John Hejduk, el arquitecto neoyorquino que se enamoró de Santiago de Compostela
Más allá de las torres de la Cidade da Cultura, pensadas para el Parque de Belvís, el arquitecto neoyorquino dejó más obras en Santiago: diseñó el centro sociocultural de A Trisca y la Catedral inspiró su último poemario.
17 abril, 2021 17:14El neoyorquino John Hejduk es una de las figuras imprescindibles de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX: integrante del grupo conocido como The New York Five y reputado docente de la Cooper Union, tiene una estrecha relación con Santiago de Compostela.
Aunque su obra más conocida son las torres de la Cidade da Cultura, proyectadas inicialmente para el Parque de Belvís, Hejduk también diseñó el centro sociocultural de A Trisca y se inspiró en la Catedral para el último libro que escribió antes de morir, "Lines: no fire could burn", con imágenes del templo compostelano en su portada y en su interior.
Desgraciadamente, Hejduk no pudo ver finalizados sus trabajos en Santiago: las Torres Hejduk fueron un homenaje póstumo que su colega Paul Einseman quiso hacer en la Cidade da Cultura y el centro de A Trisca se acabó de construir en 2003, tres años después de su muerte.
El centro de A Trisca
El centro sociocultural de A Trisca fue el último edificio diseñado por Hejduk antes de su muerte. Destaca especialmente de él cómo se adapta al espacio limitado con una esquina que, además, cuenta con unos espectaculares ventanales curvados.
El centro, de 675 metros cuadrados y cuatro plantas, cuenta con balcones de tubo de acero en el lado que da a la Corredoira das Fraguas y con saetas de acero hacia el pequeño callejón que separa el edificio del complejo de Belvís.
Mención aparte merece el techo de la planta baja, con un bajorrelieve denominado "La Boda Española" que recoge formas presentes en todo el trabajo de Hejduk, como plantas de edificios o elementos de sus obras.
Hejduk contó con la ayuda de los arquitectos Antonio Sanmartín y Elena Cánovas, quienes se hicieron cargo del proyecto tras su muerte. El centro fue inaugurado en mayo de 2003 y actualmente está integrado en la Red de Centros Socioculturais del Concello de Santiago.
Las Torres Hejduk
A pesar de que a día de hoy son uno de los elementos más característicos de la Cidade da Cultura, las conocidas como Torres Hejduk estaban pensadas para formar parte del Parque de Belvís.
El Concello de Santiago le encargó su creación a Hejduk en 1992, quien las diseñó con su aspecto actual, con su estructura de acero y sus 25 metros de altura: una de ellas, la acristalada, serviría de invernadero, mientras que la otra, recubierta de granito, fue concebida como un almacén para los usuarios de los huertos cercanos.
Las "Torres Botánicas de Belvís", como las bautizó Hejduk, nunca se llegaron a instalar en el parque al entender que su aspecto no casaba con la estética del cercano Casco Histórico compostelano.
En el año 2000 coincidieron dos hechos: Hejduk falleció y el proyecto su amigo -y también integrante de The New York Five– Paul Einsenman fue el elegido para la Cidade da Cultura.
Así, y aunque no estaba en su planes iniciales, Eisenman decidió recuperar el diseño de Hejduk y, a modo de homenaje póstumo, situarlo dentro del complejo del Monte Gaiás, privadas de su objetivo inicial.
Desde entonces han servido como escenario de instalaciones artísticas de todo tipo y, ya en 2013, pasaron a contar con una espectacular iluminación que realza su figura también durante la noche.
La última instalación que ha pasado por las Torres Hejduk, "El perpetuo tránsito hacia el presente" de Miguel Moreno Mateos, recoge parte de su cometido inicial y convierte la torre de cristal en un vivero de semillas alimentado por la propia lluvia.
Lines: no fire could burn
La relación de Hejduk va más allá de su obra arquitectónica: en 1999 publicó un poemario, "Lines: no fire could burn" compuesto por 73 piezas e ilustrado íntegramente, desde la portada hasta el interior, con imágenes de la Catedral de Santiago.
El autor, gravemente enfermo y consciente de la cercanía de la muerte, escribió estos poemas, en los que se entremezclan referencias a la iconografía religiosa del interior del templo compostelano con su propio pensamiento arquitectónico.