeres permanece, tal y como denuncian los documentos de los que se habla. Además, esta lacra evoluciona a la par que la sociedad, un ejemplo de ello es el peso que tiene la tecnología en el control que ejercen los jóvenes sobre su pareja. El 82% de los adolescentes que ejercen violencia sobre la mujer lo hacen a través, entre otras cosas, del teléfono móvil y redes sociales.

Entre las muchas caras que tiene la violencia contra las mujeres se encuentra la violencia sexual, que también ha crecido en los últimos cuatro años, según el informe de ANAR. Para la solución del problema los expertos apuntan, entre otras cuestiones, a la necesidad de concienciar y educar tanto a hombres como a mujeres.

La directora de las Líneas de Ayuda ANAR, Diana Díaz, reflexiona justamente sobre la falta de concienciación : "Un gran número de adolescentes víctimas de este tipo de violencias no son conscientes de estar siendo afectadas por esta problemática. Para revertir la tendencia al alza de este tipo de violencias, debemos realizar una detección y atención precoz en el entorno de la víctima y formar a las/os niñas/os y adolescentes, familias y profesionales”, cuenta.