Los Mosquera Ossorio: la familia de peregrinos que se reúnen en Santiago cada Xacobeo
La matriarca del clan familiar comenzó la tradición en 1965, cuando apenas eran 18 miembros en la excursión
16 julio, 2022 16:06La familia Mosquera Ossoiro se lleva reuniendo desde 1965 para hacer el Camino de Santiago. Lo que comenzó como una ruta de unos padres con nueve hijos hoy se ha convertido en una asamblea familiar del primer orden con casi 100 personas de todas la edades. Hoy, uniformados y tras cuatro kilómetros de camino desde el Monte do Gozo, se reúnen en la plaza de A Quintana para la tradicional foto.
Fue la matriarca de la familia, doña Florinda Ossorio Donapetri, madre, abuela y bisabuela de los actuales participantes, a la que se le ocurró la idea de hacer el Camino con sus hijos y algunos nietos, entonces un total de 18 personas, y que ahora lo llevan a cabo todos los Años Santos Xacobeos. Los más internacionales llegan desde Hungría, Suecia y Reino Unido, pero también hay personas de distintos puntos de la península como Almería, Oviedo o La Rioja.
Cuando comenzaron la ruta el primer año no estaban muy organizado, desvela el veterano de los hermanos, Leopoldo Mosquera. "Aquel primer año fue un poco sobre la marcha. Decidimos ir la familia y como una de mis hermanas vivía en Negreira fuimos al monte do Gozo, después a la catedral a la misa del Peregrino y después a comer a Negreira, fue algo sencillo."
Lo de este año no lo es. Si cuando empezaron eran tan solo 18 entre padres, hermanos y nietos, hoy la tropa Mosquera Ossorio ya está sobre los 100, desde el benjamín de la familia de apenas tres años hasta el veterano de 95. La excursión se ha convertido en un hito de la organización. "Lo primero a decidir siempre son las fechas", explica Mosquera, "lo hacemos sobre Navidad para que todo el mundo tenga claro que hay que reservar ese fin de semana, y después ya miramos donde ir a comer y que quepamos todos claro".
La historia viva de los Años Santos Xacobeos
Los peregrinos salen siempre desde el Monte do Gozo y hacen el camino hasta el Obradoiro, pero cada parte del grupo elige hacer más o menos distancia, según sus necesidades. Algunos miembros llegan desde Ferrol, siguiendo el Camino Inglés, otros embarcaron en Sada para hacer el Camino de Santiago a Vela hasta Vilagarcía de Arousa y, desde allí, a Padrón, siguiendo la Traslatio. La diversidad de edades hace que la ruta se mantenga abierta y no muy estricta. "Sabemos que los mayores y los más pequeños pues a lo mejor no pueden hacer todo el camino desde el Monte do Gozo a pie, pero eso lo dejamos ya según cada padre y acompañante, el caso es juntarse todos en la catedral", señala el hermano mayor.
Los Mosquera Ossorio han experimentado como pocos la transformación que ha sufrido el Xacobeo. Si antes era una fiesta particularmente gallega con bastante afluencia nacional, ahora se ha convertido en un fenómeno internacional. "Antes no teníamos problemas en entrar a la misa incluso podíamos entrar todos por la Puerta Santa, y ahora, es verdad que somos muchos más, pero cada vez hay también más gente", señala el hermano. De igual manera, Mosquera recuerda las primeras veces que se encontraron con turistas asiáticos o cuando escucharon por primera vez al gaiteiro de los arcos de la Catedral. "Lo recuerdo porque estábamos bajando por las escaleras y nos soprendió bastante, nunca lo habíamos visto antes, pero fue algo muy especial".
A pesar de que todos los Años Santos se mezclan y confunden en la memoria, Leopoldo Mosquera, espera con especial cariño el Xacobeo de 1993. "Fue especial porque fue el último en el que estuvo mi madre, fue el primer año que fuimos uniformados, el año que lo organizamos bien, buscando donde comer y que cabiéramos todos".
Una fiesta gallega para ponerse al día
Mosquera desvela que lo más emocionante de esta reunión familair siempre es ponerse al día con personas que vienen de todos los rincones de España y Europa, algunos a los que ni conoce. "En estos once años desde el último Xacobeo se han ido novios y novias, ha habido bodas, otros se han mudado y algunos han nacido. Todo eso es noticia interfamiliar y esta reunión es casi como una asamblea", bromea el veterano.
Para Mosquera una parte importante de la celebración es la comida después de la misa. Empanadas, pulpo, gaiteiros, se tratará de una fiesta gallega con todas las letras, algo que hacen especialmente para la parte de la familia que nunca ha vivido en la comunidad. "Muchos son de Madrid o de fuera, y aunque han venido a Galicia algunas veces, no conocen tanto las tradiciones y todo lo que hay en una buena comida gallega". No se olvidan tampoco de los más pequeños, para los que tendrán actividades y piñatas para mantenerlos entretenidos.
Este año la foto se hará en Quintana como vienen haciendo en las últimas reuniones. "Antes la hacíamos en el Obradoiro, en las escaleritas, pero claro, de entonces éramos 18 y hoy, los cien pues no entramos, nos tenemos que mudar a la Quintana". Todo esto sería imposible sin la participación de los nuevos de familia, los que se han ido casando o entrando y que han querido mantener viva la tradición a pesar de su creciente dimensión. "Agradezco mucho a los que han llegado a la familia y no son de apellido, que han cogido esta tradición con mucho entusiasmo, que invitan a sumarse y a hacer cada vez más fiesta".