Un mejillonero trabajando en una batea

Un mejillonero trabajando en una batea S.Vidal/shutterstock

Sostenibilidad

¿Están las altas temperaturas detrás de la alta mortandad de los mariscos en la Ría de Arousa?

Trabajadores del mar se muestran preocupados por la bajada de rendimiento del mejillón o la pérdida de las navajas en ciertos puntos de la Ría de Arousa

28 agosto, 2023 05:00

El marisco de las rías gallegas está teniendo uno de los años más complicados en la historia reciente. Cada vez son más los trabajadores del mar que alertan sobre la alta mortandad de diferentes moluscos y la dificultad de que sobrevivan las semillas, además de achacar al cambio climático y las altas temperaturas este fenómeno.

El ejemplo más claro se ha dado en las últimas semanas en las bateas localizadas en la Ría de Arousa. La conocida como ría bonita es la responsable de una gran parte del mejillón gallego y los bateeiros están en estos momentos sacando el molusco que después irá a venderse a lonjas o fábricas conserveras. Aunque este año en lo referido a lo económico no están especialmente preocupados si lo están por la supervivencia de la especie, después de observar que muchos mejillones se habían desprendido de las cuerdas o no habían crecido lo suficiente. 

Dolores Gómez, del colectivo Mulleres Salgadas, explica que “aínda que seguimos producindo cada vez son más habituales los desprendimientos, es decir, cuando en lugar de engancharse a las cuerdas de las bateas el bivalvo se cae, y no es capaz de crecer. Non hai bateas cheas como hai dous anos”, señala la mejillonera. 

De diferentes puntos de la ría señalan situaciones similares, con un molusco que ha perdido carne y por tanto, rendimiento. “Agora xa non ves como vías antes, uns mexillóns grandes, cada vez son máis pequenos e necesitamos máis cordas nas bateas para sacar o mesmo que hai anos, indica Gómez. Ante esta situación, algunos optaron retrasar más la recolección del bivalvo, al igual que ya lo habían hecho a principio del año para recolectar la mejilla, pero el cambio de los tiempos no ha ayudado a la producción. 

Las altas temperaturas y el cambio climático

¿El culpable de la situación? Cada vez más trabajadores del mar apuntan a las altas temperaturas del mar. El mejillón es un marisco que necesita de aguas frías para sobrevivir, alimentarse y crecer con un buen rendimiento pero el calor de este año el el mar ha hecho que el molusco pierda pelo y le cueste más agarrarse a las cuerdas. 

De acuerdo con los datos de meteoGalicia en la plataforma de Cortegada, en Vilagarcía de Arousa, la temperatura del agua llegó a su máximo este año el pasado día 21 de junio, cuando alcanzó los 21,3ºC en las mediciones a varios metros de profundidad. La última vez que había alcanzado y superado esas marcas hay que desplazarse a agosto de 2017, donde se llegó a alcanzar los 21,6ºC. Este verano, de acuerdo con estos datos, la temperatura en profundidad se ha mantenido entre los 17 y los 20 grados.

Desde el Instituto de Investigaciones Marítimas del CSIC la investigadora Laura Peteiro indica que todavía es muy pronto para sacar conclusiones sobre lo que está ocurriendo. “Aínda que os que traballamos co mexillón podemos intuir cal é o motivo desde alta mortandad, todavía é un pouco ousado en sinalar unha soa causa”, dice,  “Hai unha serie de efectos en cascada que non é só a temperatura do mar, e que van encadenados”.

La científica del grupo de Fisiología, Nutrición y Cultivo de Moluscos Bivalvos del centro investigador se mantiene cauta a la espera de poder analizar las muestras y hacer los estudios pertinentes, pero entre los factores que pueden estar en juego en esta situación señala que puede haber un descenso de alimento, que haya una desregulación del ciclo de crecimiento que provoca una mayor mortandad, o incluso que la falta de vientos de norte, que podrían ayudar a enfriar el agua, afecten a la situación. 

No solo está pasando con el mejillón. Hace algo más de un mes la ría entera se alarmó ante la aparición del restos inertes de miles de navajas depositados en la arena de la playa de A Lanzada en O Grove (Pontevedra). Entonces el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar), organismo de referencia para los trabajadores del mar, habían descartado ningún "agente patógeno" y, en cambio, señalaban a "una temperatura del agua en superficie superior a la habitual", situada "alrededor de los 20 grados centígrados".

De manera similar el aumento de las temperaturas está afectando a otros moluscos como pueden ser las almejas o los berberechos. Gómez señala que las mariscadoras que se dedican a las capturas de almejas también han llamado la atención sobre la temperatura del mar. "Din que o marisco está moi débil, cada vez é máis complicado que a cría prospere", explica. "Algunhas xa sinalaron que entran no mar e notan a auga quente".

Para Mulleres Salgadas la clave está en poder contar con biólogos y científicos que hagan los análisis necesarios para poder tomar decisiones. El objetivo, señala es no sólo poder mantener una sostenibilidad de los mariscos en la ría de Arousa, sino también proteger los trabajos de quienes viven de capturarlos. "Ás mariscadoras da pé vailles ben, pero cada vez hai máis que deixan o marisqueo de flote, e optan por traballos en terra, como en conserveiras".